LOS ATAQUES QUE RECIBÍ POR PARTE DE CHINA ME CONVIRTIERON en un
héroe democrático mayor de lo que merezco. Los proyectos que nosotros propusimos
fueron bastante modestos. Creo que mi mayor
contribución en Hong Kong fue fomentar
un sentimiento de ciudadanía y autoconfianza
para reivindicar las libertades
de una sociedad liberal. Fue
de verdad el periodo más feliz
de mi vida profesional.

RECUERDO LAS PRIMERAS negociaciones que tuve en Pekín [en
1992]. Intentaba explicar a mi homólogo [chino] lo que significaba el imperio
de la ley. Señalé que, cuando había sido ministro británico, fui llevado a los
tribunales por los ciudadanos en varias ocasiones. Nunca supe de un día para
otro si el juez fallaría o no a mi favor. Creo que mi interlocutor chino pensó
que le estaba tomando el pelo.

HAY UNA SENSACIÓN GENERAL entre los hombres de negocios occidentales
de que, para hacer buenos negocios en China, tienes que estar de acuerdo con
el pensamiento político de las autoridades de Pekín. Esto es una completa estupidez.
Creo que los chinos son mucho más sofisticados sobre la manera de hacer negocios.

UNO DE LOS ERRORES [DEL EX PRIMER MINISTRO BRITÁNICO TONY BLAIR]
fue sugerir que criticar a la Administración Bush es equivalente al antiamericanismo.
Si esto fuese cierto, más de la mitad de la población estadounidense sería
antiamericana. Es un argumento ridículo. La verdad es que a causa de las políticas
de Blair hay ahora un antiamericanismo en Gran Bretaña más fuerte que
nunca. Lo lamento profundamente.