Algunos de los ministros del nuevo Gobierno israelí, mayo de 2015. GALI TIBBON/AFP/Getty Images
Algunos de los ministros del nuevo Gobierno israelí, mayo de 2015. GALI TIBBON/AFP/Getty Images

Declaraciones polémicas, tuits con bromas de mal gusto, políticos en carteras donde no terminan de encajar… He aquí los cargos del nuevo Gobierno israelí que podrían dar algún que otro dolor de cabeza al primer ministro del país, Benjamín Netanyahu.

Con una muy ajustada mayoría de 61 escaños, la recién formada coalición de gobierno de Benjamín Netanyahu es la más frágil de las dos últimas décadas. Igualmente es la más conservadora, con la mayoría de carteras en manos bien del partido conservador Likud, bien del ultranacionalista Habayit Hayehudí (Hogar Judío). Cada votación en los comités parlamentarios será un drama y la aprobación de cualquier ley, un milagro.

Solo 30 de los 61 miembros de la Coalición (en un Parlamento de 120 escaños) no ocuparán cargos de Ministro o Viceministro. El actual jefe del Ejecutivo así lo quiso. Una vez ganadas las elecciones y confiado en exceso por los resultados, Netanyahu tuvo que poner en marcha, in extremis, toda la maquinaría política y legal de su partido para propiciar la modificación de la Ley Básica que le permitiera aumentar el número de Ministros en el Ejecutivo.

De esta forma podría disponer de más cargos con los que contentar a los miembros de los partidos políticos que accedieron a forma parte de su nueva coalición de Gobierno, (imprescindible para su investidura como Primer Ministro)  tras la renuncia del que hasta entonces había sido su principal socio, Avigdor Liberman, líder de Yisrael Beyteinu (Nuestra Casa). Esta dimisión de última hora, a pocos días de que expirase el plazo legal para el anuncio del trigésimo cuarto gobierno de Israel, obligó al líder del Likud a ofrecer más carteras de las previstas a sus socios, a cambio de su apoyo en la nueva coalición.

Sin embargo, algunos de ellos, o no tenían experiencia específica para desempeñar el cargo al que aspiraban -como en el caso de la titular de Justicia-, podían ser hostiles al Ministerio que se les había adjudicado -como al principio le ocurrió al actual Ministro de Educación-, o cabía incluso la posibilidad de que no sintieran el más mínimo apego a su mandato, como le sucedía al actual ministro de Economía. Aquí explicamos quiénes son algunos de los ministros más políticamente incorrectos del actual Gobierno israelí.

 

Naftali Bennet, de emprendedor en ‘high-tech’ a liderar el movimiento de colonos

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El ministro de Educación, Naftali Bennett, durante un discurso en Tel Aviv. Gil Cohen Magen/AFP/Getty Images

Bennett es un dirigente carismático y uno de los escasos políticos israelíes que como nuevo ministro de Educación responde sin evasivas a preguntas incómodas. Lidera el partido Habayit Hayehudí (Hogar Judío), una formación ultranacionalista que aboga por la construcción de más asentamientos en Jerusalén oriental o la Cisjordania ocupada por Israel o por el rechazo a la creación de un Estado palestino que comprenda las fronteras anteriores a 1967.

Para ello diseñó la llamada “Iniciativa de Estabilidad”, que aboga por la anexión unilateral de las llamadas Áreas C de Cisjordania (es decir, las áreas rurales, que comprenden el 60% de Cisjordania y concentran la mayoría de sus recursos naturales); o promovió la anexión unilateral de Jerusalén Oriental, lo que provocaría la inviabilidad de un Estado palestino desde el punto de vista político como económico.

Jefe de gabinete del propio Netanyahu en 2006, Bennett emprendió seis años después una carrera política en solitario, siendo en 2012 elegido como líder de la formación Hogar Judío. En el tercer ejecutivo de Netanyahu ejerció como ministro de Economía y en el nuevo ha recibido la cartera de Educación –un nombramiento considerado como “de consolación”, en cuanto que él en realidad aspiraba a ser titular de Defensa o de Asuntos Exteriores. Conocido su rechazo al currículo educativo implementado en el sistema académico israelí, hasta hoy mayoritariamente laico, muchos temen que Bennett, afín a la ortodoxia del judaísmo religioso, intente implantar otro más acorde con la ideología sionista tradicionalmente defendida por el antiguo Partido Nacional Religioso del que es heredero intelectual.

