Un grupo de refugiados de Donetsk y Lugansk esperan para recibir la ayuda humanitaria de la misión de la ONU en Yalta, a 142 kilómetros al este de Donetsk. (Alexander Khudoteply/AFP/Getty Images)
Un grupo de refugiados de Donetsk y Lugansk esperan para recibir la ayuda humanitaria de la misión de la ONU en Yalta, a 142 kilómetros al este de Donetsk. (Alexander Khudoteply/AFP/Getty Images)

He aquí algunos posibles escenarios que podrían darse durante y una vez terminado el enfrentamiento.

Los tres principales temas que se han tratado de manera recurrente a lo largo de la crisis ucraniana han sido las relaciones comerciales, la seguridad energética y la crisis humanitaria. Precisamente durante la fallida reunión de Minsk, el pasado 26 de agosto, concluía en esos días la entrega del primer convoy humanitario procedente de Moscú hacia la población civil de estas regiones. Población civil de la que poco o nada se había hablado antes del anuncio ruso del envío de ayuda humanitaria.

Si a mediados de agosto la situación de la población era dramática, con el recrudecimiento del conflicto la crisis humanitaria se ha agravado sobremanera, no sólo por el número de bajas civiles, en torno al millar, si no también por el intenso flujo de desplazados que se dirigen, especialmente, hacia Rusia. Las cifras han ido in crescendo de manera exponencial a lo largo del verano. Ya en el mes de julio el Servicio Migratorio Federal ruso registraba alrededor de 140.000 solicitudes de ucranianos bajo diversas formas legales de estancia como la residencia temporal/permanente o en el programa de “asentamiento de compatriotas” (12.000), 48.0000 peticiones de asilo y refugio o 27.000 de ciudadanía. Pero estas cifras han seguido aumentando y ya a finales de agosto el número de peticiones de asilo y refugio en Rusia alcanzaba las 66.000. Según estas fuentes más de 121.000 ucranianos habrían solicitado el estatus de refugiado desde comienzos de este año.

Por su parte, 4.106 ucranianos habrían pedido asilo en la Unión Europea entre enero y julio, un crecimiento sustantivo si lo comparamos con las cifras de todo el año 2013. Los países con mayor número de solicitudes han sido Polonia (1.082), Alemania (556) y Suecia (500).

En sus últimas estimaciones Naciones Unidas ha informado que el número de personas que se han trasladado desde Ucrania a Rusia, rondaría entorno a los 814.000, mientras que alrededor de 260.000 ciudadanos ucranianos se habrían desplazado desde el oeste de Ucrania hacia las regiones más orientales. Y desde el comienzo de los enfrentamientos en Donestk y Lugansk, alrededor de 110.000, de los que apenas 10.000 han solicitado el estatus de asilo y refugio. Estas personas llegan sin ganas de retorno y con la idea de comenzar una nueva vida en Rusia donde les ofrecen trabajos y nuevas reubicaciones para sus familias.

Los refugiados procedentes de Ucrania están recibiendo un tratamiento privilegiado en relación con la mayoría de los migrantes que llegan al país eslavo. Así se les anima a solicitar la ciudadanía rusa y se les ofrecen compensaciones económicas (entre 120.000-240.000 rublos, unos 3.500-7.100 dólares) si se dispersan por diversas regiones del país. Concretamente, se les está animando a ir la zona del lago Baikal y Kamchatka donde se espera que lleguen en torno al millar de personas a primeros de septiembre. Para organizar tal despliegue se han abierto centros de primera acogida en varias regiones de Rusia, ya que las zonas fronterizas no dan abasto en la gestión de las llegadas.

Esta situación ha hecho que las autoridades rusas hayan tenido que poner en marcha medidas que agilicen las concesiones de asilo temporal en su territorio que ahora tardan apenas tres días, frente a los tres meses que solía tardar este procedimiento administrativo, eso sí, sólo para los refugiados procedentes de Ucrania. Además, apelando a su tradicional ius sanguinis, quiere fomentar la concesión de ciudadanía rusa a todo aquél que pruebe un buen uso del ruso o que pueda probar sus vínculos con Rusia, con la Unión Soviética o con la Rusia imperial, además de a inversores y a estudiantes graduados en universidades rusas que hayan elegido trabajar en el país.

