Desde unos presupuestos inmensos para obras hasta unas medidas de seguridad sin precedentes, los Juegos de Pekín ya tienen unas dimensiones olímpicas.

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Más presupuesto

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Las cifras: Al menos 40.000 millones de dólares en total (unos 25.500 millones de euros) , incluidos 35.000 millones para nuevas carreteras y líneas de metro, 1.800 millones para construcción y renovación de instalaciones y un presupuesto operativo de 2.000 millones.

Detrás de las cifras: Los gastos de Pekín, aproximadamente 2,5 veces lo que gastó Grecia en los Juegos de Atenas en 2004, son, con mucho, los más elevados de la historia olímpica. El transporte se lleva la parte más abultada. La capital china ha construido una terminal de 1,3 millones de metros cuadrados para su aeropuerto (uno de los recintos cerrados mas grandes del mundo, según The Wall Street Journal), además de 24 nuevas rutas de autobús y cinco nuevas líneas de metro, una de las cuales ha costado casi 2.000 millones de dólares. En total, las obras han necesitado 3 millones de toneladas de acero, entre ellas las 110.000 toneladas sólo para el estadio nacional del "nido de pájaro", de 486 millones de dólares.

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Una ruta más larga para la antorcha

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Las cifras: 137.000 kilómetros, 130 días, 20.000 portadores.

Detrás de las cifras: Denominado oficialmente el "viaje de la armonía", el recorrido de la antorcha olímpica en 2008 ha sido cualquier cosa menos armonioso. Deslucido por manifestaciones y contramanifestaciones y calificado de "crisis" incluso por el presidente del Comité Olímpico Internacional, Jacques Rogge, fue un microcosmos de la controversia más generalizada sobre los Juegos de Pekín. Los grupos defensores de la autonomía de Tíbet son los que más atención han recibido, pero también se han hecho oír diversos activistas que protestaban contra la postura de China respecto a la democracia y defendían la libertad de prensa, el nacionalismo taiwanés y una serie de causas de derechos humanos. Sin embargo, aunque la política obligó a abreviar los relevos en algunos casos (San Francisco) y los torpedeó en otros (Taiwan), sí hubo varias cosas positivas. La antorcha china ha recorrido la distancia más larga y ha tenido el mayor número de portadores desde que comenzó la tradición en 1936… con Adolf Hitler.

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Más cobertura mediática

Las cifras: 4.000 millones de telespectadores, 3.600 horas de cobertura en Estados Unidos.

Detrás de las cifras: Aparte del espectáculo eterno del deporte internacional, el interés por el ascenso de China y la controversia ajena al terreno deportivo hacen que los Juegos de este año sean un acontecimiento que no hay que perderse. Los medios chinos prevén que, a lo largo de los 17 días de competición, 4.000 millones de espectadores –una cifra sin precedentes– seguirán las retrasmisiones, que, por primera vez, se producirán y realizarán por completo en alta definición. En Estados Unidos, la cadena NBC Universal prevé retransmitir más de 3.600 horas en sus diversas cadenas, el triple de sus 1.210 horas de Atenas. Después de haber ofrecido un volumen limitado de material en su web en años anteriores, esta vez NBC proporcionará 2.200 horas de vídeo continuo en la Red y utilizará los Juegos como un "laboratorio multimillonario" para medir cómo utilizan los espectadores las diferentes plataformas mediáticas, según Associated Press. Hay más de 20.000 medios de todo el mundo acreditados, pero no todos están satisfechos: los periodistas ya se han quejado de que Pekín ha incumplido su promesa de permitir la misma libertad de prensa que en anteriores Juegos Olímpicos.

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Más voluntarios

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Las cifras: 1,5 millones de voluntarios, escogidos entre más de 2 millones de solicitantes.

Detrás de las cifras: Rebosantes de orgullo nacional y deseosos de mostrar su país al mundo, los chinos se han visto atrapados en la fiebre olímpica. En Pekín se ha seleccionado a cerca de 400.000 "voluntarios urbanos", sobre todo para ayudar a los turistas a sortear la barrera lingüística. Otros ayudarán a los visitantes a cruzar las ajetreadas calles y estarán atentos a cualquier cosa sospechosa. Unos 100.000 voluntarios "para la competición" trabajarán propiamente en los Juegos Olímpicos y Paralímpicos, un número mayor que los 60.000 que lo hicieron en Atenas. Alrededor de 400 se han formado durante semanas como animadores, para apoyar a "cualquier equipo que lo necesite" y otros 400 han practicado para desempeñar su papel de presentadores de las medallas. Los voluntarios tienen su propia canción: "Soy una estrella".

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Más seguridad

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Las cifras: 6.500 millones de dólares para Pekín, 300 millones de dólares para las instalaciones olímpicas, 1 millón de cámaras de vídeo, 100.000 miembros de las fuerzas antiterroristas.

Detrás de las cifras: Los Juegos Olímpicos son muchas veces el blanco preferido de grupos radicales que buscan llamar la atención mientras el mundo entero sigue un acontecimiento único. Desde el ataque terrorista de Munich en 1972 y la bomba de Atlanta en 1996, la amenaza de que pueda haber grietas en la seguridad quita el sueño a los organizadores olímpicos. China, en un intento de garantizar unos Juegos "perfectos", ha convertido Pekín en la ciudad más protegida de la historia olímpica (el coste de la seguridad fue de "sólo" 1.500 millones de dólares en Atenas y de 1.400 millones en Turín en 2006.) Además de los militantes uigures de Xinjiang y los defensores de la libertad de Tíbet, el Gobierno ha detenido a activistas, mendigos, prostitutas y animales callejeros, que pueden poner en peligro el deseo de Pekín de proyectar una imagen moderna. Entre las medidas de seguridad habrá llaves biométricas (huellas dactilares y escáner de iris) para las zonas delicadas, artificieros antiterroristas que se moverán en segways (patinetes eléctricos de dos ruedas) y una enorme cantidad de cámaras de vídeo, según la Asociación de Industrias de Seguridad, con sede en Virginia (EE UU). A los activistas les preocupa que, una vez que se vayan atletas y espectadores, todo ese inmenso nuevo aparato de seguridad se utilice para vigilar a los defensores de los derechos humanos y a los disidentes políticos de manera mucho más perfeccionada que antes.