Üçüncü Dünya
Savasi
(La Tercera Guerra Mundial)

Burak Turna, 352 págs.,
TIMAS yayinlari, Estambul, Turquía, 2005 (en turco)

Metal Firtina (Tormenta de metal)
Orkun Uçar y Burak Turna,
304 págs., Tima Yayinev,
Estambul, Turquía,
diciembre 2004 (en turco)

Un tanto abrumados por el recibimiento de su best seller conjunto, Metal
Firtina
,
una novela de ciencia-ficción sobre una invasión estadounidense
de Turquía, sus coautores se separaron para perseguir nuevos triunfos.
En 2005, el ex periodista Burak Turna ha publicado en solitario La
Tercera Guerra Mundial
, la historia de un conflicto multidimensional en el que China
lidera una revuelta de Oriente contra Occidente, en especial, contra el dominio
de EE UU.

En una apuesta por romper el imperialismo, Pekín invade Taiwan, ayuda
a Corea del Norte a reunificar la península y colabora con India para
acabar con la presencia militar y la autoridad estadounidense en la isla de
Diego García y Guam, somete a Japón y Australia y se plantea
atacar a EE UU en su territorio.

En ‘La Tercera Guerra
Mundial’, Turquía es un país central. Sus fuerzas
armadas no sólo ayudan a los rusos a lograr la victoria de los
ortodoxos, sino que el canciller alemán las reclama para luchar
contra los neonazis

Mientras tanto, el Oriente de Europa, es decir, Rusia, también se rebela
contra la Unión Europea, y su Ejército inicia la invasión
de los países bálticos y sigue por Finlandia, los Balcanes y
Polonia. Destruye las bases de EE UU en el Mar Negro y en los países
del Cáucaso y reúne a sus tropas en la frontera alemana. "Se
ha formado una nueva UE y esta vez su centro de gravedad estará en Europa
del Este", observa el comandante de las fuerzas turcas que luchan con
los rusos. Esta victoria de la cristiandad ortodoxa sobre la católica
y protestante pretende también conseguir la reconciliación con
el islam al que Europa occidental trató con desdén e injusticia.

Moscú emprende esta guerra para proteger a los ciudadanos de origen
ruso de los Estados bálticos, pues el ataque se produce en un momento
en el que movimientos fascistas desestabilizan gobiernos poco eficaces en Alemania
y Francia. Una alianza transnacional entre fascistas, ultranacionalistas y
cabezas rapadas planea una insurrección en Alemania con la connivencia
de los compañeros del canciller e incluso de su mujer, y se produce
una caza de turcos en las ciudades alemanas. El presidente ruso Sergei Ruskin
explica sus objetivos así: "Para salvar la democracia y reconstruir
la seguridad de Rusia se ha concedido a nuestro Ejército toda la autoridad.
Se han dado los pasos necesarios y se están realizando los contactos
precisos para crear una nueva Unión Europea que sustituya la que se
destruirá".

Patriotas: manifestantes ante un retrato de Ataturk, en el día nacional, el 29 de octubre de 2005.
Patriotas: manifestantes
ante un retrato de Ataturk, en el día nacional, el 29 de octubre
de 2005.

EE UU no ayuda a sus aliados europeos y no moviliza a la OTAN contra Moscú,
porque Washington percibe al Viejo Continente como su principal rival y apoya
los movimientos fascistas que darán lugar al choque
de civilizaciones
.
Cuando se declara la guerra entre los rusos y los europeos, EE UU hará el
papel de la caballería ligera y salvará a Europa de sí misma
y librará al mundo de la destrucción. Hasta aquí, es complicado,
pero hay más.

En la cabeza del autor se entremezclan la geopolítica y el poder de
una fuerza secreta con pedigrí medieval: la orden secreta de la Hermandad
de la Muerte, que se alió con la Iglesia católica en los días
de la Carta Magna y sigue dirigiendo los asuntos del mundo a través
del sistema financiero. No se podrían mencionar aquí todos los
subargumentos de este libro, desde los intentos de Pekín por activar
un tinte en las camisetas made in China que enfermaría a todo estadounidense
que se las pusiera, hasta los esfuerzos de la Hermandad por usar una misión
espacial de Washington para dirigir un meteorito contra el gigante
asiático
.

