Antiguos y nuevos actores se apresurarán a tomar posiciones de ventaja.

2011 fue un año trascendental en Oriente Medio pero ha dejado muchos asuntos sin resolver. Las tensiones se incrementarán a medida que antiguos y nuevos actores se apresuren como locos a tomar posiciones para lograr una situación de ventaja. Las dificultades se propagarán desde las confusiones de Egipto hasta la guerra civil en Siria, pasando por las tensiones regionales relacionadas con Irán. A nivel interno, Egipto tendrá que luchar contra dinámicas en conflicto: la Hermandad Musulmana, el ejército y grupos seculares liberales competirán por ganar espacio. Puede que se encuentre un equilibrio mediante una nueva figura presidencial. Túnez avanzará con dificultades en su “aprendizaje de la democracia”; Yemen no adquirirá cohesión; Libia puede ofrecer una sorpresa positiva; y los murmullos del descontento comenzarán a dejarse oír en Arabia Saudí y Jordania. Occidente, no obstante, tendrá que aprender sobre los islamistas, y viceversa; la relación es nueva y enigmática a la vez.

La iniciativa diplomática palestina está lejos de haber llegado a su fin. Un impulso más rápido y decidido a favor de la independencia complicará las cosas para Israel y para cualquiera que todavía suspire por las negociaciones. Pero Siria e Irán acapararán los titulares. La incapacidad para acabar con la violencia en Siria planteará un gran problema. Turquía y algunos países árabes pueden sentir la necesidad de crear “zonas humanitarias de seguridad”. Mientras Assad continúe aferrado al poder en algunos lugares mientras lo pierde en otros la integridad de Siria como país estará en cuestión.

Las crecientes tensiones entre Irán e Israel y Occidente por el tema nuclear se verán exacerbadas por este contexto en transición. Los levantamientos regionales tienen preocupados tanto a Irán como a Israel. Mientras los árabes crean nuevas libertades, el gobierno iraní se mostrará preocupado por la legitimidad de sus próximas elecciones parlamentarias. Estas tensiones combinadas pueden dar pie a movimientos tácticos que podrían salirse de control –si Estados Unidos no ejerce un poder firme–. ¿Quién sabe lo que pasaría internamente en Irán?

A pesar de su complejidad, la realidad es que Oriente Medio ha entrado en un nuevo proceso histórico que tardará décadas en acabar de revelarse. Los sucesos de 2012 serán solo el prólogo, un segmento de un gran arco de acontecimientos definido por la necesidad de los ciudadanos de una mayor participación en el poder.

John Bell, director del programa de Oriente Medio del Centro Internacional de Toledo para la Paz (CITpax).