El grafiti se ha consolidado como eje central de la cultura urbana en la ciudad más rica y poblada de América del Sur. Si los artistas callejeros ya habían convertido São Paulo en un enorme lienzo de cemento, en los últimos meses el apoyo del alcalde Fernando Haddad (Partido de los Trabajadores) ha transformado una de las avenidas centrales de la ciudad, la 23 de Maio, en un inmenso mural de 15.000 metros cuadrados y 70 muros en el que están trabajando más de 200 artistas. En São Paulo, el grafiti se ha asimilado al paisaje urbano, humanizando la ciudad, sustituyendo muros fríos, que dividen, por muros coloridos que unen.