Sin un Estado será imposible defender los derechos de las palestinas y promover la igualdad.

 

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Especial FP: EL ESTADO PALESTINO

 

En todos los análisis de los recientes acontecimientos -principalmente el gobierno de unidad de Al Fatá y Hamás y el intento de reconocimiento palestino por parte de la ONU- ha existido un escaso debate sobre el potencial impacto sobre las mujeres palestinas. Esto resulta decepcionante dado el compromiso de la comunidad internacional, a través de la Resolución 1325 del Consejo de Seguridad, para abordar las necesidades de las mujeres en conflicto e incluirlas en los procesos de consolidación de la paz.

No hay duda de que todos los palestinos sufren bajo la ocupación israelí. Sin embargo, son las mujeres quienes resultan afectadas de maneras específicas. Ellas son quienes con frecuencia llevan el peso de los problemas socioeconómicos de esta situación, en especial por su responsabilidad de procurar un sustento a sus hijos. Sufren tanto por la violencia militarizada de la ocupación como por los acrecentados niveles de violencia doméstica que siempre acompañan a los conflictos. Y -lo que, desgraciadamente, es quizá más conocido- las restricciones a la libertad de movimiento significan que a las mujeres se les niega la asistencia sanitaria, lo que a menudo da como resultado que muchas acaben dando a la luz en los puestos de control.

En particular, las mujeres sufren por la ausencia de un Estado al que pedir responsabilidades por hacer que se cumplan sus derechos. Aunque sí cuenta con instituciones dirigidas a sus necesidades, lo fundamental es que la Autoridad Palestina no tiene la autoridad, la capacidad o la voluntad política para asumir los deberes de un Estado a la hora de defender los derechos de las mujeres o promover la igualdad. Esto seguirá siendo así mientras la ocupación impida que emerja un Estado palestino pleno y democrático.

Ven importantes lecciones en el modo en que las mujeres fueron excluidas del poder una vez que la revolución terminó en Egipto

Las mujeres palestinas están marginadas dentro de la vida política y excluidas de los más altos niveles de toma de decisiones. Bajo el actual marco legal, tampoco están protegidas de la violencia doméstica y sufren discriminación en lo relativo al derecho de familia. Es más, incluso en los casos en los que existen leyes para proteger sus libertades, las instituciones de justicia y seguridad con frecuencia no pueden hacerlas cumplir. Las activistas palestinas, por tanto, tienen una agenda clara. Quieren reformas legales, una constitución que les proporcione igualdad de derechos, la supervisión de los tribunales religiosos, y cuotas para introducir mujeres en la política, la judicatura y el ejecutivo. Pero para que suceda cualquiera de estas cosas, antes que nada necesitan un Estado.

Las activistas y políticas palestinas tienen un alto nivel de concienciación política y están muy bien organizadas. Su prioridad número uno es el final de la ocupación y están apoyando con todas sus fuerzas el intento de que el Estado palestino sea reconocido este mes de septiembre. Estas mujeres están haciendo lobby ante los diplomáticos y movilizando sus redes internacionales para reunir apoyos. Pero dejan claro que una vez que finalmente se establezca un Estado palestino ellas tienen su propia agenda política.

Más allá de este intento de reconocimiento en la ONU, las mujeres palestinas están observando con interés los resultados de la primavera árabe. Ven importantes lecciones en el modo en que las mujeres fueron excluidas del poder una vez que la revolución terminó en Egipto, así como en el número de tunecinas que han entrado en la política mediante cuotas electorales. Las mujeres de Gaza están siguiendo los acontecimientos de Siria con especial interés, sabiendo que el resultado que se produzca allí afectará al poder de Hamás y tendrá importantes implicaciones para su propio futuro. También se preguntan qué significará en realidad para ellas el gobierno de unidad.

Resulta decepcionante que la UE no haya respaldado de una manera más activa el intento de reconocimiento del Estado palestino y que no tuviera éxito en persuadir a Estados Unidos para que adoptara una posición más moderada durante las conversaciones del Cuarteto para Oriente Medio. Las mujeres y hombres palestinos no necesitan únicamente que se ponga fin a la ocupación, también necesitan un Estado propio que responda ante ellos.

 

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