Entre las muchas de costumbres que diferencian una cultura de otra, hay hábitos que definen a la humanidad. Uno de esos hábitos universales es el comer en familia.

En un intento de responder a la pregunta: ¿qué nos une? el fotógrafo Chris Terry visitó en Chad, Ecuador, Jordania, Myanmar y Níger hogares que reciben asistencia alimentaria del Programa Mundial de Alimentos de Naciones Unidas (PMA) gracias a la financiación del Departamento de Ayuda Humanitaria y Protección Civil de la Comisión Europea (ECHO). La idea de esta iniciativa es lograr un mundo con Hambre Cero.

Las circunstancias de las familias en estos países son, considerablemente, más difíciles que las de la media europea. Durante el tiempo en el que los conflictos, los desastres naturales o la pobreza extrema les impiden proporcionar alimentos suficientes para mantenerse sanos y hacer que sus hijos crezcan hasta su máximo potencial, reciben una asistencia humanitaria que les permite, además de nutrirse, mantener el valioso hábito de comer en familia.

Una muestra más amplia de fotografías en gran formato se expone en la Terminal 2 del Aeropuerto Adolfo Suárez de Madrid hasta el 19 de diciembre. En la web www.familymeal.eu se pueden encontrar, además, las recetas de cocina de las familias retratada

Las condiciones climáticas de Chad son extremas, desde la sequía a las lluvias torrenciales e inundaciones. El territorio se caracteriza por la erosión del suelo y la desertificación. En la foto Achta aparece cocinando en su choza para su familia. © Programa Mundial de Alimentos/Chris Terry, con el apoyo de la UE.
Achta (en el centro), rodeada por sus 10 hijos en Chad. Dejaron el norte del país escapando de la sequía. Ahora viven en una pequeña choza en la localidad de Arada, en el este del país. “Siempre comemos en familia”. © Programa Mundial de Alimentos/Chris Terry, con el apoyo de la UE.
En Ecuador se facilita asistencia alimentaria a familias de refugiados colombianos y comunidades ecuatorianas vulnerables. Incluye un fuerte componente de género. El propósito es ayudar a la convivencia entre refugiados y familias locales. © Programa Mundial de Alimentos/Chris Terry, con el apoyo de la UE.
Los refugiados colombianos en Ecuador reciben cupones de comida del Programa Mundial de Alimentos. También reciben formación sobre los alimentos y su valor nutricional. Expositores como este en el supermercado les muestran los productos que dan energía y que ayudan a los niños a crecer con salud. Esta formación es clave para que los refugiados se familiaricen con los productos que se ofertan en su país de acogida. © Programa Mundial de Alimentos/Chris Terry, con el apoyo de la UE.
En Jordania, Abu Sayid recoge sus raciones de comida en el centro de distribución del Programa Mundial de Alimentos. Las raciones complementan el pan fresco que los refugiados sirios reciben diariamente en Zaatari. También les dan cupones con los que pueden adquirir otros productos en las tiendas del campamento. Este sistema también contribuye a la economía local. © Programa Mundial de Alimentos/Chris Terry, con el apoyo de la UE.
Dos pequeños visitan a sus vecinos y son obsequiados con una rodaja de pepino en el campamento de Kut Khai, en Myanmar, para personas desplazadas por el conflicto. Los pepinos se cultivan en el huerto comunitario del campamento. Muchas madres dicen: “Comer en familia es nuestra oportunidad diaria para reunirnos, vernos la cara, para discutir las cosas”. © Programa Mundial de Alimentos/Chris Terry, con el apoyo de la UE.
Níger, que padece vulnerabilidades estructurales, cuenta con muchos hogares pobres con inseguridad alimentaria en zonas propensas a desastres naturales como sequías o inundaciones. © Programa Mundial de Alimentos/Chris Terry, con el apoyo de la UE.
En comunidades vulnerables de Níger el arroz blanco sólo se sirve en ocasiones especiales. La familia disfruta de la comida en silencio, por respeto a los alimentos. Al terminar, charlan sobre lo que han hecho durante el día. © Programa Mundial de Alimentos/Chris Terry, con el apoyo de la UE.