Son muchos y no están todos, pero para este nuevo año hay algunos comicios a los que es mejor no perder de vista por su relevancia para el país donde se celebren o a nivel internacional. Atentos a estos sufragios.

 

Sri Lanka

Tipo: presidenciales

Fecha: enero

Un hombre pasea al lado de carteles con el retrato del presidente Mahinda Rajapakse en la ciudad de Kandy, noviembre 2014. S. Kodikara/AFP/Getty Images
Un hombre pasea al lado de carteles con el retrato del presidente Mahinda Rajapakse en la ciudad de Kandy, noviembre 2014. S. Kodikara/AFP/Getty Images

¿Qué está en juego? Ha sabido ganar la guerra, pero ha perdido la paz, dicen algunos de los críticos del actual presidente de Sri Lanka, el veterano político Mahinda Rajapaksa. Nombrado presidente en 2005, Rajapaksa fue reelegido en 2010 para un segundo sexenio, en lo más alto de su popularidad tras la victoria militar en 2009 sobre las milicias tamiles, poniendo fin a más de 25 años de guerra civil. El repentino adelanto electoral ha estado motivado por dos factores. Por una parte, la progresiva pérdida de popularidad del mandatario, al que se acusa de nepotismo y de haber ejercido sin mesura la presidencia ejecutiva, un figura constitucional de 1978 que le ha otorgado abundantes poderes y que no le ha obligado a rendir cuentas ante el Parlamento. Por otra parte, algunos analistas afirman que el adelanto electoral ha estado motivado por la desunión opositora, que Rajapaksa habría tratado de aprovechar para lograr ser reelegido por tercera vez (reelección que algunos dicen sería ilegal sin una aprobación expresa del Parlamento). Rajapaksa cuenta con ser respaldado por los votos de los nacionalistas budistas –que son mayoritarios en el país-, frente a las minorías musulmana y tamil. Algunos líderes políticos nacionalistas budistas ya han supeditado su apoyo al dirigente a cambio de la abolición de la figura de la presidencia ejecutiva, por lo que su voto podría no ser tan mayoritario a favor del todavía presidente. Tras el anuncio de la convocatoria de las elecciones, Rajapaksa tuvo que asistir a la inesperada dimisión de varios de sus ministros y parlamentarios, que se sumaron a las filas opositoras. Uno de ellos, Maithripala Sirisena, ministro de Salud, ha sido nombrado como candidato común de una amplia coalición opositora con bastantes opciones de victoria. Está por ver el grado de democracia electoral en las zonas del norte, aún fuertemente militarizadas y a las que la prensa, los diplomáticos y los observadores internacionales tienen casi imposible viajar. Además, en el sur del país se vivían a mediados del 2014 los enfrentamientos más importantes en años entre budistas y musulmanes.

 

Grecia 

Tipo: parlamentarias

Fecha: enero

¿Qué está en juego? Según varias encuestas, la coalición de izquierdas Syriza sería la ganadora de las elecciones anticipadas del próximo 25 de enero. El partido conservador Nueva Democracia, encabezado por el aún primer ministro Antonis Samaras, sería el segundo partido más votado, a escasa distancia de Syriza –un buen resultado considerando el desgaste de haber un gobernado el país en los últimos meses–. El resto de los votos se dividirían en pequeños nichos electorales, sobre todo entre los restos del naufragio socialdemócrata, los partidos nacionalistas –incluida la xenófoba Alba Dorada–, y los comunistas. La campaña electoral está siendo condicionada por las declaraciones –oficiales y oficiosas– que llegan desde Berlín, todas con la misma dinámica alarmista sobre una posible victoria de Syriza. Por su parte, la coalición de izquierdas griega ha moderado su discurso pidiendo una renegociación de la deuda aparejada a una reestructuración de los pagos de la deuda que no llegue a cancelarse. Nada muy distinto, dicen, de lo que se estableció en el Acuerdo de Londres de 1953, cuando numerosos países acreedores de Alemania –iniciadora de las dos guerras mundiales que devastaron Europa–pactaron una quita significativa de su deuda y unas condiciones de pago ventajosas que permitieron a los alemanes consolidar su milagrosa reconstrucción post bélica. El futuro de Europa como Unión se juega en muchos campos, y Grecia es uno de los principales. La pregunta para muchos votantes europeos desencantados con la respuesta europea a la crisis sigue siendo la misma que hace unos meses, antes (y después) de las elecciones al Parlamento Europeo: ¿tiene sentido una Unión Europea que exige que todo un pueblo sufra uno de los empobrecimientos conocidos más vertiginosos –en tiempos de paz–, por mal que hayan hecho las cosas sus gobernantes?

