El papel de las Fuerzas Armadas de México en la lucha el narcotráfico es cada día más polémico. Abusos y vulneraciones de derechos son atribuidas a los soldados que están desplegados para garantizar la seguridad. Juan Veledíaz, periodista mexicano especializado en el Ejército y el tráfico de drogas, habla a FP en español de la falta de resultados y la necesidad de un cambio de estrategia.

 

RONALDO SCHEMIDT/AFP/Getty Images

FP en español: ¿Qué opina sobre la labor policial que está llevando a cabo el Ejército mexicano en las calles del país?

Juan Veledíaz: La misión de los militares era la de disuadir al crimen organizado, así que podríamos decir que en gran parte han fracasado. Hay que tener en cuenta, además, que el Ejército, por su propia naturaleza, no está preparado para llevar a cabo funciones policiales, por más que algunos oficiales hayan recibido en estos últimos años formación antinarcóticos en EE UU. Los cárteles de la droga son monstruos de mil cabezas y no puedes combatirlos sólo con los soldados en las calles, debe atacarse también su estructura financiera y las carencias sociales que favorecen su implantación. En algunas zonas del país, los militares sí que han tenido enfrentamientos con grupos fuertemente armados, una labor que tal vez no hubiese podido llevar a cabo la policía. En este sentido han desempeñado una función útil. El Ejército, sin embargo, no debería dedicarse sólo a sostener enfrentamientos armados. Se supone que con su labor de inteligencia ha de cumplir también un trabajo de prevención que no han llevado a cabo. En esto se ve una absoluta falta de eficacia. No sé si es debido a que no han desarrollado esa tarea de inteligencia militar necesaria o, lo que sería más preocupante, sí la han desplegado pero no han sabido o no han querido utilizar adecuadamente la información recabada.

FP: ¿Existe disensión dentro de las Fuerzas Armadas sobre el papel que tienen en la guerra contra las drogas?

J V: El Ejército mexicano es consciente de que está sufriendo más exposición mediática, que es el paso previo al descrédito, y está molesto con esta situación. Están publicándose cada vez más informaciones críticas con los militares, con el desgaste progresivo que conlleva. La disensión interna existe. De hecho, se sabe que varios generales ya han manifestado en ámbitos militares su rechazo a sacar las tropas a la calle para la lucha contra el narco, según ha declarado el propio ministro de Defensa, también un general.

FP: Se están produciendo numerosas denuncias de abusos y vulneraciones de derechos contra los militares…

J V: Es frecuente la violación de la intimidad, con registros en casas sin las mínimas garantías legales. También abundan las detenciones arbitrarias, en ocasiones con violencia, tras las que pueden llegar a retenerte varios días sin ponerte a disposición de una autoridad civil. Algunos detenidos han denunciado torturas. También se han documentado robos en las casas que registran: desde televisores y otros electrodomésticos hasta cerdos y gallinas, lo que puedan saquear. Asimismo se han producido violaciones de mujeres, e incluso de niñas. Conviene señalar que los militares están operando bajo el fuero de guerra. Está discutiéndose la retirada de ese fuero para que puedan ser juzgados por las autoridades civiles. Aunque, al mismo tiempo, el Gobierno ha propuesto una Ley de Seguridad Nacional que ampararía muchos de esos comportamientos anticonstitucionales.

FP: ¿Hay una estrategia a medio plazo para la retirada de los soldados de estas tareas policiales?

J V: Se supone que el plan gubernamental incluía la previsión de que el Ejército cediese a la policía el control de las calles conforme las circunstancias lo permitieran. Pero a día de hoy no se sabe ni el plazo ni el modo en que las fuerzas policiales volverán a desempeñar sus funciones en muchas zonas del país. Se puede observar una gran improvisación por parte del Ejecutivo, lo que denota que no se cuenta con una estrategia seria y fiable. Tal vez nunca la hubo.

Se puede observar una gran improvisación por parte del Ejecutivo, lo que denota que no se cuenta con una estrategia seria y fiable.

FP: ¿Cabe esperar un aumento de la colaboración con EE UU teniendo en cuenta la incapacidad de México para reducir la inestabilidad en su territorio?

J V: Ni Calderón ni sus ministros están demostrando poder gestionar la situación de violencia que vive el país en amplias regiones. El Gobierno parece que se está limitando a administrar el problema, y ni siquiera bien, con el objeto de ganar tiempo, pero sin ofrecer ni desarrollar soluciones. En este contexto de debilidad institucional no puede extrañarnos que la intervención estadounidense aumente. Intervención que siempre ha existido. La CIA, la DEA y otras agencias de seguridad americanas operan desde hace años en el país. El Plan Mérida sólo favorecerá una mayor presencia de EE UU. Pero ya intervienen directamente en muchas de las operaciones antidroga que se están realizando, como la captura y la muerte de Beltrán Leyva [dirigente del cártel de Sinaloa] ocurrida hace algunos meses. En el futuro creo que se producirá una participación de agentes americanos similar a la de la operación de Beltrán Leyva: éstos formarán parte de las unidades operativas, con lo que no sólo estamos hablando de labores de asesoría y entrenamiento, aunque siempre tras la fachada visible de que son las autoridades mexicanas las que han llevado a cabo dichas acciones.

FP: ¿A qué se refiere cuando dice que el Gobierno está limitándose a administrar el problema?

J V: Llevo ya algunos meses investigando algunos aspectos relacionados con la lucha contra el narcotráfico que resultan, cuando menos, preocupantes. He podido conseguir documentos de los organismos encargados de la erradicación de plantaciones de narcóticos en los que se demuestran que las hectáreas erradicadas han sido muy pocas en este último período de gobierno del Partido Acción Nacional (PAN), a pesar de que en México se produce gran parte de la marihuana y de la pasta de opio que luego trafican los cárteles. Otro aspecto que tampoco cuadra muy bien con el empeño que el Ejecutivo dice estar poniendo en la lucha contra el narcotráfico es la cada día menor vigilancia del espacio aéreo. En años pasados, la entrada de droga en el país, sobre todo de cocaína, se diversificaba, parte entraba por mar, parte por tierra y otra parte por aire. Pero cada día se introduce más cocaína por aire. La ruta más utilizada suele ser Colombia-Venezuela, de ahí a Panamá u Honduras, y desde estos lugares a México.

FP: ¿Está México camino de convertirse en un Estado fallido?

J V: Hay amplias regiones del país en las que las autoridades institucionales no tienen presencia, y si la tienen no gobiernan y mucho menos ostentan el monopolio de la fuerza propio del Estado. Estamos hablando de ciudades y pueblos en donde no existe ni alcalde ni policía. A muchos regidores los han matado y algunos han dimitido por miedo a ser asesinados. En otras zonas nos encontramos con autoridades puestas e impuestas por el narco. Un dato a tener en cuenta es que el actual embajador de Estados Unidos en México es un experto en Estados fallidos, sobre todo africanos. Puede afirmarse que hay similitudes entre algunas áreas mexicanas –y estamos hablando de amplias zonas de varios Estados– y muchos países fallidos africanos.

 

Juan Veledíaz, periodista mexicano especializado en temas militares y de narcotráfico, fue galardonado con el Premio Nacional de Periodismo en 2002. Ha publicado recientemente El general sin memoria (Debate, 2009).

 

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