Vendedor ambulante en Bombay (Indranil Mukherjee/AFP/Getty Images).
Vendedor ambulante en Bombay (Indranil Mukherjee/AFP/Getty Images).

Claves para conseguir que el país reduzca de manera drástica la pobreza y cómo este modelo podría ser extrapolable a otros países en vías de desarrollo.

  • Why growth matters: how economics growth in India reduced poverty and the lessons for other developing countries
    Jagdish Bhagwati y Arvind Panagariya
    304 páginas
    Public Affairs, 2013 (en inglés)

 

Guía para gobernantes

El crecimiento de India se ha estancado a causa de la incapacidad de los sucesivos gobiernos indios para poner en marcha reformas que generen crecimiento económico, que es considerado por Jagdish Bhagwati y Arvind Panagariya como la clave para terminar con la pobreza. A pesar de ello, desde la crisis asiática de 1991 y como respuesta al ascenso de China, el país ha ido dando muestras de haber reaccionado, y de ser capaz de resurgir y convertirse en un modelo de desarrollo efectivo para otros países. Siembre y cuando, se apliquen las reformas que rompan con la tradición y abran su mercado al resto del mundo. El crecimiento económico liderado por los mercados y supervisado por el Gobierno es la clave para conseguir reducir la pobreza y mejorar la vida de los 600 millones de indios que la padecen.

El análisis del caso de la economía india comienza con la declaración de independencia de 1947, momento a partir del cual el idealismo de Jawaharlal Nehru y el posterior socialismo de su hija Indira Gandhi conformaron un modelo de Estado marcado por políticas económicas que debilitaron la productividad del país. El crecimiento se estancó por el excesivo control gubernamental y una política comercial autosuficiente y proteccionista. En 1991, la llegada de la grave crisis económica que sufrió Asia impulsó la puesta en marcha de reformas económicas que se han venido implementando en las últimas dos décadas. Los resultados son interpretados de forma positiva por Bhagwati y Panagariya, a pesar del escepticismo de economistas de izquierdas, como Joseph Stiglitz o Amartya Sen. La tesis primero desmiente los falsos mitos sobre la economía de India y después estudia las fases en que se dividen las medidas aplicadas desde 1991 hasta la actualidad.

Rompiendo mitos

Bhagwati y Panagariya desmienten, uno a uno, los mitos y las afirmaciones sobre la economía india que obstaculizan el proceso de modernización del país. Queda en entredicho, por ejemplo, la idea de que el crecimiento no es necesario para aliviar la pobreza, dado que la redistribución de la riqueza puede conseguirlo. A través de un repaso muy detallado de los planes de desarrollo llevados a cabo desde la independencia de Inglaterra hasta nuestros días, demuestran que dichas reformas han conseguido reducir la pobreza, a diferencia de lo que a menudo se dice. De hecho, mientras que en el año 1978 la mitad de la población india vivía por debajo del umbral de pobreza, a día de hoy es una quinta parte.

Los autores confirman así que la apertura del mercado no ha incrementado la pobreza del país y rechazan la idea de que la globalización genera efectos negativos para la población pobre. Otro tema que analizan es la corrupción, sobre la que afirman que no es cierto que ésta se haya disparado a partir de la aplicación de las reformas aperturistas de 1991. Entonces lo que se hizo fue reducir la posibilidad del aprovechamiento ilícito dando más liberad a ciudadanos y empresarios. Con Indira Gandhi el Estado comenzó a controlar la totalidad del sistema productivo. Así, los casos de corrupción actuales son consecuencia de un proceso pasajero debido a la multiplicación de oportunidades en sectores que aún no ha dado tiempo a reformar.

Las reformas en India

En India son dos las fases de reformas que se han dado y que podrían ser exportadas a otros países. La primera, destinada a producir crecimiento e impactar de forma directa sobre la pobreza. La segunda, centrada en el desarrollo de la sanidad, la educación y el empleo en las áreas rurales, gracias al aumento de los ingresos por parte de la población. De las diversas dimensiones de la estrategia de eliminación de la pobreza, la más importante es el crecimiento económico.

Crecimiento sostenible e inclusivo

La primera fase está enfocada en la aceleración de un crecimiento que sea tanto sostenible como inclusivo, de modo que la segunda fase consiga optimizar sus resultados. Según los autores, este primer estado todavía no ha sido completado y aún existe cierto margen de crecimiento por explotar. Del mismo modo, la productividad y la reducción de la pobreza (fruto del aumento de los salarios y del empleo) siguen siendo mejorables. Pero, ¿cuándo finalizaría? Tendría que terminar con medidas clave, como el desplazamiento de trabajadores del sector agrícola de baja producción al industrial y de servicios, y del sector informal al formal.

La existencia de una excesiva cantidad de leyes laborales que sobreprotegen al trabajador es otro problema al que se enfrentan los empresarios y que obstaculiza el crecimiento. También es necesaria la revisión de la legislación en materia de adquisición de tierras y es fundamental conseguir que el nivel educativo de la población aumente, de forma que la consecución de la modernización sea posible a gran escala.

Redistribución, sanidad y educación

Tras la aplicación efectiva de la primera fase, centrada en el crecimiento, llega el momento de llevar a cabo la redistribución. La propuesta de los autores está basada en políticas mixtas: transferencias de dinero sin condicionantes para la mayor parte de las necesidades, bonos para la educación primaria y seguros para las enfermedades más graves. También defienden la cobertura selectiva frente a la universal, con el fin de que solo los pobres se beneficien de ella.

En cuanto al sistema sanitario, Bhagwati y Panagariya abogan por la ejecución de reformas y la sustitución de personal no cualificado por médicos formados, y proponen la creación de una agencia independiente especializada en sanidad y con un presupuesto propio.

La educación primaria constituye otro importante pilar de la segunda fase de reformas, y que se ve beneficiado de forma directa por el crecimiento económico. A falta de una red escolar pública de calidad, los autores afirman que la mejor opción es la entrega de bonos para que los alumnos puedan permitirse un colegio privado.

Con una opinión pública convencida de los beneficios de estas reformas, una economía abierta al mundo, miembros de la diáspora cubriendo puestos directivos y el convencimiento de que el crecimiento es la única vía efectiva para la reducción real de la pobreza, dicen Bhagwati y Panagariya, existen motivos para ser optimistas tanto a medio como a largo plazo.

La reseña original ha sido publicada completa por ESADEgeoel Centro de Economía Global y Geopolítica de ESADE.

Jagdish Bhagwati es profesor de Economía en la Universidad de Columbia y miembro de Council on Foreign Relations. Está considerado el pionero intelectual de las reformas indias. Arvind Panagariya es profesor de Economía y Política Económica de India en la Universidad de Columbia. Es el responsable de la redacción de gran parte de las reformas recientes en India.