Gastar al menos un billón de euros en proyectos a escala global.

 

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Puede parecer obvio, pero después de tres años de crisis económica (y contando) necesitamos decirlo: una economía que no crece lo suficientemente rápido sufrirá para pagar sus facturas y crear empleos. Y eso es exactamente lo que está sucediendo. El crecimiento en el mundo en desarrollo, aunque todavía muy por encima del que experimentaron los países avanzados en 2011, ha recibido un duro golpe por la extrema volatilidad de los mercados financieros internacionales, lo que a su vez ha perjudicado la demanda interna en muchas economías de mercados emergentes y ha tenido también efectos indirectos en términos de flujos de capital y de comercio. Mientras, la Organización Internacional del Trabajo calculó una tasa de paro global del 6,1% en 2011, es decir, el equivalente a 203,3 millones de personas sin trabajo.

Claramente, hay que hacer algo, y he aquí una idea que podría beneficiar a economías grandes y pequeñas, ricas y pobres: una masiva inversión global en infraestructura, financiada con la creatividad que se requiere en esta época de austeridad y destinada a hacer arrancar la economía.

Un crecimiento más alto sólo se podrá conseguir mediante inversiones a nivel mundial, y mientras las fábricas continúen teniendo un excedente de capacidad no aprovechada y los edificios de viviendas y de oficinas permanezcan vacíos, no es probable que sea el sector privado el que abra camino. Los gobiernos deben desempeñar un papel activo, y la solución podría adoptar la forma de una iniciativa global de inversión en infraestructura de al menos un billón de euros. Nunca hasta ahora se ha intentado una iniciativa de este tipo. Existen, no obstante, propuestas de planes de infraestructura para el Este de Asia, Europa y Oriente Medio. Nosotros deberíamos hacer estos planes realidad, y convertirlos en globales, construyendo un consenso entre las instituciones multilaterales de desarrollo, así como mediante el G-20 y otras agrupaciones importantes.

Los proyectos de inversión en infraestructura crean empleo y crecimiento ahora y mejoran la productividad en el futuro. Por ejemplo, en Estados Unidos sólo 1.000 millones de dólares en nuevas inversiones en transporte, instalaciones escolares, sistemas de agua y energía podrían crear 18.000 empleos, especialmente en los sectores de la construcción y la manufactura, que han sido golpeados con especial dureza por la recesión.

La mejora de la infraestructura es algo necesario para que los países avanzados sigan siendo competitivos. Con unos presupuestos públicos cada vez más ajustados, no obstante, este tipo de iniciativas tendrían que basarse en proyectos que se autofinanciasen, como puentes de peaje y trenes de alta velocidad, o usar mecanismos de financiación innovadores que fomenten la participación privada.

Es además vital promover y facilitar las inversiones en infraestructura en los países en desarrollo en los que los cuellos de botella y la baja productividad asfixian el desarrollo. En países como Nigeria y Tanzania, la falta de acceso al agua, los sistemas de saneamiento, las carreteras y la electricidad no sólo afecta a las vidas diarias de cientos de millones de personas, sino que también vuelve a las empresas menos competitivas. ¿Cómo puedes competir si no tienes electricidad? Muchos negocios nunca se ponen en marcha porque los servicios de infraestructura que requieren no están disponibles. Una pequeña financiación creativa podría dar para mucho.

Ha llegado el momento de que países ricos y pobres por igual unan sus manos para, literalmente, construir el futuro. Las inversiones en infraestructura en los países en desarrollo aumentarán la demanda de los bienes de capital, como las turbinas y las excavadoras que a menudo son producidos en EE UU y en Europa, y potenciarán también las exportaciones, el empleo en el sector manufacturero y el crecimiento en los países de rentas altas a la vez que reducen la pobreza y fomentan el crecimiento en el mundo en desarrollo. Es una solución en la que todos ganan. Así que, ¿a qué estamos esperando?

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