Tiempos de rebelión en Bolivia

Juan Claudio Lechín fue galardonado en Bolivia
con el Premio Nacional de Novela 2003 por su obra La gula del picaflor, en la
que siete seductores comparten sus técnicas e historias.

FOREIGN POLICY: ¿Qué
cultura literaria hay en Bolivia?

Juan Claudio Lechín: La sociedad está tremendamente
dividida y la extracción social y la procedencia étnica suelen
determinar los gustos literarios. Para los intelectuales, políticos
y académicos, los autores extranjeros tienen aún gran predicamento.
Por desgracia, muchos bolivianos no leen, por analfabetismo o por el elevado
precio de los libros. Recurren al mercado negro, donde los compran fotocopiados.

FP: ¿Qué novelas
prefieren los bolivianos?

J. C. L: El libro
más vendido es El código Da Vinci, de Dan Brown. Entre
las obras modernas locales de mayor popularidad destacan El delirio de
Turing
, de Edmundo Paz Soldán, una novela sobre hackers
bolivianos revolucionarios que luchan contra la globalización, y El
huésped
, de Daher Canedo, una historia de ciencia-ficción
que transcurre en Rusia. Potosí 1600, de Ramón Rocha
Monroy, traslada al lector al pasado, a una ciudad próspera durante
el colonialismo español, y Las camaleonas, de Giovanna Rivero,
entreteje la fascinante vida de una boliviana de clase media haciendo uso
de una sofisticada prosa.

FP: ¿Se ha liberado la literatura
boliviana de sus marcadas divisiones ideológicas?

J. C. L: Aparen-temente, sí. Temas como la lucha
de clases, el socialismo y los héroes guerrilleros están perdiendo
protagonismo. La literatura actual refleja que Bolivia pretende combinar ideas
importadas y propias. Con el renacer de lo indígena, el libro de 1976
del antropólogo Xavier Albó Lengua y sociedad en Bolivia
ha recuperado su influencia. Mientras tanto, autores como Adolfo Cárdenas
y Germán Arauz conjugan las identidades indígena y occidental.
Sus héroes hablan español, utilizando el registro coloquial,
y confieren carácter romántico a la pobreza.

FP: ¿Qué legado cultural
dejan los recientes enfrentamientos entre ciudadanos y Gobierno por la política
energética?

J. C. L: La guerra del gas fue un momento de reacción
en que el pueblo manifestó su descontento a través de blogs
en Internet, panfletos, organizaciones de la sociedad civil y sindicatos.
Los cocaleros bolivianos y los campesinos recurren a una tradición
oral para comunicar sus nuevas ideas políticas en reuniones y encuentros
que se celebran en las localidades. Los líderes populares leen libros
sobre la energía y la economía en Bolivia; entre ellos Privatización
de la industria petrolera en Bolivia
, de Carlos Villegas; Villazón
Business School
, de Gonzalo Chávez, y Tiempos de rebelión,
de Raúl Prada y otros autores.

FP: Muchos bolivianos hablan quechua
y aimara en lugar de español. ¿Qué opciones de lectura
tienen a su alcance?

J. C. L: No muchas. La mayoría de las obras que he
citado están escritas en español. Sólo los libros educativos
publicados por el Gobierno están disponibles en aimara o quechua.

Foto de Bolivia

Tiempos de rebelión en Bolivia


Juan Claudio Lechín fue galardonado en Bolivia
con el Premio Nacional de Novela 2003 por su obra La gula del picaflor, en la
que siete seductores comparten sus técnicas e historias.

FOREIGN POLICY: ¿Qué
cultura literaria hay en Bolivia?

Juan Claudio Lechín: La sociedad está tremendamente
dividida y la extracción social y la procedencia étnica suelen
determinar los gustos literarios. Para los intelectuales, políticos
y académicos, los autores extranjeros tienen aún gran predicamento.
Por desgracia, muchos bolivianos no leen, por analfabetismo o por el elevado
precio de los libros. Recurren al mercado negro, donde los compran fotocopiados.

FP: ¿Qué novelas
prefieren los bolivianos?

J. C. L: El libro
más vendido es El código Da Vinci, de Dan Brown. Entre
las obras modernas locales de mayor popularidad destacan El delirio de
Turing
, de Edmundo Paz Soldán, una novela sobre hackers
bolivianos revolucionarios que luchan contra la globalización, y El
huésped
, de Daher Canedo, una historia de ciencia-ficción
que transcurre en Rusia. Potosí 1600, de Ramón Rocha
Monroy, traslada al lector al pasado, a una ciudad próspera durante
el colonialismo español, y Las camaleonas, de Giovanna Rivero,
entreteje la fascinante vida de una boliviana de clase media haciendo uso
de una sofisticada prosa.

FP: ¿Se ha liberado la literatura
boliviana de sus marcadas divisiones ideológicas?

J. C. L: Aparen-temente, sí. Temas como la lucha
de clases, el socialismo y los héroes guerrilleros están perdiendo
protagonismo. La literatura actual refleja que Bolivia pretende combinar ideas
importadas y propias. Con el renacer de lo indígena, el libro de 1976
del antropólogo Xavier Albó Lengua y sociedad en Bolivia
ha recuperado su influencia. Mientras tanto, autores como Adolfo Cárdenas
y Germán Arauz conjugan las identidades indígena y occidental.
Sus héroes hablan español, utilizando el registro coloquial,
y confieren carácter romántico a la pobreza.

FP: ¿Qué legado cultural
dejan los recientes enfrentamientos entre ciudadanos y Gobierno por la política
energética?

J. C. L: La guerra del gas fue un momento de reacción
en que el pueblo manifestó su descontento a través de blogs
en Internet, panfletos, organizaciones de la sociedad civil y sindicatos.
Los cocaleros bolivianos y los campesinos recurren a una tradición
oral para comunicar sus nuevas ideas políticas en reuniones y encuentros
que se celebran en las localidades. Los líderes populares leen libros
sobre la energía y la economía en Bolivia; entre ellos Privatización
de la industria petrolera en Bolivia
, de Carlos Villegas; Villazón
Business School
, de Gonzalo Chávez, y Tiempos de rebelión,
de Raúl Prada y otros autores.

FP: Muchos bolivianos hablan quechua
y aimara en lugar de español. ¿Qué opciones de lectura
tienen a su alcance?

J. C. L: No muchas. La mayoría de las obras que he
citado están escritas en español. Sólo los libros educativos
publicados por el Gobierno están disponibles en aimara o quechua.

Foto de Bolivia