Bill McKibben (‘Depende: Cambio climático’, febrero/marzo de 2009) tiene razón cuando afirma que el mundo está experimentando un calentamiento más rápido, que los impactos son más graves que las predicciones de los modelos, y que será necesario un esfuerzo colectivo –lo que incluye la coordinación entre las agencias federales, así como entre los países– para lograr algún avance real. Está en lo cierto el autor cuando dice que los costes de la inacción son elevados y mucho mayores que los costes de emprender actuaciones ya. Y, por último, está cubierto de razón cuando sostiene que no podemos esperar a adoptar medidas significativas. Sólo diferimos en que yo soy más optimista respecto a que Estados Unidos y el mundo reaccionarán rápidamente para atajar este problema.

Lo fundamental es que, aunque estoy de acuerdo en que la evaluación de los científicos es terrible, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, está abogando por la toma de medidas drásticas contra el cambio climático, y los líderes del Congreso estadounidense y los consejeros delegados de las grandes empresas están alzando, cada vez más, sus voces en apoyo de la aprobación este año de leyes en materia climática. Los astros están alineados como nunca antes lo habían estado, y lo más importante es ponerse manos a la obra. Sólo entonces podremos comenzar a entender lo que es posible conseguir. Es muy probable que podamos llegar mucho más lejos y mucho más deprisa de lo que nunca imaginamos.

  • Eileen Claussen
    Presidenta
    Pew Center sobre Cambio Climático,
    Arlington, Virginia, EE UU

 

Bill McKibben responde:
La verdad es que ni siquiera tenemos una opinión diferente sobre ese punto, porque, desde luego, yo también lo espero.