La política exterior en las elecciones del 20 D: situación, desafíos y propuestas políticas.

Los partidos que concurren a los comicios del próximo 20 de diciembre lo hacen en un contexto internacional donde las crisis económica y de seguridad están marcando las agendas de la política exterior de cualquier país.

El próximo gobierno que salga de las urnas tendrá que enfrentarse a un mundo más desigual,  donde habrá pugna por los recursos y donde el cambio climático amenaza nuestro futuro. Los avances obtenidos en los últimos años en la reducción de la pobreza se están poniendo en peligro por el crecimiento de la desigualdad que mantiene el poder capturado en manos de los más ricos, mientras que los más vulnerables cada vez están más desprotegidos. El cambio climático está haciendo que los recursos escaseen para los más pobres que se verán además afectados por mayores desastres naturales. Millones de personas huyen de estos fenómenos, llegando a los llamados “países ricos” en busca de una vida mejor. España no será una excepción y el próximo Ejecutivo se tendrá que preparar para recibirles y ayudar a reducir las causas que les hacen abandonar sus hogares.

© Macrovector. Fotolia
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España forma parte de una Europa cada vez menos influyente, con varios conflictos armados a sus puertas, que están teniendo un impacto directo dentro de sus fronteras. En el mundo hay ahora mismo casi 60 millones de desplazados, de los cuales 19,4 millones son refugiados, un número sólo igualado en la II Guerra Mundial. Estas personas provienen del enquistado conflicto sirio, de Yemen o de los conflictos africanos. Los países vecinos a las zonas en guerra no tienen más capacidad para recibir a estos refugiados por lo que muchos están entrando en Europa en condiciones denigrantes.  Se prevé que al final de año el número de ellos en Europa alcance el millón de personas.

Estos conflictos han quedado escondidos bajo la sombra del integrismo islámico y se han convertido para la comunidad internacional en una cuestión de seguridad donde el mundo occidental es la víctima que tiene que protegerse. Y aunque  las personas que viven inmersas en el terror en estos países han pasado a un segundo plano, el próximo gobierno tendrá que jugar su papel internacional y contribuir a buscar soluciones a estos conflictos.

Los políticos deben empezar a pensar de una forma global, en un mundo en el que 1.200 millones de personas sobreviven con menos de 1,25 dólares al día (según la ONU), otras 1.500 millones viven en pobreza relativa, 600 millones de niños se encuentran en una situación de bajo pobreza extrema y 810 millones de personas pasan hambre. Mientras 30 trillones de dólares están ocultos en paraísos fiscales (igual al PIB conjunto de China y EE UU).

La Nueva Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible se postula como una de las  soluciones a estos problemas internacionales. El pasado mes de septiembre se aprobaron en Naciones Unidas los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) que guiarán esta agenda de desarrollo durante los próximos 15 años. Y España se ha comprometido a cumplirlos, por lo que cualquier partido que llegue a la Moncloa tendrá que poner en marcha esta agenda.

La Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible tiene dos características esenciales. La primera es la universalidad de todos los objetivos. A diferencia de los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM), que eran responsabilidad prioritaria de los países en desarrollo, la agenda ODS plantea todos los objetivos para todos, adaptándose al contexto y sistema referencial de medida de cada país.  España también tendrá que cumplir estos objetivos y reducir la pobreza y la desigualdad que se han incrementado en los años de la crisis. Nuestro país ya no puede mirar a los ODS solo desde el Ministerio de Exteriores, como agenda de la Cooperación y poco más. Este hecho debería servir para que la agenda ODS gane en horizontalidad y busque reforzar las políticas nacionales e internacionales haciéndolas coherentes. La segunda consiste en su carácter estructural e integral, de causas y no solo de consecuencias. Los ODM se centraban en reducir la pobreza. Los ODS incorporan elementos claramente sistémicos como la lucha contra la desigualdad o la sostenibilidad. Avanzar en estas aspiraciones requiere de un modelo económico diferente. No basta con algunos fondos adicionales bien dirigidos hacia objetivos en el campo de la salud o la educación. Los ODS retan al sistema y plantean, entre otras metas, la protección social universal, una fiscalidad más justa, el crecimiento de la riqueza del 40 % más pobre por encima de la media, un nuevo modelo productivo o la lucha contra el cambio climático de forma urgente y contundente. Y lo hacen de forma conectada, ya que los objetivos no son silos, sino que se hablan entre sí. No es posible, a modo de ejemplo, lograr el objetivo de hambre cero en el 2030 si no se frena el cambio climático.

