La mayoría moral de Indonesia

¿Qué ocurre con la cultura de un país cuando su política se vuelve conservadora? El escritor, cineasta y fundador del premio literario Jatulistiwa, Richard Oh, critica la actual situación del archipiélago del sureste asiático, que ha dado un paso atrás en la libertad de expresión por culpa de la autocensura que se ha impuesto la mayoría de los escritores.

 

FOREIGN POLICY. ¿Cuáles son los hábitos de lectura de los indonesios?

Richard Oh. Se generaliza diciendo que no les gusta leer o que sólo les gustan las lecturas ligeras. Esa idea es inexacta y condescendiente. A los indonesios sí les gusta leer, y los libros no son un coto vedado sólo para las personas de las ciudades o con formación. Muchos escritores proceden de zonas rurales. El problema no es ni más ni menos que la inexistencia de incentivos para comprar libros. Cuando una obra cuesta 3 euros y millones de ciudadanos ganan 2 euros al día, se tienen que establecer prioridades. La literatura en inglés es todavía más cara. Tampoco hay suficientes librerías. Así que el problema no son los hábitos de lectura sino la economía.

FP. ¿Y cómo explica la expansión de varias cadenas de librerías en Yakarta?

R.O. Las propietarias de esas cadenas son grandes empresas y editoriales extranjeras que poseen un enorme capital. Pero tampoco tienen mucha variedad de libros. Los indonesios de clase media y alta prefieren comprar obras en el extranjero o por Internet. Si eres un empresario local, te apasiona la literatura y quieres vender más obras en inglés, te resultará muy difícil hacer que un negocio sea rentable. Yo mismo abrí una librería y tuve que cerrarla.

FP. ¿Qué se lee en Indonesia?

R.O. Después de la caída del régimen de Suharto, en 1998, aumentó el número de escritoras consideradas osadas por el explícito contenido sexual de sus libros. Sus obras recibieron una calurosa acogida por parte de la gente. En los últimos años, se ha producido un cambio de gustos como consecuencia del aumento de la islamización del país. Existen grupos de lectores que de repente se inclinan por obras políticamente correctas. Entre los best sellers se encuentran Khadijah: The True Love Story of Muhammad (Jadiya: la verdadera historia de amor de Mahoma), de Abdul Munim Mohamed, o novelas como Ayat ayat Cinta (Versos de amor), de Habiburrahman al Shirazy, que aborda aspectos del islam y cuya acción se sitúa en El Cairo e Indonesia. La novela ha sido llevada al cine y es uno de los mayores éxitos de taquilla hasta la fecha.

FP. Los cineastas indonesios siguen sometidos a la censura. ¿Los escritores se enfrentan a los mismos obstáculos?

R.O. El Gobierno ya no ejerce la censura sobre todos los libros, como solía hacer. Sin embargo, cada vez más, los autores se enfrentan a los grupos conservadores, incluso a aquellos que no son necesariamente musulmanes radicales. Los intelectuales veteranos critican a los más jóvenes por no conservar la moral en sus obras. Actúan como si la escena literaria contemporánea se centrase exclusivamente en historias de amor y erotismo. Por un lado, se pide a los autores que innoven en sus obras. Por otro, existen limitaciones sociales impuestas por lo que se ha llamado “el consenso público”. La sociedad está experimentando un  retroceso con toda esta cuestión de la moralidad. Para mí, esta postura es muy hipócrita. Parece que hemos vuelto otra vez a la Europa del siglo XVI.