Consultora en Camber Collective.

Camber Collectiveong, la firma donde Jamie es consultora de gestión, no es una ONG pero nadie discutiría que juega un papel importante en el sector de la cooperación y la ayuda al desarrollo. Jamie ayuda allí a diseñar estrategias y programas para ONG, empresas e instituciones públicas y privadas en ámbitos como la mejora de la salud pública, la lucha contra la pobreza y, en el caso de los filántropos, el asesoramiento para que sus donaciones tengan el mayor impacto posible. Destacan entre los clientes de Camber la Fundación Bill & Melinda Gates, el Banco Mundial o USAID.

El camino hasta aquí no fue lineal pero las cuatro piezas que necesitaba para llegar encajan ahora perfectamente: amplias estancias en el extranjero, dominio de dos idiomas mayoritarios, conocimientos generalistas de Relaciones Internacionales y experiencia en gestión de proyectos en el sector sin ánimo de lucro.

Cuando se licenció en Psicología en la Universidad de Yale ya había trabajado con colectivos desfavorecidos y había empezado a aprender español, pero todavía no había salido al extranjero. En cuanto terminó la carrera, hizo las maletas y consiguió una plaza como profesora de inglés en la sucursal de la American University en Madrid.

Jamie van Horne
Jamie van Horne

Exprimió este trampolín para “aprender sobre temas relacionados con la educación y el mentoring de los alumnos, conocer a personas de todo el mundo, disfrutar de un país que me llamaba la atención y que me gusta mucho… y para aprender español”. Fue entonces cuando descubrió que se sentía bien en un ambiente más global y, ya con un dominio nativo del inglés y fluidez en español, le pareció una buena idea profundizar con un Máster en Relaciones Internacionales en la Universidad del Instituto de Empresa (IE University).

Jamie insiste en que tanto su experiencia laboral en la American University como la decisión de cursar el máster en el IE formaban parte de un ejercicio para encontrarse a sí misma, para identificar qué era, dentro del ámbito de las Relaciones Internacionales, exactamente lo que quería hacer con su vida. “Del máster creo que recibí una formación amplia y sólida, que me vino muy bien socializar con personas de otros países y de otras culturas y que me ayudó a seguir formándome una conciencia global”.

Ahora sabía con certeza que quería dedicarse a temas internacionales que tuvieran un impacto social y, aunque tenía conocimientos, idiomas y experiencia en el extranjero, había llegado el momento de lanzarse a por lo que le faltaba: experiencia profesional en el ámbito que había elegido.

Volvió a Seattle, donde vivía su hermana, y se convirtió en directora de Alianzas, una plataforma electrónica de captación de fondos para iniciativas sociales en todo el mundo llamada SeeYourImpact, donde aprendió a “gestionar proyectos, liderar equipos, diseñar un plan de negocio, profundizar en un ámbito que no conocía como es el de la filantropía y manejar las nuevas tecnologías”.

Sin embargo, pronto volvió a echar de menos salir al extranjero y superada con creces la prueba de vivir, trabajar y estudiar fuera, dejó aquella plataforma y se convirtió durante ocho meses en consultora freelance de proyectos como Impact Hub en Ámsterdam o Plan B en Buenos Aires y Santiago de Chile. Podía hacerlo: estaba preparada para ayudar a materializar grandes ideas porque llevaba años materializándolas.

Las cuatro piezas ya encajaban perfectamente y se incorporó a Camber Collective, una consultora de estrategia donde podría sacar todo el partido a su experiencia internacional, sus idiomas, su liderazgo y gestión de equipos y proyectos, sus conocimientos en el ámbito del mecenazgo y la cooperación y una conciencia global que no ha dejado un solo día de cultivar.

 

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