 

Nigeria

Tipo: generales

Fecha: febrero

¿Qué está en juego? La insurgencia de Boko Haram no es el único problema de Nigeria. Las tensiones entre el norte, predominantemente musulmán, y el sur, de mayoría cristiana, van más allá de la amenaza desestabilizadora de los islamistas armados. Desde dentro del propio partido del presidente, el Partido Democrático del Pueblo, se acusa al actual mandatario Godluck Jonathan de haber roto una regla no escrita –la alternancia cada dos mandatos entre un candidato musulmán y uno cristiano- al presentarse a las elecciones de 2011 tras la muerte por enfermedad del entonces presidente, un musulmán. No se trata tanto de diferencias religiosas como del equilibro en el acceso al poder y en la gestión de los ingentes recursos económicos derivados del maná petrolífero. En este sentido, Godluck Jonathan tiene un pobre expediente: en los últimos meses se han hecho públicos dos informes, uno del Parlamento y otro del Banco Central, que acusan a la actual Administración de haber sustraído de las arcas públicas entre 17 y 27 mil millones de dólares. Y no son las únicas acusaciones de corrupción contra el actual Ejecutivo. Por su parte, la principal coalición opositora, Congreso de Todos los Progresistas (APC, por sus siglas en inglés) no se libra tampoco de las divisiones internas. En diciembre elegían finalmente a su candidato para las presidenciales: Muhammadu Buhari, ex militar, presidente del país en los 80 y que ya ha sido candidato a la presidencia en tres ocasiones desde el fin del régimen militar. El precario equilibrio de poderes –tanto intra como inter partidista- hace temer a muchos analistas que pueda repetirse una oleada de violencia como la que se vivió en las pasadas elecciones de 2011, con varios cientos de personas muertas en todo el país.

 

Israel

Un israelí vota en las elecciones primarias del partido Likud en diciembre 2014. AFP/Getty Images
Un israelí vota en las elecciones primarias del partido Likud en diciembre 2014. AFP/Getty Images

Tipo: parlamentarias

Fecha: marzo

¿Qué está en juego? Nuevo adelanto electoral en Israel: desde la fundación del Estado en 1948 ningún Ejecutivo ha agotado su mandato. En esta ocasión, el primer ministro Benjamín Netanyahu ha decidido convocar elecciones debido a las complicadas relaciones dentro de su coalición de gobierno. La conflictividad larvada desembocó en conflicto abierto, con la expulsión de dos de los ministros de su amplio Gabinete: el ministro de Finanzas, Yair Lapid, y la ministra de Justicia, Tzipi Livn. Ambos calificaron la decisión de Netanyahu de demencial y cobarde, además de reprocharle su deriva ultraderechista y el enorme gasto que supondrán las elecciones, en un momento económico del país no precisamente boyante. Una de las expulsadas, Tzipi Livn –que comenzó su carrera en el partido de Netanyahu, el Likud (La Consolidación), y que ahora lidera HaTnuah (El movimiento)- ha anunciado una alianza con los laboristas en una lista única para hacer frente al primer ministro y evitar que renueve su mandato. Las primeras encuestas otorgan la victoria a esta lista de unidad opositora. El momento que vive Israel es uno de los más complicados de los últimos años: Estados Unidos y Europa siguen avanzando en sus negociaciones con Irán; la justicia europea ha anulado la definición de Hamás como grupo terrorista y Hamás y Al Fatah han alcanzado un acuerdo de gobernabilidad en la Franja de Gaza. Frente a esa situación, la derecha Israelí parece haberse reconcentrado en sí misma, con posiciones cada vez más extremistas y alejadas de la realidad, como demuestran su reciente intento de imponer una definición excluyente de Israel en su Ley Básica como “Estado nación judío” y su infatigable ampliación de asentamientos de colonos en los territorios palestinos ocupados.

