¿Cómo han gestionado sus trapos sucios?

Con los políticos y partidos de media España involucrados de una u otra forma en tramas de corrupción (Gürtel, EREs de Andalucía, caso Nóos, caso Bárcenas, etc), esglobal ha querido echar un vistazo a cómo los líderes del otro lado del charco lidiaron con sus respectivos escándalos: qué hicieron, qué aseguraron que habían hecho y cómo lo pagaron. He aquí las enseñanzas de las principales tormentas políticas de la Historia de Estados Unidos.

 

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La esclava de Thomas Jefferson

Durante el segundo año de mandato de Thomas Jefferson, uno de los “padres fundadores” de Estados Unidos y presidente desde 1801 a 1809, se empezó a hablar de su presunta relación con una esclava, Sally Hemmings, con la que habría tenido descendencia. Ambas cosas eran delito por aquel entonces. La estrategia de Jefferson fue negar los cargos y así consiguió terminar su presidencia. La Historia probaría que el presidente había mentido: en 1998 se realizaron unos test de ADN que confirmaron que era el padre de al menos uno de los hijos de Hemmings.

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El Petticoat Affair de Andrew Jackson

Presidente desde 1829 a 1837, Jackson estuvo inmerso en uno de los mayores escándalos de su época, el llamado Petticoat Affair. Su ministro de Defensa, John Henry Eaton, se casó con la viuda Margaret Timberlake. El marido de ella acababa de suicidarse, muchos creyeron que porque Eaton tenía una aventura con su mujer. El presidente Jackson apoyó al ministro, pero el resto del gabinete estaba en su contra y renunció.

Las tramas generalizadas de corrupción bajo Ulysses S. Grant

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La presidencia de Ulysses S. Grant (1869 – 1877), tras la Guerra Civil, estuvo manchada por dos grandes tramas de corrupción. En la primera, varios republicanos que le apoyaban habían recibido acciones del Credit Mobilier of America como regalo, o las adquirieron por debajo del precio del mercado. El banco financiaba la construcción del tren Union Pacific. A cambio, los congresistas darían subvenciones y legislarían a favor de la compañía, lucrándose de ello. En la segunda trama, conocida como caso del Whiskey Ring, se demostró que hubo una red de sobornos y evasión fiscal con varios miembros del gabinete de Grant. Él no se vio afectado, pero terminó con el impeachment  (la figura del Derecho anglosajón mediante la cual se puede procesar a un alto cargo público) de su ministro de Defensa, William Belknap.

 

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El hijo ilegítimo del presidente Grover Cleveland

Durante la primera de las dos campañas presidenciales que ganaría, el demócrata Grover Cleveland (1885 – 1889 y 1893 –  1897) tuvo que enfrentarse a las noticias sobre su paternidad de un niño fuera del matrimonio. Corría el año 1884. Él reconoció los hechos. Se convirtio en el hazmerreír del pueblo: “¿Mamá, mamá, dónde está papá?, ha ido a la Casa Blanca, ¡ja ja ja!", decía la letra de una canción jocosa que se hizo muy popular). A pesar de todo, el mandatario ganó no sólo esas elecciones, convirtiéndose en el presidente número 22, sino las dos legislaturas siguientes.

 

El Watergate de Richard Nixon

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El Watergate fue la tormenta política con más consecuencias de la Historia de Estados Unidos. El Comité para la Reelección del Presidente había ordenado espiar en los cuarteles generales del Partido Demócrata, entonces opositor, situados en el edificio Watergate de Washington. Cinco operarios fueron descubiertos con las manos en la masa. Nixon negó conocer la operación. Los diarios The Washington Post, The New York Times y The Time empezaron una somera cobertura. El republicano fue aceptando dimisiones de los principales responsables de la operación, pero él seguía negando estar involucrado en los hechos. Unas cintas demostraron que él había dado la orden de pagar la defensa de los abogados de los principales involucrados. Además, se destruyeron parte de las llamadas al presidente. La secretaria aseguró que lo hizo sin querer, apretando el botón equivocado del sistema de grabación. La prensa demostró que eso no era improbable. Finalmente, en otra cinta (conocida como la smoking gun tape) quedaba clara la aprobación de Nixon de la trama. Él dimitió (convirtiéndose en el primer presidente de la Historia del país en hacerlo) y 43 funcionarios de su Administración fueron juzgados y condenados. Aunque se libró de la cárcel porque su sucesor Gerald Ford le concedió el perdón presidencial.

