¿Existe una epidemia de corruptelas en las democracias del mundo?

De Angola a Uzbekistán, de Haití a Zimbabue, hay demasiados países en todo el mundo en los que la corrupción oficial descarada no sólo queda sin castigo sino que es la norma. Ahora bien, aunque los sobornos, el amiguismo y la extorsión son delitos que suelen asociarse con Estados frágiles y en vías de desarrollo, en los últimos tiempos hay dirigentes de algunas de las democracias más prósperas y estables del mundo que están siendo objeto de investigación penal. ¿Significa eso que nadie puede arrojar la primera piedra, o es que cada vez se nos da mejor atrapar a los corruptos poderosos?

 

FRANCIA

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Objetivo: El presidente Nicolas Sarkozy

Presuntos delitos: Pagos ilegales en efectivo

La investigación: La fiscalía francesa ha investigado recientemente las acusaciones de que Sarkozy recibió dinero ilegal en sobres sin identificar de Liliane Bettencourt, la mujer más rica de Francia, cuando era candidato a la presidencia en 2007. Según la ex contable de Bettencourt, el gestor financiero de la heredera de L’Oreal entregó 150.000 euros al tesorero de la campaña del presidente galo, una acusación que niegan ambas partes. El antiguo tesorero, hoy ministro de Trabajo, ha quedado oficialmente absuelto, pero los opositores dicen que la investigación llevada a cabo por el inspector de finanzas del Estado no fue imparcial.

“L’affaire Bettencourt” no es más que el último de los escándalos que han rodeado la Administración de Sarkozy, entre los que se incluye la dimisión de dos secretarios de Estado que gastaron miles de euros en cigarros y vacaciones en el Caribe y un escándalo de corrupción en el que está implicado uno de los mejores amigos y aliados políticos del presidente, una trama de información comercial privilegiada que se desarrolló en 2007. Pero en esta ocasión, tras la crisis financiera y la impopular reforma de las pensiones, es posible que lo que se esté jugando Sarkozy sea su propia carrera política: el 12 de julio tomó la insólita decisión de aparecer en la televisión nacional para negar los cargos.

Los aliados de Sarkozy han denunciado las acusaciones como un “plan político” de la izquierda, y es cierto que parece haber muchos puntos débiles en las alegaciones que hizo la asesora de Bettencourt. Pero sus adversarios no van a mostrarle mucha simpatía. Su viejo rival político, el ex primer ministro Dominique de Villepin, fue objeto durante cinco años de una investigación y un proceso por la acusación de que había falsificado documentos que vinculaban a Sarkozy con unos sobornos mientras los dos políticos aspiraban a la presidencia. De Villepin salió absuelto -aunque tres colegas suyos fueron condenados- y sostiene que la investigación no fue más que una vendetta política del presidente.

ITALIA

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Objetivo: El primer ministro Silvio Berlusconi

Presuntos delitos: Corrupción y crimen organizado

La investigación: Berlusconi afirma con orgullo que es “el hombre más perseguido por la ley de todos los tiempos”. Se han abierto contra él más de 109 casos que van desde el impago de impuestos hasta la falsa contabilidad, desde el soborno hasta la prostitución. Según dice, ha tenido que asistir a más de 2.500 vistas judiciales. Sin embargo, pese a los esfuerzos de los fiscales y sus adversarios políticos, no parece probable que Il Cavalieri, que ahora tiene 73 años, llegue a conocer el interior de una celda ni se vea obligado a dimitir.

El primer ministro teflón ha conseguido en cuatro ocasiones que se aprobaran leyes que le otorgaban inmunidad, pese a que los tribunales las han considerado anticonstitucionales. Él dice que el sistema judicial italiano tiene una arraigada parcialidad de izquierdas.

El escándalo legal más reciente en torno a Berlusconi afecta a su viejo amigo, socio y aliado político Marcello Dell’Utri, al que un tribunal ha declarado culpable de servir como enlace entre la mafia y la élite política italiana. Durante el juicio, un asesino a sueldo convicto de la mafia testificó que varios de sus jefes habían presumido de sus vínculos con Berlusconi durante los 90.

ISRAEL

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Objetivo: El ex primer ministro Ehud Olmert

Presuntos delitos: Haber aceptado sobornos

La investigación: Con las indagaciones internas sobre la ofensiva de 2008 contra Gaza y el polémico abordaje de la flotilla hace unos meses, no cabe duda de que en Israel están en marcha varias investigaciones importantes. Pero la que tiene cautivado al país es la investigación por corrupción contra Ehud Olmert, que fue objeto de acusaciones de corrupción durante todo su mandato. El empresario neoyorquino Morris Talansky asegura que dio al ex primer ministro más de 150.000 dólares (unos 115.000 euros) para su campaña a la alcaldía de Jerusalén en 1997, pero el dinero se gastó en hoteles, cigarros y relojes.

Tal vez lo más escandaloso es que se acusa a Olmert de haber cobrado a varios grupos benéficos -entre ellos, una organización de ayuda a discapacitados y el memorial del Holocausto Yad Vashem- por unos mismos viajes para recaudar fondos. Olmert anunció su dimisión en 2008 y fue acusado de fraude un año después.

Todavía no le han declarado culpable, pero las investigaciones siguen su curso. Hace poco, le interrogaron por las acusaciones de que había aceptado sobornos a cambio de ayudar a obtener contratos para un promotor inmobiliario de Jerusalén. Y el resto de su Gobierno tampoco salió muy bien parado: se ha investigado a un ministro de Finanzas por malversación de fondos, uno de Justicia dimitió después de ser condenado por acoso sexual y el presidente Moshe Katsav renunció en medio de un gran escándalo después de que le acusaran de agresión sexual.

Olmert es el primer jefe de Gobierno israelí procesado por corrupción, aunque el primer ministro actual, Benjamin Netanyahu, ha sido objeto de investigaciones en el pasado. El ministro de Exteriores, Avigdor Lieberman, también está siendo investigado por diversos delitos, entre ellos soborno, fraude y blanqueo de dinero.

TAIWAN

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Objetivo: El ex presidente Chen Shui-bian

Presuntos delitos: Corrupción y malversación de fondos

La investigación: Chen fue designado sospechoso en un caso de malversación de 450.000 dólares a las pocas horas de haber dejado el cargo de presidente de Taiwan en 2008, y condenado a cadena perpetua menos de un año después, un final ignominioso para la carrera del, en otro tiempo, prestigioso abogado de derechos humanos convertido en político.

La fiscalía llevaba mucho tiempo queriendo atrapar a Chen, que gozaba de inmunidad como presidente; detuvieron a su esposa y su yerno por falsificación e información privilegiada cuando todavía ocupaba su cargo. Los rivales políticos de Chen dijeron también que había fingido un intento de asesinato en 2004 con el fin de granjearse las simpatías de los votantes en su campaña para la reelección.

Chen y su esposa, que también fue condenada a cadena perpetua, han recurrido sus condenas. En junio se las redujeron a 20 años cuando el tribunal descubrió que la corrupción afectaba a una cantidad de dinero menor de la que se pensaba. El ex presidente permanece en prisión mientras se tramita su apelación.

Sin embargo, la administración actual no es tampoco un modelo de limpieza: el presidente Ma Ying-jeou, adversario político de Chen, fue juzgado y absuelto en dos ocasiones por corruptelas antes de asumir el poder.