 

España

Tipo: municipales, autonómicas y (por confirmar) elecciones generales

Fecha: mayo

¿Qué está en juego? 2015 se presenta como uno de los años electorales más estimulantes desde la transición política. Las elecciones municipales y autonómicas de mayo servirán para comprobar hasta qué punto los ciudadanos responden con su voto a un último lustro desastroso en demasiados sentidos: una crisis económica en curso que ha hecho que España se convierta en el país europeo donde más está creciendo la desigualdad (reciente valoración de la Organización Internacional del Trabajo); una mayoría parlamentaria usada, según la oposición, para aprobar leyes económicas y sociales unilateralmente y numerosos casos de corrupción en todos los partidos políticos con responsabilidad de gobierno–en especial en las esferas local y autonómica, pero sin olvidar el proceso judicial abierto contra el Partido Popular (en el Gobierno) en el ámbito nacional-. Una combinación política inestable que, si las encuestas aciertan, podría reconfigurar el paisaje político de modo significativo. Dos variables –al menos- condicionarán la extensión del cambio tras la primera cita electoral del año. Por un lado, la decisión final del partido político Podemos sobre en qué ciudades y regiones presenta candidato. Por otro, las coaliciones derivadas de las elecciones si, como se prevé, las urnas confirman la gran pérdida de votos de los dos partidos mayoritarios en favor de los más pequeños. No es descartable que 2015 termine con la gran cita electoral: las elecciones generales. El presidente, Mariano Rajoy, tiene la última palabra en este sentido. En manos de otro presidente, el de la Generalitat de Cataluña, está la decisión de adelantar las elecciones en esta Comunidad Autónoma. Unos sufragios que se convertirían en una especie de plebiscito oficioso sobre el respaldo de la ciudadanía catalana a una hoja de ruta consultiva independentista.

 

Reino Unido

El primer ministro británico, David Cameron, presenta la campaña electoral de los conservadores, enero 2015. Christopher Furlong/Getty Images
El primer ministro británico, David Cameron, presenta la campaña electoral de los conservadores, enero 2015. Christopher Furlong/Getty Images

Tipo: generales

Fecha: mayo

¿Qué está en juego? En una de las últimas encuestas realizadas en Reino Unido (30 mil encuestados), un quinto de los votantes que habían depositado su voto a favor de los tories en 2010 declararon que en las próximas elecciones generales votarían por el partido UKIP, formación política con ostentosas propuestas xenófobas y con una clara decisión para abandonar la Unión Europea. Una amenaza para el país en su conjunto, y en concreto para el partido de David Cameron, que ha de contar también con los votos de menos que puedan arañarles los Liberales con los que forma coalición de gobierno (y a los que las encuestas auguran una considerable pérdida de votos respecto a 2010). Una de las dudas más importantes que despejarán las elecciones es si Ed Miliband, el líder de los laboristas, conseguirá convencer a los votantes de que es digno de convertirse en el próximo primer ministro: el ascenso del Partido Verde y la desconfianza generalizada hacia los dos grandes partidos jugarían en su contra. Si se confirma la división del voto, sin claras mayorías de ninguno de los dos partidos históricos, serían necesarias las colaciones de gobierno. Los temas más importantes que se afrontarán en los debates no son nuevos, ni fáciles: la inmigración, el futuro dentro de la Unión Europea y la situación económica nacional, en especial en relación al gasto social y a la creciente desigualdad.

 

México

Tipo: federales, estatales (en 9 estados) y locales

Fecha: junio

¿Qué está en juego? No lo tendrá fácil el votante mexicano que quiera manifestar mediante su voto el hartazgo de la clase política mexicana que ha gestionado el país desde el fin de la dictadura del PRI. Las opciones son casi las mismas de siempre: salvo sorpresas, es posible que ni siquiera nada cambie para que todo siga igual. Eso explicaría que en una de las pocas encuestas realizadas hasta la fecha el porcentaje de encuestados que declaró no saber a qué partido votar o si ni siquiera votaría en las próximas elecciones federales representaba casi el mismo porcentaje que el de personas que declararon tener intención de votar por el Partido Revolucionario Institucional (PRI), al que pertenece el actual presidente Enrique Peña Nieto y que sería el más votado con diferencia. El Partido de Acción Nacional (PAN) obtendría el segundo mayor porcentaje de votos. En otras palabras: nada muy diferente a lo ocurrido en las pasadas elecciones presidenciales del 2012, en las que el PAN obtuvo el tercer puesto a escasa distancia del Partido de la Revolución Democrática (PRD), que en 2015 sería el tercero más votado. La falta de propuestas políticas renovadoras y estimulantes es uno de los síntomas más preocupantes del enfermo panorama político mexicano, con una clase política en la que pocos ciudadanos confían. De cara a la contienda electoral, habrá que estar atentos a los niveles de violencia relacionada con los nuevos y viejos reacomodos políticos de los grupos criminales –mediante pacto y/o extorsión-. La infiltración del crimen organizado en la política mexicana –en todos los niveles de Gobierno- sigue siendo uno de los principales problemas del país.