Por tanto, la agenda de los ODS debería guiar las políticas sociales en España además de ser la guía por excelencia de la acción exterior española en su conjunto. Los ODS exigen una nueva política de desarrollo y una cooperación más sofisticada con financiación suficiente y proveniente de distintas fuentes. Las políticas económica, financiera, comercial, agrícola, migratoria y energética en su faceta internacional deben estar determinadas por la consecución de los ODS. El objetivo de la búsqueda del bien común global deberá primar sobre cualquier objetivo económico o de seguridad. No hemos de olvidar que la política de cooperación española ha sufrido un recorte del 70% y que aún España no ha apostado seriamente por medidas fiscales que obliguen a las empresas a dejar parte de sus beneficios en las arcas públicas de los países donde operan. Tampoco se acaba de poner en marcha una Tasa de Transacciones Financieras para conseguir más fondos para luchar contra la pobreza y el cambio climático fuera de nuestras fronteras. Todos estos retos estarán en manos del nuevo Ejecutivo.

Los partidos políticos que ocupen un lugar en el Congreso y en el Parlamento también tendrán la responsabilidad de reducir el sufrimiento de los millones de personas que viven atrapadas en conflictos, muchas de ellas llamando a nuestras puertas y pidiéndonos ayuda urgente, tanto en las fronteras europeas como en los países de origen y en los vecinos. Estas personas tienen derecho a ser protegidas en cualquier circunstancia tanto si viven en el conflicto como si huyen de él. Por eso es vital que en la próxima legislatura haya un compromiso fuerte con la protección de los civiles en conflicto, en especial de las mujeres. Es urgente que se atiendan las necesidades de los refugiados tanto en los países limítrofes como en Europa. Hay que protegerles, acogerles y garantizar sus derechos básicos aquí. Pero también hay que incrementar la ayuda humanitaria a los Estados de origen, dejar de vender armas a las zonas en conflicto y resolver los conflictos para que no sigan huyendo.

 

¿Están los partidos comprometidos?

Llegados a este punto, cabe preguntarse cuáles son los compromisos de los principales formaciones políticas que concurren en las próximas elecciones. A través de Poletika, una herramienta de vigilancia y presión política 2.0, más de 500 organizaciones y movimientos sociales entre los que se encuentra Oxfam Intermón, hanvigilado y presionado a los principales partidos durante los últimos seis meses para que incorporen en sus programas propuestas concretas para luchar contra la pobreza y la desigualdad.

En materia de desarrollo las propuestas se han basado en mejorar la contribución e influencia global de España para luchar contra la pobreza extrema y la desigualdad en el mundo; reconocer la importancia de la política de cooperación al desarrollo y el 0,4% de inversión en la próxima legislatura, y evitar que los avances en lucha contra la pobreza se anulen por el impacto de otras políticas. Por otro lado, respecto a conflictos armados, se ha priorizado la protección de los civiles atrapados en situaciones de conflicto y violencia, el aumento del volumen de la ayuda humanitaria y el freno a la proliferación de armas convencionales.

Además a través de Poletika se han evaluado sus programas electorales y se han comparado con su discurso. En relación a la política de desarrollo, puede afirmarse que ha sido una de las más desaparecidas del discurso de los candidatos a presidente. Sólo han hablado de ella Pedro Sánchez, Alberto Garzón y Mariano Rajoy. Y los partidos con propuestas más concretas por el momento (a falta del programa de UP, Ciudadanos y PP) han sido PSOE y Podemos.

