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JOHAN ORDONEZ/AFP/Getty Images

 

Aunque la violencia relacionada con el narcotráfico junto a la frontera norte de México se ha convertido en un tema político importante en EE UU, se ha prestado menos atención a las desastrosas consecuencias que está teniendo el conflicto en los países más al sur. Las mafias de la droga como los cárteles de Sinaloa y de los Zetas en busca de nuevos territorios para escapar de las enérgicas medidas del Gobierno mexicano, están instalándose cada vez más en los frágiles Estados de Centroamérica.

Después de añadir Belice y El Salvador este año, la lista de los Estados con gran presencia del narcotráfico que elabora la Casa Blanca incluye ya los siete países de Centroamérica. El 60% de la cocaína que llega a Estados Unidos a través de México viaja antes por la región central del continente, según un informe del Servicio de Investigación del Congreso. En cuatro de los siete países, las cifras de homicidios han crecido de forma significativa en los últimos cinco años; en Honduras han aumentado a más del doble.

En mayo, Guatemala sufrió su peor matanza desde el final de la guerra civil en 1996, con 27 personas decapitadas por bandas de narcotraficantes en el norte del país. Ya hay regiones enteras bajo el control de los Zetas, el segundo mayor cártel de la droga en México, que tiene acceso a ametralladoras y cohetes lanzagranadas e incluso ha construido sus propios aeródromos en la jungla. En los primeros meses del año, el Gobierno guatemalteco puso en marcha una gran ofensiva militar contra los cárteles mexicanos, pero no consiguió expulsarlos. Existen informaciones muy extendidas de que varios políticos reciben sobornos de las bandas o tienen otros vínculos con la actividad de los cárteles.

Hasta ahora, la cocaína se procesaba casi exclusivamente en los lugares donde se cultiva la coca, en la región andina de Sudamérica. Sin embargo, en marzo, se descubrió el primer laboratorio de procesado de coca en Centroamérica: en Honduras. En El Salvador, donde también se ha disparado la criminalidad, se cree que Sinaloa y los Zetas han establecido alianzas con bandas locales como la tristemente famosa Mara Salvatrucha.

Esta guerra del narcotráfico ha dejado de ser mexicana.