El libro es, sin duda, producto de una imaginación hiperactiva con
escasa consistencia lógica y poco dominio del uso de la lengua turca.
En esta Tercera Guerra Mundial, Turquía es un país central. Sus
fuerzas armadas no sólo ayudan a los rusos a lograr la victoria de los
ortodoxos, sino que son reclamadas por el canciller alemán para luchar
contra los neonazis. Turquía es el único Estado que puede arruinar
los planes de la Hermandad de la Muerte. "Ataturk previó nuestros
planes y definió su Estado-nación por oposición a nosotros
(…). Cuando todo va bien, los turcos hacen algo y nos lo estropean todo (…).
Por ello, necesitábamos que hubiera estos problemas entre Europa y los
turcos. Si éstos logran desmitificarnos, entonces la población
democrática y limpia de Europa es posible que se vuelva en contra nuestra
y el islam y la cristiandad pueden encontrarse".

Por el modo en que concluye, es evidente que habrá una secuela. El
hecho de que este libro de fantasía y conspiraciones que desfilan como
si fueran análisis geoestratégicos sea muy popular y haya vendido
unos 150.000 ejemplares sugiere que los turcos siguen buscando más derrotas
humillantes de EE UU y más jugosas historias sobre fuerzas ocultas.
Ojalá los lectores hubieran sabido descifrar el vacío y la autocomplacencia
del autor. Así nos habrían salvado de la segunda parte.

Es casi un hecho sin precedentes que se hable de una novela turca en medios
de comunicación tan diversos como Al Yazira, el diario estadounidense
The Christian Science Monitor, o el israelí Haaretz. Por eso, Orkun
Uçar, un escritor de novelas de ciencia-ficción, y Burak Turna
fueron de los más sorprendidos cuando su novela Tormenta
de metal
se
convirtió en un fenómeno internacional. El libro ha vendido más
de 300.000 ejemplares desde su primera edición, a finales de 2004, una
cifra impresionante si tenemos en cuenta que aún no ha sido traducida
a ninguna de las principales lenguas del mundo.

El argumento es el de un relato relativamente clásico sobre guerra,
conspiración, traición, patriotismo y colaboracionismo. Como
siempre, hay héroes y villanos. Pero lo más atípico de
esta novela son los dos bandos enemigos que combaten: los buenos (en este caso,
los turcos) entablan una desesperada batalla para hacer retroceder a un malvado
imperio invasor (EE UU).

Ambientada en un futuro no tan lejano (el año 2007), las fuerzas estadounidenses
atacan a las desprevenidas tropas turcas apostadas cerca de la frontera al
norte de Irak. Esta agresión, ideada con intención de crear un
pretexto para la guerra entre ambos, da paso a la invasión total de
Turquía, que culmina con el bombardeo de Ankara. Según los autores,
el presidente George W. Bush, desde el cuartel general del Mando Central del
Pentágono en Tampa, Florida, dirige la campaña militar, la Operación
Sèvres, en recuerdo del tratado del mismo nombre, firmado por un exhausto
y debilitado Imperio Otomano al final de la Primera Guerra Mundial. Aunque
ese acuerdo, que preveía el desmembramiento del Imperio Islámico
de la península de Anatolia en pequeños países, nunca
entró en vigor, sigue trayendo profundos temores nacionalistas a la
memoria de muchos turcos.

¿Qué es lo que podría provocar un asedio estadounidense?
Según se cuenta en el libro, Washington codicia las ricas reservas de
uranio, torio y bórax de Turquía. Pero los autores permiten que,
a través de su héroe, el espía turco Gokhan Birdag, conozcamos
las verdaderas razones para la guerra, cuando éste lee en un archivo
secreto interceptado a un agente estadounidense: "Tras un virulento ataque,
Anatolia no tardará en presentarse como una tierra cristiana que necesita
ser rescatada de los bárbaros turcos, y el Ejército de EE UU
será el héroe de una cruzada tardía".

El tratamiento de la sociedad turca es tan sarcástico como terribles
son los demás elementos de su trama. Cuando Estambul es atacada, lo único
que preocupa a su élite es saber cómo puede el asedio perturbar
sus vidas. El único grupo que sale bien parado es el Ejército,
protagonista de una valiente resistencia contra las fuerzas técnicamente
superiores de EE UU. Por supuesto, ésta es la manera en que los autores
aprovechan y canalizan el creciente sentimiento antiamericano en el país.
Se les recibió como a excelentes estrategas, y ahora participan en conferencias
de política exterior y telediarios. Y ellos han alimentado este antiamericanismo
insinuando que su libro no es ficción, sino que refleja un posible escenario
futuro.