El PSOE ha renovado el compromiso con la meta del 0,7 (largo plazo) al mismo tiempo que se ha fijado como objetivo a medio plazo alcanzar la media de la Unión Europea (en la actualidad, en el 0,42%). Su programa apuesta por que “España vuelva a estar a la cabeza del compromiso global por el desarrollo sostenible, la lucha contra la pobreza y la desigualdad… Apoya la decarbonización de la economía, la recuperación de la ayuda humanitaria, la reforma administrativa, una mayor participación de los demás actores sociales y políticos en el diseño de la política de cooperación, la implantación de la Tasa de Transacciones Financieras y un papel activo de España en la lucha contra la evasión fiscal.

Podemos también tiene un fuerte compromiso con el desarrollo que lo muestran con el compromiso presupuestario (alcanzar el 0,4% en la próxima legislatura y el 0,7% en dos) y la creación de un Ministerio de Igualdad y Solidaridad. También apuestan por poner en marcha una fiscalidad internacional más justa con la creación de un Organismo Fiscal Internacional con mayor presencia de los países en desarrollo.

Ciudadanos hace algunas propuestas positivas aunque enfoca mucho su programa en el rol de las empresas en el desarrollo. Hay aspectos interesantes como la defensa de la equidad de género, el compromiso con los ODS, un compromiso específico y estable con la ayuda humanitaria y la propuesta de un Pacto de Estado por la CaD; la propuesta que hacen sobre la reforma de la AECID tiene aspectos positivos como la profesionalización de la política pero otros son negativos como el desmantelamiento de la cooperación descentralizada.

UPyD menciona por encima los Objetivos de Desarrollo Sostenible, la meta del 0,7 y la aplicación de los Principios Rectores de las Naciones Unidas sobre empresas y derechos  humanos.

Unidad Popular tiene hasta el momento compromisos generales, a espera de su programa electoral: la meta 0,7, respeto a los derechos humanos, sostenibilidad, transparencia, fortalecimiento de la AECID, etcétera.

Por último, el Gobierno del PP ha aprobado la Agenda de Desarrollo Sostenible, por lo que esperamos compromisos concretos con su hoja de ruta. Sin embargo, en las declaraciones registradas hasta la fecha el presidente Mariano Rajoy se ha limitado a escudarse en la situación económica del país para justificar los recortes pasados en cooperación.

En cuanto a los conflictos internacionales, no parecen ser una prioridad para ningún partido en su carrera hacia la Moncloa. A pesar de que el tema de refugiados ha estado en el discurso de todos los candidatos de los principales partidos, en sus programas apenas aparecen propuestas de protección de civiles o resolución de conflictos. Sobre la protección de civiles, las propuestas de los partidos se centran en la atención a refugiados.

El PSOE es el partido que aporta medidas más alineadas con las propuestas de Poletika con un incremento del número de personas acogidas, programas de reasentamiento y aceptación de admisiones humanitarias. Propone también impulsar acciones positivas con el enfoque de género en migración y refugio.

Podemos aboga por revisar el sistema de tramitación de solicitudes de asilo, a lo que añade una revisión en la tramitación por motivos de género. Mientras, UPyD propone la creación de un mecanismo permanente de reubicación. Asimismo, UP sólo hace declaraciones generales.

Por parte de Ciudadanos, el candidato Albert Rivera ha instado al Gobierno a aceptar la propuesta de la Comisión Europea de cumplir los compromisos internacionales asumidos y habla de la primacía de los derechos humanos.

Desde el PP, las declaraciones del candidato son agridulces, ya que acepta la cuota de relocalización de refugiados, pero quiere firmar acuerdo con los países de origen para repatriación. Sin embargo, valoramos positivamente su impulso para aprobar una nueva resolución en el seno de la ONU para reforzar la protección de la mujer en los conflictos, así como fomentar la formación en materia de género de las Fuerzas Armadas. Esperamos verlo en el papel.

Tanto el PSOE como Ciudadanos hablan de recuperar la ayuda humanitaria, de hecho Ciudadanos afirma que establecerá un porcentaje fijo. Pero el resto de partidos no hace mención a este tema. Respecto a la venta de armas, sólo el PSOE incorpora en su programa el cumplimiento de la Ley de comercio de armas española, ningún otro partido incluye este tema.

Los derechos de las personas fuera de nuestras fronteras también deben ser una prioridad en los programas de los distintos partidos políticos que concurren a las elecciones del 20D.

Consulte qué dicen los partidos en poletika.org