Al hablar del estado del mundo en 2014, el optimismo sin fisuras es imposible. Toda pequeña euforia es susceptible de quedar sepultada con una palada muy superior de cinismo. Pero, a pesar de eso, siempre hay pequeñas luces para la esperanza, ligeras mejorías o perspectivas halagüeñas que se abren paso entre esa oscuridad. ¿Cuáles son esos diez motivos para ser optimistas este año?
Algunas oportunidades para la paz
2014 será un año de cruentas guerras, pero también de oportunidades para lograr la paz, o al menos para ir cimentándola. El último gran conflicto que ha sacudido los titulares de la prensa internacional es el que enfrenta en la República Centroafricana a los rebeldes golpistas musulmanes y a los grupos de autodefensa de la mayoría cristiana, lo que ha degenerado en una espantosa matanza de civiles. Si 2013 ha sido el año en que este conflicto sale a la luz y comienza a verterse la sangre, 2014 podría poner los puntos de sutura gracias al despliegue de tropas francesas y africanas autorizadas de emergencia por el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. Por lo que respecta a Sudán del Sur, donde 2013 se cerró con el primer gran enfrentamiento civil del flamante país africano, las posibilidades de una mejoría parcial parecen más probables; las negociaciones entre el Gobierno y los rebeldes podrían culminar a principios de 2014, aunque no sin antes haber dejado miles de muertos, alrededor de 200.000 desplazados y de haber agudizado divisiones étnicas que amenazan con emerger de forma repetida.
En Afganistán lo que se abre es un escenario de incertidumbre, con la retirada de las tropas internacionales en 2014 y las dudas sobre la capacidad de las fuerzas de seguridad nacionales para mantener a raya a la insurgencia. Sin embargo, en mitad de ese contexto volátil, continúan desarrollándose unas inciertas negociaciones de paz lideradas por Qatar, país que se dispone a albergar una delegación de los talibanes para favorecer este proceso. Será también un año crítico para las complejas negociaciones entre el Gobierno colombiano y las FARC, con unas elecciones que serán todo un test acerca de la fragilidad de un proceso encasquillado, con un alto el fuego incierto y unas fuerzas del orden que rechazan cesar la ofensiva contra los guerrilleros.
En cuanto a Siria, la gran herida sangrante no se cerrará en 2014, pero el año se estrenará prácticamente con la primera oportunidad de alto relieve para la paz. El 22 de enero se celebrará la conferencia Ginebra II, sin que esté claro en qué medida estarán representados los opositores a Bachar al Assad.
Vacunas, enfermedades que desaparecen y una nueva oportunidad para Obamacare
Es previsible que el año 2014 sea testigo de avances importantes en la lucha contra grandes enfermedades. Por un lado, científicos de la Universidad de Oxford han desarrollado una vacuna contra la malaria que ha arrojado ya resultados esperanzadores, con resultados positivos en el 100% de los casos en los primeros exámenes de la vacuna en seres humanos. A su vez, la compañía farmacéutica GlaxoSmithKline se dispone a conseguir la aprobación para lanzar al mercado una vacuna que ha demostrado una eficacia cercana al 50% en los niños infectados por la malaria en los que se ha probado. Por su parte, investigadores españoles y británicos se preparan para realizar este año pruebas de una posible vacuna contra el SIDA. El camino es incierto, pero hay otras enfermedades de perfil más bajo que están al borde de la erradicación o, al menos, de acercarse a ese objetivo en 2014. En ese sentido, se esperan nuevos avances contra la poliomelitis, que aún subsiste en Afganistán, Nigeria y Pakistán. Los progresos por erradicarla en esos tres países se han topado con diversos obstáculos, fundamentalmente por resistencias culturales a la vacunación, que es vista en algunas sociedades tradicionales como un instrumento evangelizador cristiano o una rémora colonialista, lo que ha llevado incluso al asesinato de equipos de vacunación. Asimismo, el mundo está muy cerca de librarse de la dracunculiasis o enfermedad del gusano de Guinea, después de que la Organización Mundial de la Salud certificara que cinco nuevos países (Costa de Marfil, Níger, Nigeria, Somalia y Suráfrica) la han erradicado, por lo que serán Sudán del Sur, Chad, Malí y Etiopía los que la padecerán en 2014.
