Las madrazas (escuelas coránicas) de Pakistán están, en
palabras del secretario de Defensa estadounidense, Donald Rumsfeld, "enseñando
terrorismo". Una afirmación terrorífica si se considera
el número de alumnos que tienen. En 2002, la ONG International Crisis
Group calculaba que más de un millón y medio de niños –según
sus cálculos, uno de cada tres estudiantes paquistaníes– acudían
a estos centros. Con tantos niños empapándose del ideario extremista,
los radicales islamistas nunca tendrán problemas para llenar sus filas.

Clases menguantes: hay muchos menos alumnos de lo que se pensaba en las madrazas de Pakistán.
Clases menguantes: hay
muchos menos alumnos de lo que se pensaba en las madrazas de Pakistán.

Pero el vivero podría no ser tan abundante como se pensaba. Según
un reciente informe del Banco Mundial, las cifras son exageradas. Utilizando
cuatro informes del Gobierno paquistaní y uno sufragado por el Banco
Mundial, los investigadores encontraron que sólo el 0,7% de todos los
niños escolarizados entre 5 y 19 años estaban matriculados en
madrazas y su número total no pasa de 200.000. El estudio Matriculación
en las escuelas religiosas en Pakistán: una mirada a los datos
muestra
que la percepción popular de que las madrazas están llenas de
pobres y estudiantes religiosos es también errónea.

De hecho, el Instituto de Política para el Desarrollo Sostenible, una
ONG paquistaní, aseguró en 2004 que eran las escuelas públicas
del país las que promovían el odio. El plan de enseñanza
de muchas asignaturas laicas estaba teñido de enseñanzas radicales.
Presionado para reformar el sistema de madrazas, el presidente Pervez Musharraf
dijo que instaría a las escuelas religiosas a adoptar el plan público.
Pero semejante movimiento podría empeorar las cosas. "Perseguir
directamente a las madrazas es errar el tiro. Mejorar la calidad de los colegios
públicos es la reforma más útil para Pakistán",
dice Tahir Andradi, uno de los autores del informe del Banco Mundial. Tiene
razón, ya que la mayoría de la población se educa en este
tipo de centros. En vez de acosar a Musharraf para que controle las madrazas,
quizá sus críticos deberían instarle a poner en marcha
su propio plan para no dejar a ningún niño atrás.

Las madrazas (escuelas coránicas) de Pakistán están, en
palabras del secretario de Defensa estadounidense, Donald Rumsfeld, "enseñando
terrorismo". Una afirmación terrorífica si se considera
el número de alumnos que tienen. En 2002, la ONG International Crisis
Group calculaba que más de un millón y medio de niños –según
sus cálculos, uno de cada tres estudiantes paquistaníes– acudían
a estos centros. Con tantos niños empapándose del ideario extremista,
los radicales islamistas nunca tendrán problemas para llenar sus filas.

Clases menguantes: hay muchos menos alumnos de lo que se pensaba en las madrazas de Pakistán.
Clases menguantes: hay
muchos menos alumnos de lo que se pensaba en las madrazas de Pakistán.

Pero el vivero podría no ser tan abundante como se pensaba. Según
un reciente informe del Banco Mundial, las cifras son exageradas. Utilizando
cuatro informes del Gobierno paquistaní y uno sufragado por el Banco
Mundial, los investigadores encontraron que sólo el 0,7% de todos los
niños escolarizados entre 5 y 19 años estaban matriculados en
madrazas y su número total no pasa de 200.000. El estudio Matriculación
en las escuelas religiosas en Pakistán: una mirada a los datos
muestra
que la percepción popular de que las madrazas están llenas de
pobres y estudiantes religiosos es también errónea.

De hecho, el Instituto de Política para el Desarrollo Sostenible, una
ONG paquistaní, aseguró en 2004 que eran las escuelas públicas
del país las que promovían el odio. El plan de enseñanza
de muchas asignaturas laicas estaba teñido de enseñanzas radicales.
Presionado para reformar el sistema de madrazas, el presidente Pervez Musharraf
dijo que instaría a las escuelas religiosas a adoptar el plan público.
Pero semejante movimiento podría empeorar las cosas. "Perseguir
directamente a las madrazas es errar el tiro. Mejorar la calidad de los colegios
públicos es la reforma más útil para Pakistán",
dice Tahir Andradi, uno de los autores del informe del Banco Mundial. Tiene
razón, ya que la mayoría de la población se educa en este
tipo de centros. En vez de acosar a Musharraf para que controle las madrazas,
quizá sus críticos deberían instarle a poner en marcha
su propio plan para no dejar a ningún niño atrás.