Meta: Para 2015, todos los niños y niñas deberían estar matriculados en la escuela primaria y completar el ciclo educativo.

Realidad: La educación primaria es seguramente el aspecto en el que más han conseguido los ODM hasta el momento. Hoy, según Naciones Unidas, alrededor del 89% de los niños de los países en vías de desarrollo están escolarizados, frente al 82% en 1999. Ese salto incluye un extraordinario aumento de 18 puntos en el África subsahariana, donde los índices de escolarización están hoy en torno al 75%. Sin embargo, todavía sigue habiendo 72 millones de niños que no asisten a la escuela primaria, aunque las proyecciones de la ONU dicen que la cifra bajará a 56 millones de aquí a 2015.

Algunas políticas como la reducción de las tasas escolares y las comidas gratuitas en los colegios son responsables de gran parte de los avances. Otro instrumento eficaz han sido los canjes de deuda por educación, gracias al cual países como Indonesia, Nicaragua y El Salvador acordaron aumentar sus inversiones en este área a cambio de que se aliviara su deuda.

Pero aprender no consiste sólo en asistir a clase, y el incremento de niños inscritos ha creado un nuevo problema: el abarrotamiento. Por ejemplo, el número de nuevos profesores que serán necesarios en las escuelas africanas en 2015 es igual al total de maestros que hay hoy en el continente, según la ONU. Y el incremento de alumnos no siempre ha ido acompañado de una mejora de la calidad, por lo que muchos países tienen hoy “un elevado número de graduados en secundaria con conocimientos bastante irrelevantes”, explica Sigrid Kaag, secretaria general adjunta en el Programa de Desarrollo de la ONU.