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He aquí la base de datos en línea y abierta que puede resultar muy útil a la hora de diseñar o tomar decisiones en el ámbito de la acción exterior.

La política exterior de un país también se mide por su capacidad de investigar, de conocer el pasado, analizar el presente y proyectar el futuro. España nunca se ha caracterizado por ponérselo fácil a los investigadores, y menos en una disciplina como esta considerada habitualmente como minoritaria.

Entre los historiadores españoles de las relaciones internacionales surgió hace unos pocos años la polémica por la aplicación de un acuerdo del Consejo de Ministros, de octubre de 2010, sobre “política de seguridad de la información del Ministerio de Asuntos Exteriores”, que nunca se había llegado a hacer público. Según dicho acuerdo, se impide el acceso a documentos históricos que encajan en un listado de 17 asuntos que el Ministerio considera secretos o reservados, y que en la práctica blinda cualquier dato relativo a las relaciones diplomáticas de España. La norma se había dictado en el contexto, entonces, del escándalo de Wikileaks y de la revelación de los vuelos secretos de la CIA. Esa decisión se sumaba además a la del Ministerio de Defensa de vetar la desclasificación de 10.000 documentos militares de 1939 a 1968 que estaban listos para su publicación.

Nada se ha avanzado en ese sentido y los historiadores y los estudiosos de la relación de España con el mundo siguen sin poder acceder a documentos de hace 25, 40 ó 50 años. Incomprensible en un país democrático. Aún está por ver la incidencia de la nueva Ley de Transparencia sobre esta norma, pero será uno de los campos en los que se enfrentarán el derecho a conocer con los secretos de Estado en aras de una supuesta seguridad.

Pero se ha presentado recientemente una nueva herramienta que viene a paliar parte de estas carencias. Se trata de la Base de datos integrada de política exterior, que aspira a facilitar el acceso a información relevante procedente de fuentes y soportes documentales de acceso público y a permitir la sistematización y el análisis comparado, desde 1940 hasta la legislatura anterior a la actual.

Si cumple ese objetivo solo “en parte”, es porque inicialmente se ha centrado en la recopilación de información relativa a las relaciones de España con el Mediterráneo y el mundo árabo-musulmán, en total, 40 países. No en vano, ha sido una iniciativa del Grupo de Estudios sobre las Sociedades Árabes y Musulmanas (GRESAM), adscrito a la Universidad de Castilla-La Mancha y formado por investigadores procedentes de diversas disciplinas, universidades y centros de investigación.

En su estructura y en su ambición es un instrumento único, pues su diseño ha tenido un enfoque interdisciplinar, que busca incorporar, como fuente y como usuarios potenciales, al amplio número de actores que hoy intervienen en la política exterior, más allá de los vinculados al ámbito estrictamente diplomático: administraciones autonómicas y locales, universidades, instituciones culturales, empresas, etcétera.

Uno de los objetivos de este ejercicio es contribuir al desarrollo del análisis de la política exterior, una subdisciplina de las relaciones internacionales que en España ha tenido escaso recorrido, mientras que ha prevalecido el estudio descriptivo, poco sistematizado y dependiente de los discursos gubernamentales. Es el big data, ahora tan de moda, aplicado al estudio del entorno global.

Así, por ejemplo, entre las fuentes que se han volcado se encuentran el Boletín Oficial del MAEC, el buscador de iniciativas del Congreso de los Diputados o las estadísticas del comercio exterior y de la inversión española en el exterior, así como las escalillas del personal de la carrera diplomática.

La búsqueda en la base de datos se puede hacer por país, por año y período, así como por organismos e instituciones. Pero lo más interesante es el acceso a un conjunto de datos integrados que incluye personas –y sus trayectorias profesionales–, iniciativas parlamentarias, proyectos de cooperación, convenios y tratados, visitas de autoridades y exportaciones e importaciones, es decir, una radiografía completa de las relaciones de España con cada uno de los países registrados.

Un vistazo rápido a la BDPEX permite ver, por ejemplo, que el Estado que fue objeto de más iniciativas parlamentarias entre 2008 y 2011 fue Marruecos, con 379 –lo que puede parecer lógico, dado el peso de las relaciones bilaterales-; pero el segundo en cantidad fue Afganistán, con 330, debido a la presencia de las tropas españolas en las fuerzas internacionales.

Otro ejemplo en esas mismas fechas: entre los países incorporados, el que más proyectos de cooperación ha recibido ha sido Marruecos, con más de 1.000; le siguen Líbano, con 493 y Túnez, con 440*.

La BDPEX es una base de datos en línea y abierta. Está pensada para facilitar el acceso a la información y la investigación de politólogos, internacionalistas, economistas, sociólogos, historiadores, periodistas, ONG, organizaciones empresariales, sindicatos y también de todos aquellos que deben diseñar o tomar decisiones de política exterior y quieran hacerlo basándose en un conocimiento analítico.

Por otra parte, su estructura permitiría incorporar en cualquier momento otro grupo de países, hasta completar el panorama completo de las relaciones exteriores de España. Para ello hará falta contar con apoyos, tanto económicos como humanos. Lo mismo le ocurre a varias iniciativas vinculadas a pequeñas organizaciones –como la base de datos de los más de 600 viajes de Francisco Fernández Ordóñez, desarrollada por la Fundación Conferencia Anual Francisco Fernández Ordóñez (CAFFO)– y a investigadores particulares que no llegan a salir de su ámbito por falta de medios. En estos momentos en los que parece que el Gobierno, en la última fase de la legislatura, pretende impulsar su acción exterior, debería considerar todos los instrumentos que le pueden respaldar en su tarea, presentes, pasados y futuros.

*Un conjunto de estudios de caso basados en la aplicación de la BDPEX se encuentra en el número 12 de la Revista de Estudios Internacionales Mediterráneos.