 

Argentina

El actual jefe de gobierno de Buenos Aires, Maurizio Macri, al frente de la alianza PRO, en una rueda de prensa. Victoria Egurza/AFP/Getty Images
El actual jefe de gobierno de Buenos Aires, Maurizio Macri, al frente de la alianza PRO, en una rueda de prensa. Victoria Egurza/AFP/Getty Images

Tipo: presidenciales

Fecha: octubre

¿Qué está en juego? La sucesión de Cristina Fernández de Kirchner promete un año electoral emocionante y largo. Por lo que respecta a la oposición, parece que los candidatos con más opciones para intentar conquistar la Casa Rosada son el actual jefe de gobierno de Buenos Aires, Maurizio Macri -al frente de la alianza PRO (Propuesta Republicana)- y el ex kirchnerista Sergio Massa –a la cabeza del Frente Renovador (FR)-. Por su parte, el Frente para la Victoria (FpV), el partido de Cristina Fernández, tendrá que afrontar en los próximos meses la elección de su candidato. Se barajan tres escenarios como los más probables para esta elección: que la actual presidenta no se decante por ninguno de los seis candidatos internos, dejando que el voto ciudadano decida en las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO) que se celebrarán en verano; que desde la cúpula del partido se manifiesten las preferencias hacia un candidato en concreto condicionando así posiblemente el resultado de las PASO o que se lleve a cabo un proceso de negociación interna pre electoral para establecer una candidatura de consenso con la que concurrir a las elecciones primarias. En el ámbito económico, la deuda pública argentina lleva varios meses presionada por los bonos públicos en manos de los fondos buitres –principalmente estadounidenses- que han situado al país al borde de la quiebra técnica. Las negociaciones sobre quitas y restructuración de la deuda con estos fondos, junto a los intentos de la Administración argentina para seguir financiando su gasto público, prometen seguir siendo noticia en los próximos meses condicionando a la campaña electoral oficiosa que ya está en marcha.

 

Burkina Fasso 

Tipo: presidenciales

Fecha: noviembre

¿Qué está en juego? A mediados del pasado noviembre, el Ejército, la oposición y los líderes de la sociedad civil acordaron nombrar al ex ministro de Asuntos exteriores, Michel Kafando, como el presidente interino que encabezaría el proceso de transición. Las negociaciones estuvieron auspiciadas por la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (CEDEAO). Una de las primeras decisiones de Kafando fue nombrar primer ministro del Gobierno de transición al coronel Isaac Zida, líder de la Junta Militar que se hizo con el poder tras la marcha del presidente Blaise Compaore, obligado a abandonar el cargo el pasado octubre tras una serie de protestas masivas. Un nombramiento que no ha contribuido a despejar las dudas sobre si el Ejército tiene un auténtico compromiso en no interferir en una complicada transición que tiene como destino final las próximas elecciones presidenciales de 2015. Otra de las dudas sobre la transición tiene que ver con el grado de compromiso democrático de los hombres fuertes del ex dictador Compaore, que gobernó el país durante más de 25 años (antes había sido amigo y aliado del carismático Thomas Sankara: se le ha acusado de estar implicado en su asesinato). Un año parece mucho tiempo, pero no es tanto si consideramos que se ha de armar una oposición sólida y regenerar la credibilidad institucional de un país controlado durante demasiados años por la misma élite gobernante. Además de los problemas políticos y sociales internos, un elemento a tener en cuenta será el compromiso de Francia, ex potencia colonial con una significativa presencia militar, en favorecer una transición real, con pluralismo político. Otro actor internacional que se ha servido de la posición estratégica de Burkina Fasso en la lucha contra el yihadismo en la región es Estados Unidos, que ha venido aportando en los últimos varios millones de euros como contraprestación a las arcas públicas burkinesas.

 

Birmania

Voluntarias en las elecciones municipales de Yangon en diciembre de 2014. Ye Aung Thu/AFP/Getty Images
Voluntarias en las elecciones municipales de Yangon en diciembre de 2014. Ye Aung Thu/AFP/Getty Images