La revuelta de Oriente. Soli Özel

Üçüncü Dünya
Savasi
(La Tercera Guerra Mundial)

Burak Turna, 352 págs.,
TIMAS yayinlari, Estambul, Turquía, 2005 (en turco)

Metal Firtina (Tormenta de metal)
Orkun Uçar y Burak Turna,
304 págs., Tima Yayinev,
Estambul, Turquía,
diciembre 2004 (en turco)

Un tanto abrumados por el recibimiento de su best seller conjunto, Metal
Firtina
,
una novela de ciencia-ficción sobre una invasión estadounidense
de Turquía, sus coautores se separaron para perseguir nuevos triunfos.
En 2005, el ex periodista Burak Turna ha publicado en solitario La
Tercera Guerra Mundial
, la historia de un conflicto multidimensional en el que China
lidera una revuelta de Oriente contra Occidente, en especial, contra el dominio
de EE UU.

En una apuesta por romper el imperialismo, Pekín invade Taiwan, ayuda
a Corea del Norte a reunificar la península y colabora con India para
acabar con la presencia militar y la autoridad estadounidense en la isla de
Diego García y Guam, somete a Japón y Australia y se plantea
atacar a EE UU en su territorio.

En ‘La Tercera Guerra
Mundial’, Turquía es un país central. Sus fuerzas
armadas no sólo ayudan a los rusos a lograr la victoria de los
ortodoxos, sino que el canciller alemán las reclama para luchar
contra los neonazis

Mientras tanto, el Oriente de Europa, es decir, Rusia, también se rebela
contra la Unión Europea, y su Ejército inicia la invasión
de los países bálticos y sigue por Finlandia, los Balcanes y
Polonia. Destruye las bases de EE UU en el Mar Negro y en los países
del Cáucaso y reúne a sus tropas en la frontera alemana. "Se
ha formado una nueva UE y esta vez su centro de gravedad estará en Europa
del Este", observa el comandante de las fuerzas turcas que luchan con
los rusos. Esta victoria de la cristiandad ortodoxa sobre la católica
y protestante pretende también conseguir la reconciliación con
el islam al que Europa occidental trató con desdén e injusticia.

Moscú emprende esta guerra para proteger a los ciudadanos de origen
ruso de los Estados bálticos, pues el ataque se produce en un momento
en el que movimientos fascistas desestabilizan gobiernos poco eficaces en Alemania
y Francia. Una alianza transnacional entre fascistas, ultranacionalistas y
cabezas rapadas planea una insurrección en Alemania con la connivencia
de los compañeros del canciller e incluso de su mujer, y se produce
una caza de turcos en las ciudades alemanas. El presidente ruso Sergei Ruskin
explica sus objetivos así: "Para salvar la democracia y reconstruir
la seguridad de Rusia se ha concedido a nuestro Ejército toda la autoridad.
Se han dado los pasos necesarios y se están realizando los contactos
precisos para crear una nueva Unión Europea que sustituya la que se
destruirá".

Patriotas: manifestantes ante un retrato de Ataturk, en el día nacional, el 29 de octubre de 2005.
Patriotas: manifestantes
ante un retrato de Ataturk, en el día nacional, el 29 de octubre
de 2005.

EE UU no ayuda a sus aliados europeos y no moviliza a la OTAN contra Moscú,
porque Washington percibe al Viejo Continente como su principal rival y apoya
los movimientos fascistas que darán lugar al choque
de civilizaciones
.
Cuando se declara la guerra entre los rusos y los europeos, EE UU hará el
papel de la caballería ligera y salvará a Europa de sí misma
y librará al mundo de la destrucción. Hasta aquí, es complicado,
pero hay más.

En la cabeza del autor se entremezclan la geopolítica y el poder de
una fuerza secreta con pedigrí medieval: la orden secreta de la Hermandad
de la Muerte, que se alió con la Iglesia católica en los días
de la Carta Magna y sigue dirigiendo los asuntos del mundo a través
del sistema financiero. No se podrían mencionar aquí todos los
subargumentos de este libro, desde los intentos de Pekín por activar
un tinte en las camisetas made in China que enfermaría a todo estadounidense
que se las pusiera, hasta los esfuerzos de la Hermandad por usar una misión
espacial de Washington para dirigir un meteorito contra el gigante
asiático
.