 

Ayelet Shaked, joven y ambiciosa. Muchos temen a la nueva ministra de Justicia

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La nueva ministra de Justicia, Ayelet Shaked, durante una negociación en el Parlamento. Gali Tibbon/AFP/Getty Images)

Cuando Ayelet Shaked asumió el cargo como la nueva responsable de la cartera de Justicia en el Ejecutivo israelí aseguró que lo hacía “con miedo y temblando”, la misma sensación con la que igualmente recibieron la noticia no solo quienes hasta ese momento habían formado parte de la oposición, sino también algunos de sus socios de gobierno o incluso el Primer Ministro, Benjamín Netanyahu, que se resistió a su nombramiento hasta el último momento.

Joven y ambiciosa, a sus 39 años Shaked consiguió que su mayor valedor, el líder del partido Hogar Judío, Naftali Bennet, presentara su nombramiento como una condición sine qua non para entrar a formar parte, in extremis, de la coalición de gobierno más frágil que ha liderado Netanyahu en el que ya es su cuarto mandato como Primer Ministro. Él intentó sin éxito limitar en lo posible sus atribuciones como Ministra -presidir el Comité Ministerial de Legislación o el Comité de Selección de Jueces- pero finalmente la presión de Bennett logró que el líder del Likud cediera a sus exigencias.

El temor no era solo que Ayelet Shaked utilizase su posición como Presidenta del Comité Legislativo para apoyar la propuesta de leyes consideradas como radicales por la oposición -al estilo de lo que hizo Tzipi Livni pero en sentido contrario, bloqueando  discusiones socialmente polémicas como la de la ley para declarar a Israel como Estado-nación del pueblo judío, descrita por Livni como “antidemocrática”. Igualmente, existía preocupación entre los juristas, sobre todo entre los del Tribunal Supremo israelí, por antiguas declaraciones de Shaked en las que aseguraba que las opiniones del Fiscal General del Estado no tenían que ser vinculantes o que había que legislar sobre una cláusula de anulación que permitiera reintroducir leyes que hubieran sido previamente inhabilitadas por el Supremo.

Muy polémicas fueron además sus declaraciones en junio de 2014 (a los pocos días del secuestro y asesinato de tres jóvenes israelíes en el bloque de asentamientos de Gush Etzion, en Cisjordania) cuando abogó en su página de Facebook por la muerte de las madres de los terroristas palestinos porque –dijo– dan a luz a “pequeñas serpientes”. Afirmaciones que Shaked después retiró, asegurando que se habían malinterpretado sus palabras.

 

Silvan Shalom, un jefe negociador que no cree en un Estado Palestino

Silvan Shalom, jefe negociador con los palestinos, en una conferencia en Naciones Unidas. John Moore/Getty Images
Silvan Shalom, jefe negociador con los palestinos, en una conferencia en Naciones Unidas. John Moore/Getty Images

Al ministro de más edad del Ejecutivo de Netanayhu, Silvan Shalom, el Primer Ministro le ha encomendando la ingente tarea de retomar las negociaciones con los palestinos con el propósito de evitar posibles confrontaciones en el Tribunal Penal de la Haya o en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, los dos nuevos escenarios escogidos por la diplomacia palestina para continuar con su propósito de creación de un Estado -y dado el fracaso de todas las rondas de negociaciones anteriores. La última concluyó sin éxito en abril de 2014, a pesar de los ingentes esfuerzos en la zona del Secretario de Estado de EE UU, John Kerry.

Como ya hiciera su antecesora en el cargo, la ex ministra Tzipi Livni, Shalom trabajará con la Administración Obama, la Unión Europea, Naciones Unidas o el Cuarteto de Oriente Medio como principal interlocutor del premier israelí. Frente a la Autoridad Nacional Palestina seguirá siendo Yitzhak Molho quien ocupe el cargo de enviado especial de la oficina de Netanyahu.

