Los presidentes estadounidenses tienen relaciones peliagudas con la prensa.
Según un nuevo análisis sobre la agresividad de los periodistas en las ruedas
de prensa, algunos problemas provocan la ira del grupo de reporteros acreditados
mucho más que otros. Por ejemplo, asuntos como el alto desempleo hacen que realicen
con mayor probabilidad preguntas acusatorias. Asimismo, si el índice de interés
aumenta, los intercambios verbales pueden ser más desagradables. Pero, cuando
se trata de asuntos sobre política exterior, los presidentes lo tienen más fácil.

Cara a cara:
Bush podría reafirmar sus argumentos en el ocaso de su mandato.

En un reciente artículo publicado en la revista especializada estadounidense
American Sociological Review, los sociólogos Steven Clayman y John
Heritage y los estadistas de la Rand Corporation Marc Elliot y Laurie MacDonald
observaron que “las preguntas sobre asuntos militares y de política exterior
son menos firmes, menos acusatorias y expresan menos responsabilidad que cuestiones
sobre asuntos domésticos”. Después de analizar más de 4.000 preguntas de casi
la mitad de un siglo de ruedas de prensa, los autores concluyeron que la “cautela
[en asuntos sobre política exterior]” de los reporteros “permanece sustancialmente
sin cambios durante los periodos de guerra y paz”. ¿Por qué el cuarto poder
se tambalea con la diplomacia? “Los periodistas tienen menos acceso a la información
en la arena internacional”, dice Clayman, “así que simplemente no tienen bases
para desafiar la línea oficial”.

Esto podría ser un alivio para Bush.
Aunque su política exterior ha sido fuente
de polémica, está gozando de una relativamente
fuerte economía en su segundo
mandato, tema al que la prensa presta
más atención. Pero no se ha librado del
todo. El estudio afirma que los periodistas
son “significativamente más agresivos”
cuando tratan con patos cojos.