El libro es, sin duda, producto de una imaginación hiperactiva con
escasa consistencia lógica y poco dominio del uso de la lengua turca.
En esta Tercera Guerra Mundial, Turquía es un país central. Sus
fuerzas armadas no sólo ayudan a los rusos a lograr la victoria de los
ortodoxos, sino que son reclamadas por el canciller alemán para luchar
contra los neonazis. Turquía es el único Estado que puede arruinar
los planes de la Hermandad de la Muerte. "Ataturk previó nuestros
planes y definió su Estado-nación por oposición a nosotros
(…). Cuando todo va bien, los turcos hacen algo y nos lo estropean todo (…).
Por ello, necesitábamos que hubiera estos problemas entre Europa y los
turcos. Si éstos logran desmitificarnos, entonces la población
democrática y limpia de Europa es posible que se vuelva en contra nuestra
y el islam y la cristiandad pueden encontrarse".

Por el modo en que concluye, es evidente que habrá una secuela. El
hecho de que este libro de fantasía y conspiraciones que desfilan como
si fueran análisis geoestratégicos sea muy popular y haya vendido
unos 150.000 ejemplares sugiere que los turcos siguen buscando más derrotas
humillantes de EE UU y más jugosas historias sobre fuerzas ocultas.
Ojalá los lectores hubieran sabido descifrar el vacío y la autocomplacencia
del autor. Así nos habrían salvado de la segunda parte.

Es casi un hecho sin precedentes que se hable de una novela turca en medios
de comunicación tan diversos como Al Yazira, el diario estadounidense
The Christian Science Monitor, o el israelí Haaretz. Por eso, Orkun
Uçar, un escritor de novelas de ciencia-ficción, y Burak Turna
fueron de los más sorprendidos cuando su novela Tormenta
de metal
se
convirtió en un fenómeno internacional. El libro ha vendido más
de 300.000 ejemplares desde su primera edición, a finales de 2004, una
cifra impresionante si tenemos en cuenta que aún no ha sido traducida
a ninguna de las principales lenguas del mundo.

El argumento es el de un relato relativamente clásico sobre guerra,
conspiración, traición, patriotismo y colaboracionismo. Como
siempre, hay héroes y villanos. Pero lo más atípico de
esta novela son los dos bandos enemigos que combaten: los buenos (en este caso,
los turcos) entablan una desesperada batalla para hacer retroceder a un malvado
imperio invasor (EE UU).

Ambientada en un futuro no tan lejano (el año 2007), las fuerzas estadounidenses
atacan a las desprevenidas tropas turcas apostadas cerca de la frontera al
norte de Irak. Esta agresión, ideada con intención de crear un
pretexto para la guerra entre ambos, da paso a la invasión total de
Turquía, que culmina con el bombardeo de Ankara. Según los autores,
el presidente George W. Bush, desde el cuartel general del Mando Central del
Pentágono en Tampa, Florida, dirige la campaña militar, la Operación
Sèvres, en recuerdo del tratado del mismo nombre, firmado por un exhausto
y debilitado Imperio Otomano al final de la Primera Guerra Mundial. Aunque
ese acuerdo, que preveía el desmembramiento del Imperio Islámico
de la península de Anatolia en pequeños países, nunca
entró en vigor, sigue trayendo profundos temores nacionalistas a la
memoria de muchos turcos.

¿Qué es lo que podría provocar un asedio estadounidense?
Según se cuenta en el libro, Washington codicia las ricas reservas de
uranio, torio y bórax de Turquía. Pero los autores permiten que,
a través de su héroe, el espía turco Gokhan Birdag, conozcamos
las verdaderas razones para la guerra, cuando éste lee en un archivo
secreto interceptado a un agente estadounidense: "Tras un virulento ataque,
Anatolia no tardará en presentarse como una tierra cristiana que necesita
ser rescatada de los bárbaros turcos, y el Ejército de EE UU
será el héroe de una cruzada tardía".

El tratamiento de la sociedad turca es tan sarcástico como terribles
son los demás elementos de su trama. Cuando Estambul es atacada, lo único
que preocupa a su élite es saber cómo puede el asedio perturbar
sus vidas. El único grupo que sale bien parado es el Ejército,
protagonista de una valiente resistencia contra las fuerzas técnicamente
superiores de EE UU. Por supuesto, ésta es la manera en que los autores
aprovechan y canalizan el creciente sentimiento antiamericano en el país.
Se les recibió como a excelentes estrategas, y ahora participan en conferencias
de política exterior y telediarios. Y ellos han alimentado este antiamericanismo
insinuando que su libro no es ficción, sino que refleja un posible escenario
futuro.

Soli Özel es
catedrático de Relaciones Internacionales en la Universidad Bilgi de
Estambul y colaborador de la edición turca de FOREIGN
POLICY .