El hecho de que Shalom nunca haya apoyado en público la solución de dos Estados o hasta haya expresado abiertamente su apoyo por la construcción de asentamientos, no hace pensar que sea la persona idónea para ocupar el puesto que se le ha asignado. Según recogía el diario israelí Haaretz en un artículo publicado el 18 de mayo, Silvan Shalom afirmó durante un tour con miembros del Consejo de colonos de Judea y Samaria, que ambos territorios “son el chaleco a prueba de balas del Estado de Israel”.

Por si esto fuera poco, su mujer, la periodista de televisión Judy Nir Mozes Shalom, acaba de tener que enviar una disculpa pública a la Casa Blanca, retractándose de un tuit en el que escribió irónicamente “¿Saben lo que es un ‘Café Obama’? –Negro y débil”. Tras recibir unos 75.000 comentarios, la autora del tuit decidió borrarlo y llegó a disculparse en las redes hasta tres veces seguidas tras el revuelo provocado.

 

Miri Regev, una ministra de Cultura a la que no quieren los artistas

La ministra de Cultura, Miri Regev, en una ceremonia en Tel Aviv. Gil Cohen Magent/AFP/Getty Images
La ministra de Cultura, Miri Regev, en una ceremonia en Tel Aviv. Gil Cohen Magent/AFP/Getty Images

El ascenso de Regev en el escalafón de las bases del partido Likud ha sido meteórico. De ocupar el puesto veintisiete durante su primer periodo en el Parlamento israelí (Knesset) en 2009, ha pasado a colocarse en el quinto en las últimas elecciones. Como antigua portavoz del Ejército (2005-2008) y Jefa del equipo de censores militares, a Regev parece resultarle difícil el uso del lenguaje moderado, integrador y flexible necesario para lidiar con una cartera como la de Cultura, la opción ofrecida por Netanyahu.

Sus últimas declaraciones han sido tan polémicas que, semanas después de asumir el cargo, ya se ha ganado la enemistad de gran parte de la comunidad artística israelí, a la que considera “arrogante”.  “¿Para quién trabajo? Es lo que me pregunto. Para una banda de ingratos que creen saberlo todo, algunos de los cuales son unos hipócritas que te pudren la vida”, dijo la Ministra en entrevista a la revista femenina At, en su edición de julio, tal y como recogió la agencia France Press“Si tengo censurar, censuraré”, aseguró también Regev en relación a la suspensión temporal de la financiación de una obra de teatro A Parallel Time (Un tiempo paralelo), representada en una de las salas en lengua árabe más prestigiosas del país e inspirada en la vida de Walid Daka, en prisión por el asesinato del soldado Moshe Tamam en 1984.

 

Aryeh Deri, de preso por fraude a ministro de Economía

El ministro de Economía, Aryeh Deri, en Jerusalem. David SIlverman/Getty Images
El ministro de Economía, Aryeh Deri, en Jerusalem. David SIlverman/Getty Images

Entre 1988 y 1993 Aryeh Deri fue el titular de la cartera de Interior –bajo el mandato del conservador Yitzhak Shamir–, además del líder del partido ultraortodoxo sefardí, Shas, hasta que en 1999 fue condenado por aceptar sobornos (hasta 155.000 dólares) y embolsarse comisiones para financiar la red asistencial del partido, así como por fraude y abuso de confianza. Delitos que le llevaron 22 meses a prisión.

Antes del fallecimiento en 2013 del gran líder espiritual, el rabino Obadia Yosef, Deri –que seguía teniendo mala reputación, tanto como corrupto como corruptor– se las apañó para ser exonerado de sus “faltas”, lo que le permitió disputarle el liderazgo del partido al ex titular de Interior, Eli Yishai. Tal fue el enfrentamiento entre ambos que Yishai terminó abandonando Shas por la puerta trasera para crear un partido nuevo, que sin embargo luego no superó el umbral electoral del 3,5%, siendo hoy una fuerza extraparlamentaria. Descartada la posibilidad de comandar el ministro de Interior, –el gran anhelo de Aryeh Deri–, el actual ministro de Economía lidia ya con competencias vinculadas a áreas como industria o comercio exterior, en principio sin gran interés para la mayoría de sus tradicionales votantes, judíos ultraortodoxos.