Es bien conocido, que la Federación Rusa siempre ha considerado la cuestión migratoria como un importante problema de seguridad, y esta crisis está dando la oportunidad de comenzar a revertir una situación que siempre ha preocupado a Moscú: el desplazamiento de la población eslava de las regiones orientales rusas por inmigrantes chinos asentados en las mismas. Esto les permitiría continuar con las actuales políticas migratorias altamente restrictivas para los no-rusos.

A pesar, de lo extremadamente cuidadosas que las autoridades rusas están siendo con los refugiados procedentes del conflicto ucraniano, y si bien la popularidad de Putin sube como la espuma, también es cierto que las imágenes procedentes de los campos de refugiados ha incrementado la presión interna al Kremlin para que intervenga y frene los enfrentamientos en la frontera y envíe más ayuda humanitaria a Donestk y Lugansks a través de un segundo convoy humanitario. Quizás, esta sea una de las causas que hiciera que el apoyo de Moscú a los rebeldes prorrusos se incrementara desde finales de agosto y que uno de los puntos del plan de paz de Putin sea la cuestión de la apertura de corredores humanitarios para el paso de refugiados y ayuda humanitaria.

Pero mientras, el flujo de desplazados continua y cada vez se hace más complicado darles acomodo en los centros preparados para tal eventualidad. Ante esta situación, son varios los escenarios que podrían abrirse durante el conflicto y una vez que éste haya finalizado.

Recrudecimiento del conflicto e intervención abierta de Rusia en las regiones orientales. Esto daría como consecuencia, casi con toda probabilidad, un nuevo conflicto congelado similar al de Transnistria. Esta situación evitaría la partición de Ucrania y permitiría que Moscú controlar una parte del país. Sin embargo, hay que contar con que la zona del Donbass está sumida en una tremenda crisis, sin suministros, sin esperanzas de recuperación en el medio plazo, loque sería un problema más a añadir a la delicada situación de crecimiento económico ruso, que sería el responsable de la reconstrucción.A pesar de esto, probablemente el flujo de personas con dirección a Rusia continuaría de manera discreta.

Acuerdo de paz entre Kiev, prorrusos, Moscú y la UE. En este caso, se diseñaría una nueva estructura territorial del Estado, probablemente federal, que podría dar lugar a una suerte de bosniarización del conflicto, quedando las regiones orientales bajo control fáctico de Rusia y con autonomía política y administrativa, transformando a Ucrania en un Estado fallido. Este sería el escenario que Moscú habría buscado desde el principio de las hostilidades y si bien podría favorecer el reasentamiento de los desplazados, es probable que continúe el goteo constante de personas hacia Rusia.

Partición de Ucrania. El escenario menos favorable para Rusia. Sería la pérdida geopolítica de Ucrania. Moscú habría ganado la guerra de Crimea, pero perdería Ucrania, que pasaría a ser periferia de la UE, en lugar de periferia de Rusia y, seguramente, iría acompañada de su incorporación a la OTAN.Además, perdería cualquier opción de control regional sobre Georgia y Moldavia.

Guerra Civil abierta. La extensión del conflicto a todo el territorio, haría que el flujo de desplazados se incrementara aún más tanto hacia Rusia como hacia los países de la UE y Estados Unidos.

En cualquiera de estos posibles casos, lo que es bien cierto, es que, siguiendo la actual doctrina de Putin neopatriótica y neoimperial, de defensa a ultranza del vecino cercano, la protección de estas personas desplazadas parece garantizada. Está por ver durante cuánto tiempo sirven a sus fines y si las potencias occidentales se involucrarán igual que lo hacen en otros conflictos en los campos de refugiados y en las políticas de retorno tras la finalización del conflicto. Confiemos en que no se cometan los mismos errores que en el pasado cercano, se aprendan de los cometidos durante y al finalizar las guerras balcánicas y se aúnen esfuerzos para atender a todos y cada uno de los afectados por el conflicto.