En 2012 vimos la continuación de la crisis en la eurozona, el aumento del euroescepticismo y el populismo en algunos rincones de Europa, los titubeos de las transiciones en Egipto y otros países, más violencia en Siria, una nueva dirección en China y los segundos capítulos de Putin y Obama. ¿Qué nos traerá 2013?

 

El mercado único se deshace. Como demuestra el reciente informe del ECFR “Por qué la crisis del euro es una amenaza para el mercado único europeo”, por mucho que la UE y la eurozona consigan arreglar la crisis, este logro fundamental de la integración europea quedará dañado. Una ruptura total de la eurozona haría añicos el mercado único (y Schengen), y un gran salto hacia la integración haría que disminuyera porque otros (como el Reino Unido) se saldrían. Pero incluso el mero hecho de salir del paso lo debilitará. En los últimos meses, los bancos de la eurozona se han retirado de las transacciones transfronterizas. Los diferenciales de la prima de riesgo hacen que las empresas alemanas, hasta las peor gestionadas, paguen muchos menos intereses que empresas españolas bien administradas. Esa situación crea nuevas barreras y hace que la atención vuelva a centrarse más en los mercados internos. Para Europa, eso significa menos competencia, menos crecimiento y precios más altos para los consumidores. El informe “Nueva geografía política” de Europa muestra que muchos Estados miembros de la UE están muy preocupados porque la integración diferenciada les está empujando a la periferia del proyecto europeo.

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Los Estados pequeños dirigen la política exterior de la UE. Mientras los países más grandes de la eurozona están dedicados a la crisis y el Reino Unido está cada vez más ajeno a Europa, varias coaliciones nuevas de Estados miembros están encargándose de encabezar la política exterior de la Unión. La “Puntuación en política exterior 2012” del ECFR muestra que la iniciativa y la dirección de Europa en el escenario mundial han estado en manos de Polonia y Suecia. La Puntuación de este año, que se hará pública este mismo mes, deja claro que Suecia está asumiendo el liderazgo tanto como las grandes potencias tradicionales, Francia y el Reino Unido, y que Holanda y Finlandia también están demostrando que, en la política exterior de la Unión, el tamaño no es lo único que importa.

El fin de la tecnocracia. Después de un año en el que los tecnócratas se hicieron con las riendas de los países de la periferia y dominaron a otros dirigentes, la política electoral regresará a la integración europea. En Italia, es probable que los comicios sean un referéndum sobre las reformas de Monti, con repercusiones importantes para el resto de Europa. Y las elecciones alemanas también podrían elegir a un nuevo gobierno que tenga menos limitaciones para actuar; aunque el peligro es que Europa esté muy ausente de la campaña.

El debate británico sobre Europa se vuelve menos envenenado. Aunque el Partido de la Independencia del Reino Unido (UKIP) seguirá avanzando y obligará a muchos parlamentarios conservadores a adoptar posturas más euroescépticas, en 2013 se extenderá la conciencia de que una Gran Bretaña sonámbula se encamina hacia una desastrosa salida de la UE. La reacción la encabezarán los líderes empresariales, seguidos de los políticos, entre ellos muchos conservadores que decidirán que el euroescepticismo divide a su propio partido, ayuda al UKIP y desvía la atención de los problemas provocados por la disfunción económica y una coalición díscola. Las discusiones sobre la pertenencia de Escocia a la UE también contribuyen a destacar las ventajas palpables de ser miembros.

Siria como terreno de batalla de conflictos subsidiarios. La guerra civil en Siria es el epicentro de una batalla regional más amplia, lo cual complica las esperanzas de solución y añade la amenaza de una desestabilización general. Está agudizando las tensiones sectarias, reanimando a fuerzas yihadistas suníes que estaban inactivas, poniendo a Irán y sus aliados a la defensiva y ofreciendo más espacio para las ambiciones kurdas. La febril atmósfera de Kurdistán está abriendo brechas entre Ankara y sus aliados Arabia Saudí y Qatar, y los ecos están llegando al norte de Irak.

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Islam político frente a religioso. Ahora que vemos la reacción contra el islam político en Egipto y Túnez, es evidente que a los Hermanos Musulmanes y otros islamistas les está costando ocuparse de los problemas cotidianos y las aspiraciones de los votantes. Los partidos islamistas han tenido que desarrollar un estilo político más maduro y formular estrategias frente a los retos socioeconómicos, para conservar el respaldo de unos votantes básicamente tradicionales y pragmáticos. Sin embargo, eso está creando una brecha entre los islamistas políticos y los grupos religiosos como los salafistas, que intentan aprovecharse de una mayor religiosidad en la sociedad civil. Esta tensión será una cuestión decisiva en países como Egipto y Túnez mientras llevan adelante sus transiciones políticas.

La Rusia de Putin es cada vez más ingobernable. Vladímir Putin, enfermo y políticamente debilitado, ya no puede manipular a los distintos grupos de poder para enfrentarlos entre sí, y eso hace que el país sea cada vez más ingobernable, mientras que la economía del petróleo está desacelerándose. La consecuencia puede ser una vuelta a las actitudes defensivas y agresivas respecto a sus vecinos del sur y el oeste (se mantendrá en silencio frente a China) y una exhibición de fuerza diplomática en Siria y frente a Estados Unidos y la OTAN por el escudo antimisiles y la lista de Magnitski. Ahora bien, detrás de todo eso, Moscú sabe que necesita desesperadamente a Occidente y no puede permitirse el lujo de presionar demasiado en tiempos difíciles.

La seguridad en el Magreb se convierte en un auténtico problema. Mientras las fuerzas de paz africanas y de la ONU se debaten con la crisis en Malí, Al Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI) tratará de ampliar sus ambiciones para incluir atentados terroristas en Europa, lo cual empujará a los franceses a intensificar sus ataques militares contra la organización.

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China 3.0 se encuentra con la dirección china 1.5. Los intelectuales y pensadores chinos creen que su país necesita iniciar una nueva era. Tras la revolución política de Mao (“China 1.0”) y la revolución económica de Deng Xiaoping (“China 2.0”), esperan una “China 3.0”. Ahora que el gigante asiático está enriqueciéndose, ¿cómo va a afrontar las desigualdades crecientes, restablecer el equilibrio en su economía y aumentar su contacto con la economía mundial? ¿Cómo va a mantener el Partido Comunista la estabilidad, teniendo en cuenta que cada vez existen más fricciones dentro de la sociedad china y hay 500 millones de internautas activos? Pese a ello, el 18º congreso del Partido nombró unos dirigentes que tienen mucho más en común con el pasado que con el futuro. A medida que el sistema político se vuelve cada vez más rígido y su política exterior cada vez más agresiva, hay una tensión en aumento entre la vigorosa sociedad china y su débil sistema político.

Y por último, la gran pregunta en la política exterior europea es…

¿Seguirá la Europa post-Estados Unidos sin crecer o descubrirá una estrategia? Para la política exterior europea, las elecciones estadounidenses no contaron, en realidad, y ahora el presidente Obama lo está confirmando al demostrar que el “giro” hacia Asia es un “alejamiento” fundamental del Atlántico norte. Europa sigue encontrando maneras de no conciliar una política exterior… Pero, si los líderes europeos apartan por fin la vista de la crisis del euro, se dan cuenta del poder, el prestigio y la influencia que ha perdido el continente, y aceptan la necesidad de formular una Estrategia Global Europea, las cosas podrían cambiar (tal vez en 2014).

 

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