Contra el chismorreo:
tener imágenes inmorales en el móvil puede ocasionar problemas
en Irán.

Una cámara captó las relaciones sexuales de la famosa actriz iraní Zahra Amir
Ebrahimi y su novio a finales de 2006 y, al poco tiempo, ya circulaban por Internet
y de móvil en móvil. Entonces, el rumor de que el Gobierno persa había creado
una unidad especial de la policía para controlar los celulares corrió como un
reguero de pólvora, pero resultó infundado: “No tenemos una policía para los
móviles [en ningún punto del país]”, sentenció el jefe de las fuerzas del orden
de Teherán, Ahmad Reza Radan.

Sin embargo, este desmentido no ha sido óbice para que el Ejecutivo se embarque
en una campaña sin precedentes contra la telefonía móvil. En abril, el Consejo
Supremo de la Revolución ordenó al ministro de Telecomunicaciones la adquisición
de una tecnología que permita filtrar los mensajes multimedia o MMS (que pueden
contener imágenes, audio o vídeo) enviados, afirmando que la medida era necesaria
para evitar “acciones inmorales y problemas sociales”.

Los aparatos con cámara también están cada vez más restringidos. En algunas
ciudades, no se permite introducir ese tipo de dispositivos en salones de belleza
o acontecimientos deportivos. Tampoco se volverá a captar in fraganti
a ninguna otra celebridad: Teherán anunció que quien viole la intimidad de algún
famoso podría enfrentarse a la pena capital. Ante esta amenaza, algunos preferirán
borrar ciertos mensajes de su móvil.