La clave para la desactivación del terrorismo islamista en las sociedades occidentales es un mejor conocimiento de la religión musulmana. Esta es la teoría de Azeem Ibrahim, empresario de éxito y experto en seguridad internacional y considerado uno de los multimillonarios más joven y de más rápido crecimiento en Reino Unido. 

 

FP en español: Los musulmanes europeos dicen sentirse maltratados por los medios de comunicación. ¿Qué soluciones propone para cambiar esta tendencia?

Azeem Ibrahim: La raíz de este problema está en un malentendido muy extendido sobre el islam. La gente oye hablar de ideas islamistas radicales y de extremismo violento y piensa que esto es representativo del islam. No lo es. Sólo un porcentaje diminuto de los musulmanes es radical y un porcentaje ínfimo actúa. Los medios de comunicación se fijan injustamente en esta minoría de una minoría. Como analogía, es como si el Ku Klux Klan se erigiera como representante de la cristiandad.

La solución ha de venir de ambas partes. Hasta ahora, las comunidades musulmanas en Europa adolecen de una falta de representatividad (en parte porque es una comunidad muy dividida) y por esto, la condena general del mundo musulmán al radicalismo no aparece en los medios. En realidad ha habido un montón de eruditos musulmanes y otras voces que han hablado alto y claro -como la Declaración de Amman, por ejemplo- pero los medios lo ignoran porque no los conocen y, quizá más importante, no saben que hablan en nombre de la inmensa mayoría de los musulmanes del mundo. El cambio más importante sería que los medios entendieran esto y lo explicaran.

Abid Katib/AFP/Getty Images

FP: ¿Se puede decir que un porcentaje significativo de los musulmanes europeos se está radicalizando cada vez más?

AI: Un porcentaje significativo, no. Un pequeño porcentaje. Sí, es cierto que hay más radicales en Europa que en otros continentes por unas cuantas razones. Primero, por la falta de una educación islámica formal en la comunidad musulmana, la cual es un baluarte contra las ideas radicales en los países islámicos. Segundo, por la falta de programas de desradicalización en los Estados europeos. Los pueblos islámicos tienen experiencia en este campo. Envían a eruditos islámicos a las prisiones para hablar a los radicales violentos y mostrarles que han sido embaucados por una perversión del islam que justifica la violencia. Estos programas tienden a conseguir resultados impresionantes en cuestiones de seguridad.

FP: En los últimos años ha conocido a algunas de las personas más poderosas del mundo. ¿Preocupa el proceso de integración musulmana en sus sociedades a los que toman las decisiones? Si esta integración no se cumple, ¿puede derivar en un problema de seguridad?

AI: A día de hoy, los musulmanes suponen el 3% de la población de la UE. Para 2025 alcanzarán entre el 5% y el 8%. En las próximas décadas, mientras la población de Europa desciende y envejece, la fuerza de trabajo será reemplazada por la inmigración.

En realidad, si miramos lo que está sucediendo sobre el terreno, los musulmanes en Europa tienden a ser más europeos en valores y actitudes, especialmente tras unas pocas generaciones. Por supuesto que la integración es importante para la seguridad, pero prevenir la radicalización lo es más.

Pensemos en la minoría gitana de Europa, puede que no esté bien integrada pero no es una amenaza porque no está radicalizada.

FP: ¿Cree que está fallando el sistema educativo para ofrecer alternativas a los musulmanes de los países occidentales?

AI: El sistema educativo no está fallando. Más aún, son las familias musulmanas las que se equivocan al no valorar lo suficiente la educación secular. En Reino Unido y Estados Unidos existen más oportunidades para triunfar por tus propios méritos que en ningún otro lugar del mundo. No obstante, todavía mucha gente ve la educación como un coste o una carga, más que como lo que es: una inversión de futuro, que posibilita un mayor poder adquisitivo y un mayor aprendizaje personal.

FP: ¿Considera que su experiencia en el Ejército británico le ayudó a sentirse parte de su país? ¿De qué manera, en un mundo global, puede alguien sentirse unido a una nación que a menudo lo observa como a un extranjero?

El sistema educativo no está fallando. Más aún, son las familias musulmanas las que se equivocan al no valorar lo suficiente la educación secular

AI: Es cierto que me hizo sentir más aún parte de mi país aunque, por supuesto, yo ya me sentía británico. Vestir el uniforme de la Reina simplemente lo reforzó. Fue uno de los momentos en que me sentí más orgullo de mi carrera.

La segunda pregunta también es muy importante. Muchos países de la Unión Europea tratan todavía a la segunda generación [gente nacida en la Unión pero de padres extracomunitarios] como inmigrantes, y ese es el problema. A menos que se les haga sentir como parte del tejido social, no tendrán ningún deseo de integración.

FP: Ha criticado la expresión “guerra contra el terror” porque no ha causado un descenso del número de atentados. ¿Por qué piensa que se utiliza este lenguaje épico y agresivo para hablar sobre el desarrollo de las operaciones contra los ataques yihadistas?

AI: Porque después del 11-S, cuando el dolor en EE UU estaba muy a flor de piel hubo una demanda política de venganza por una parte de la población. Las declaraciones de ese momento necesitaban expresar ese sentimiento. Desafortunadamente ese eslogan, “guerra contra el terror”, se tomó por una estrategia, lo cual, por supuesto, no era. Con resultados devastadores, como la relación entre Occidente y el mundo musulmán que heredó el presidente Obama o la llamada “guerra contra el terror”, que no ha reducido el terrorismo.

FP: Sostiene que para enfrentarse a la radicalización se debe proporcionar a los jóvenes musulmanes una educación islámica. ¿No es una contradicción?

AI: No es una contradicción. El islam tradicional, mayoritario y pacífico, es la mayor amenaza a las ideas radicales. La inmensa mayoría de los islamistas violentos no han tenido ninguna educación islámica. Ninguno de los que perpetraron los atentados del 11-S en EE UU o del 7-J en Londres habían recibido algún tipo de instrucción acerca de lo que el islam dice sobre tal violencia. Ni siquiera Osama Bin Laden fue nunca a un seminario ni recibió enseñanza religiosa formal. La mayoría de sus líderes tienen un historial en estudios como medicina, ingeniería o economía.

Esta gente son demagogos, no eruditos. La mayor amenaza para el reclutamiento, motivación y longevidad a largo plazo de los grupos radicales es la idea de que los jóvenes puedan empezar a ver que el auténtico islam condena la violencia que ellos propugnan. Me congratulo de que mi organización -SOLAS Foundation- esté recibiendo algo de atención del Congreso de EE UU y del Pentágono sobre como poner estas ideas en práctica.

 

Azeem Ibrahim es el fundador, director ejecutivo y gerente de inversiones de ECM Investment e investigador del programa de Seguridad Internacional de la Universidad de Harvard. Nacido en Glasgow (Escocia), inauguró con 31 años la Lista de los Escoceses más Ricos en The Sunday Times, con una fortuna estimada en 80 millones de euros. Azeem Ibrahim es hijo de paquistaníes emigrados a Reino Unido, que sirvió como paracaidista en la Armada británica. 

 

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