 

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Ronald Reagan y el Irán-Contra

Fue quizá el mayor escándalo político junto al Watergate. La Administración del republicano Ronald Reagan (1981 – 1989) vendió armas a Irán, que estaba sometido a un embargo y mantenía secuestrados a siete ciudadanos estadounidenses. Con el dinero se quería subvencionar a los rebeldes nicaragüenses, a pesar de que el Congreso había prohibido financiarlos. Ronald Reagan apareció en televisión asumiendo la responsabilidad de una operación “deteriorada en su implementación”, pero negó ningún conocimiento previo ni que se hubiera tratado de un caso de armas por presos. Su equipo retuvo o destruyó innumerables documentos pertinentes en la investigación. Nunca se consiguió probar que Reagan conocía los programas en toda su extensión. Hubo 14 funcionarios y militares condenados, pero liberados enseguida y perdonados por George Bush padre.

 

El sexcandal de Bill Clinton

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Aunque en teoría no debían tener impacto alguno en el funcionamiento del país, las aventuras sexuales de Bill Clinton (Paula Jones, Monica Lewinsky, Gennifer Flowers) se convirtieron en el epicentro de su carrera política. Una de ellas pasó del clásico escándalo sexual a uno por falso testimonio, posiblemente el más famoso de la Historia reciente. En 1998 se supo que el presidente demócrata había mantenido relaciones sexuales con una becaria de la Casa Blanca, Monica Lewinsky, de 22 años. Clinton optó, inicialmente, por la estrategia de negación de los hechos. Dio una infame rueda de prensa con su mujer Hillary Clinton al lado en la que aseguró: “Voy a decir una cosa al pueblo estadounidense y no lo voy a repetir: no tuve relaciones sexuales con esa mujer, la señorita Lewinsky. Nunca he dicho una mentira a nadie, nunca. Las alegaciones son falsas”. Y se marchó, dando las gracias y asegurando que tenía trabajo más importante que hacer, como servir al pueblo americano. A medida que se iban conociendo más detalles, como la existencia de pruebas físicas (un vestido manchado de semen), el presidente empezaría a deformar el uso del término “relaciones sexuales”: “Pensaba que incluía alguna acción hecha por mí mismo”, dijo, lo que no implicaría el sexo oral practicado porque él no había tocado nunca los “genitales, ano, ingle, pecho, interior de la pierna o las posaderas” de la becaria. Finalmente, se le condenó a pagar 90.000 euros de multa por falso testimonio, se le retiró durante cinco años su licencia de abogado, pero se libró del proceso de impeachment y pudo concluir su mandato en 2001.

 

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Los regalos al gobernador de Virginia Bob McDonnell

El republicano Bo McDonnell recibió, sólo entre 2011 y 2012, más de 150.000 dólares (185.000 euros) de Star Cientific, una empresa de suplementos dietéticos. Le devolvían así los favores que el actual gobernador de Virginia les había hecho: organizar citas con los responsables de salud del Estado para vender sus productos a la sanidad para empleados públicos, organizar contactos, promocionar la compañía. Los presuntos sobornos incluían también pagos en especie: vestidos de Oscar de la Renta para su mujer, a la que el CEO de la empresa llevó en un viaje de compras a Nueva York; pagos de hasta 20.000 dólares para cubrir costes de la boda de la hija; un Rolex para él valorado en 6.500 dólares, vacaciones pagadas, etc. El gobernador negó los hechos en varias ocasiones. Dijo, por ejemplo, que el Rolex se lo había regalado su mujer. Finalmente, emitió una disculpa pública. Devolvió los regalos y el dinero recibido. Sigue siendo investigado por el FBI, pero en su estado es un político popular. A pesar de todo.