Varios países asiáticos se plantean reconocer las parejas del mismo sexo, pero el proceso está complicándose en muchos de ellos

AFP/Getty Images

El matrimonio homosexual está avanzando rápido en buena parte del mundo. Durante los últimos meses Francia, Brasil, Nueva Zelanda y algunos estados de EE UU, entre otros, han aprobado legislaciones que amplían el derecho de matrimonio a las parejas del mismo sexo. Varios países en Asia discuten también aceptar diferentes grados de reconocimiento de estas parejas, pero casi todos parecen encontrarse con piedras por el camino ¿Cuál será el primero?

Durante años, Nepal, uno de los países más pobres del continente en términos de renta per cápita, prometía convertirse también en el más avanzado en derechos de la comunidad LGTB (lesbianas, gays, transexuales y bisexuales). En 2007 la Corte Suprema instó al Gobierno a redactar una ley reconociendo sus derechos civiles, incluido el matrimonio. Sin embargo, la inestabilidad política del país desde la deposición del rey Gyanendra en 2008 y la incapacidad de los representantes para redactar una nueva Constitución, que podría plasmar explícitamente estos derechos, ha bloqueado el desarrollo legislativo. Nepal, no obstante, reconoció al llamado “tercer género” en su censo oficial realizado en mayo de 2011 y la aceptación social de esta comunidad es de las más elevadas de Asia.

Con el bloqueo de Nepal, Taiwan parece el país más decidido a convertirse en el primero en aprobar el matrimonio homosexual. De momento es el único Estado del continente que ha ratificado una legislación para defender a esta comunidad ante discriminaciones en el lugar de trabajo o la escuela. “Taiwan ha dado pasos para el reconocimiento de los derechos de la comunidad LGTB que ningún otro país ha dado en Asia”, asegura Douglas Sanders, profesor de la Mahidol University de Bangkok, especializado en minorías. La isla se plantea ahora eliminar de su código civil cualquier referencia al hombre o a la mujer en el apartado referido al matrimonio, para que cualquier tipo de pareja pueda acogerse. Sin embargo, la medida lleva años posponiéndose bajo el pretexto de que hay muchas otras normas que deben cambiarse para asegurar la completa ejecución de sus derechos.

Bajo la mirada atónita de muchos, Vietnam saltó a los titulares el pasado mes de julio cuando el ministro de Justicia, Ha Hung Cuong, defendió incluir este tipo de uniones en la nueva Ley del Matrimonio y la Familia. El país estaba moviéndose rápido para aprobar la nueva legislación y se colocó como la principal promesa en el progreso de los derechos homosexuales en Asia. El proceso se ha congelado, sin embargo, y el Ejecutivo prevé ahora que la nueva norma se apruebe en octubre de 2014. “Es mejor que se haya detenido, porque el Gobierno estaba yendo demasiado rápido y no nos habían dado tiempo para debatir la ley”, asegura Nguyen Hai Yen de la organización por los derechos de las minorías sexuales ICS. Nguyen, no obstante, se muestra decepcionada ya que el Ejecutivo sólo se plantea aprobar una unión civil y no un matrimonio con derechos plenos. Asegura además que la legislación no es la única lucha. En Vietnam, como en otros países, se han organizado bodas-protesta  que se han encontrado sobre todo con el rechazo de la ciudadanía. “La principal oposición al matrimonio homosexual son los valores tradicionales, no el Gobierno”, afirma Nguyen.

Otro ejemplo de estas bodas-protesta se dio recientemente en China, donde una pareja gay se casó en enero de manera informal y subió la fotografía del enlace a Weibo, el twitter chino. La imagen causó mucho revuelo en Internet, pero no ha provocado una reacción oficial del Gobierno. No obstante varios movimientos están luchando por obtener ese derecho en un país que hasta 1997 perseguía oficialmente a los homosexuales y en el que se calcula que 16 millones de hombres gay se han casado con mujeres para mantener las apariencias. En la sociedad china, formar una familia y tener un hijo es fundamental, por lo que las parejas homosexuales no son vistas con buenos ojos.

Una protesta similar a la de China tuvo lugar en Tailandia el pasado Día de los Enamorados cuando una pareja de lesbianas, vestidas con los trajes de boda tradicionales, intentaron registrarse como pareja civil en una oficina del Gobierno. Su petición fue rechazada, pero el Parlamento ya está estudiando aprobar una unión civil específica para las personas del mismo sexo. El primer borrador propuesto no ha gustado, sin embargo, a la mayoría de los activistas. “No será un matrimonio pleno. Simplemente queremos que la ley diga que la gente, en general, puede registrarse [como pareja] o casarse, sin distinción de género”, explica Anjana Suvarnananda, una de las defensoras de los derechos de los homosexuales más reconocidas de Tailandia. A pesar de que el llamado “país de las sonrisas” está considerado como un paraíso para la comunidad homosexual, la conservadora sociedad tailandesa aún trata a muchas de estas personas como inmorales y desviadas.

En el país vecino, Camboya, donde la mayoría de los matrimonios son convencionales y a menudo no son registrados oficialmente, han escogido la vía directa: buscar el apoyo de una autoridad para obtener un certificado. Según Srun Srorn, un activista de la Rainbow Community Kampuchea (RoCK), hay al menos 15 parejas de mujeres que han obtenido el reconocimiento de esta manera a pesar de que la legislación del país no contempla las uniones entre personas del mismo sexo. Además, el primer ministro del país, Hun Sen, instó el pasado mes de diciembre a respetar a la comunidad LGTB, sin mencionar que él mismo desheredó públicamente a su hija adoptiva en 2007 por reconocer que era lesbiana.

En India, al igual que en Camboya, muchos matrimonios no son registrados, y algunas parejas homosexuales, sobre todo de mujeres, se casan según los ritos tradicionales. La ley no lo prohíbe – tampoco lo reconoce oficialmente–, aunque la sociedad rechaza y persigue a menudo estas prácticas. En 2011, un tribunal aceptó por primera vez casar a una pareja de mujeres, después de anular el matrimonio de una de ellas con un hombre. La pareja tuvo que ser protegida por la policía ante el riesgo de que la familia del ex marido se vengara de su antigua pareja.

Los titulares probablemente no tardarán en anunciar que el derecho al matrimonio homosexual se extiende también a Asia. La noticia se empañará, sin embargo, con los escasos avances se han dado en varios países del continente en los que la homosexualidad está castigada con penas de prisión como Birmania o Bangladesh.

 

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