Tipo: generales

Fecha: octubre o noviembre

¿Qué está en juego? El Parlamento que resulte de las próximas elecciones será el encargado de elegir al presidente birmano en 2016. Las dudas sobre el proceso electoral aún son muchas. La más importante tal vez sea si se reformará el artículo de la actual Constitución que impide a la opositora Aung San Suu Kyi convertirse en presidente. Hablamos de una Carta Magna que difícilmente se puede considerar como una hoja de ruta aceptable para una transición creíble hacia la democracia: ideada por la Junta Militar sin la aceptación de la oposición. Existen también dudas sobre cuáles serán finalmente las restricciones que condicionarán las campañas electorales de los partidos. La Comisión Electoral podría tener un gran poder para limitar e incluso vetar los actos de campaña. Otro asunto de gran relevancia tendrá que ver con el sistema representativo que se otorga a las circunscripciones electorales en las que viven las minorías étnicas del país. El gran proceso de paz que, en teoría, sigue su curso entre el Gobierno y varios grupos armados étnicos no se encuentra en un momento muy prometedor. En este sentido, hay que decir que Aung San Suu Kyi ha sido acusada de tener poca empatía con las reclamaciones de las minorías étnicas, por lo que habría que ver si su -de momento- poco probable nombramiento como presidenta cambiaría las perspectivas de un acuerdo de paz en el país. Tampoco resultan propias de una transición ejemplar las condenas a prisión de numerosos periodistas en los últimos meses.

 

Venezuela

Tipo: parlamentarias

Fecha: diciembre

¿Qué está en juego? En varias encuestas realizadas en los últimos meses se ha detectado una tendencia inédita en la última década: por primera vez los encuestados que se definen como opositores superan en porcentaje a los que se identifican con el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) fundado por Hugo Chávez. Un cambio de tendencia significativo. Faltan, sin embargo, muchos meses para las elecciones y se deben tener en cuenta, al menos, dos aspectos que condicionarán los resultados electorales. Por una parte, la división de la oposición venezolana no ha conseguido resolverse hasta la fecha, ni siquiera aprovechando el efecto galvanizador que podría haber tenido –según los opositores- la persecución política del Gobierno: el encarcelamiento de Leopoldo López y la imputación de María Corina Machado en un supuesto intento de asesinato de Nicolás Maduro. Por otra parte, hay que tener en cuenta que, aunque la intención de voto sea mayoritariamente opositora según las encuestas, el sistema electoral venezolano favorece la sobrerrepresentación: es decir, la candidatura que obtiene más votos en cada circunscripción obtiene una representación parlamentaria muy por encima del porcentaje de votos obtenidos. Cuanto más dividida esté la oposición, menos podrá aprovechar este sistema electoral. La mala situación económica del país tendrá que afrontar ahora una disminución en los ingresos por la venta de petróleo. Maduro ya ha anunciado recortes del gasto público para 2015, medida que no beneficiará precisamente su ya baja popularidad. Si los precios se mantienen en niveles tan bajos, el Gobierno se verá forzado a ulteriores devaluaciones y a un mayor endeudamiento. ¿Saldrá de nuevo la política a las calles como en 2013?

 

Yemen

Yemeníes alzan retratos del actual presidente Abd Rabbu Mansour Hadi en una manifestación progubernamental en la capital Sanaa. Mohammed Huwais/AFP/Getty Images
Yemeníes alzan retratos del actual presidente Abd Rabbu Mansour Hadi en una manifestación progubernamental en Sanaa. Mohammed Huwais/AFP/Getty Images

Tipo: referéndum constitucional, presidenciales y parlamentarias

Fecha: por confirmar

¿Qué está en juego? La transición de Yemen, iniciada en 2012 tras la renuncia del anterior presidente Alí Abdullah Saleh –tras una campaña de protestas y una posterior sublevación armada- debería comenzar a consolidarse en 2015 con un referéndum para aprobar la nueva Constitución y con unas elecciones parlamentarias y presidenciales. Eso era al menos lo previsto. Supervisado por la ONU y por el Consejo de Cooperación del Golfo (CCG) –con Arabia Saudí especialmente interesada e implicada-, el proceso transicional ha discurrido más lento de lo esperado. El país se ha convertido en un complejo campo de batalla en el que se combinan ataques de Al Qaeda en la Península Arábiga; los enfrentamientos entre el Ejército y las milicias houthis chiíes –que reconocen tener buena relación con Irán pero no el estar recibiendo su apoyo- y entre los houthis y las milicias suníes Al Islah; luchas de poder entre distintas tribus y facciones militares y los ataques con drones llevados a cabo por la CIA. El Gobierno y los houthis han firmado varios acuerdos que no han durado mucho tiempo. En estas condiciones, está por ver si las citas electorales se mantendrán en 2015 y en qué fechas. El actual presidente Abd Rabbu Mansour Hadi –vicepresidente con el depuesto Saleh- se ha visto obligado a conceder algunas de las reclamaciones tanto de las milicias separatistas del sur como de los houthis: sobre todo por lo que respecta al futuro reparto del poder y a la redistribución de la riqueza. Si en los próximos meses Yemen pudiese afrontar las citas electorales previstas, habiéndose además estabilizado la situación de violencia mediante acuerdos duraderos, sería una buena e inesperada noticia.