En el mundo rico, afectado por los recortes en sanidad y las consecuencias fatídicas que ello puede tener sobre los sistemas de salud, la mejor noticia es que, después de un accidentado y decepcionante estreno, es probable que la Ley de Sanidad Asequible de Estados Unidos, más conocida como Obamacare, alcance su velocidad de crucero en 2014, solvente los problemas técnicos que han afectado a su plataforma web y pueda así extender la asistencia sanitaria a todos, alzándose sobre las discrepancias políticas.
Antesala de una presunta recuperación económica
2014 será un año de recuperación, pero no el punto de inflexión de la economía global. Así lo dicen diversos estudios, que sitúan el crecimiento económico del mundo en torno al 3%, y la propia OCDE, que pospone la aceleración de la economía mundial hasta 2015. Sin embargo, todo parece indicar que, en términos de crecimiento, 2014 estará ligeramente por encima de 2013 y será, por tanto, un preludio al año en que los economistas prevén el verdadero comienzo de la recuperación. El dato es en sí mismo insuficiente para hablar de optimismo, no sólo porque la cifra no consolida teóricamente la recuperación, sino porque es más que dudoso el modo en que ésta se verterá sobre el bienestar de los ciudadanos y porque, de nuevo, el crecimiento será poco equitativo y pasará por alto a quienes más lo necesitan. A pesar de ello, es al menos un acicate que permite vislumbrar un final a la anemia colectiva de los últimos años.
¿Un respiro al desempleo en Europa?
En 2014 comenzarán a desembolsarse los 6.000 millones de euros designados por la Unión Europea para potenciar el empleo juvenil. Dado que el dinero se empleará fundamentalmente en los dos primeros años del próximo Marco Financiero Plurianual (es decir, entre 2014 y 2016), se espera que las acciones derivadas de este plan potenciador del empleo se concentren en el corto plazo, y que por ello algunas de sus consecuencias positivas comiencen a ser visibles ya en 2014. Es posible que sea una reacción tardía e insuficiente, y siempre resulta sencillo censurar con cinismo cualquier iniciativa bienintencionada que parta de una institución tan vapuleada como la UE; pero es el plan de incentivación económica más visible que se espera a corto plazo y un desembolso que al menos marca una cesura respecto a años de austeridad.
Una China más ecológica
China, uno de los grandes contaminadores del planeta (y candidato a serlo más que ningún otro país en un futuro próximo, a medida que se alza con el cetro de la economía mundial), parece tomarse cada vez más en serio el medio ambiente. El país va a trazar una línea roja de protección ecológica que limitará el desarrollo económico de regiones vulnerables desde el punto de vista medioambiental, estrechando a su vez la vigilancia sobre las autoridades locales que incumplan estas pautas de protección del entorno. Es difícil saber si estas medidas, que forman parte del último paquete de reformas promulgado por el Partido Comunista Chino, serán meramente cosméticas y hasta qué punto se aplicarán; a su vez, en el mejor de los casos serán una gota de agua imperceptible en medio del colosal daño ambiental que seguirá acompañando al crecimiento chino. Sin embargo, la sola idea evidencia al menos la intuición de una conciencia medioambiental hasta ahora estrangulada en la euforia desarrollista, con potencial para sensibilizar al poder y a los ciudadanos. El año 2014 brindará la ocasión de ver los primeros pasos de estas inéditas directrices ecologistas.
Mujeres que se harán oír
Al margen de las grandes escenificaciones institucionales, como el avance en el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo del Milenio referidos a la igualdad de género, muchas mujeres están haciéndose con una voz cada vez más firme para denunciar la violencia y las injusticias que sufren.
Un caso claro es India, donde la violación en grupo y asesinato hace un año de una chica en un autobús en Delhi ha elevado la cuestión de la violencia sexual a un rango de prominencia inusitado, con frecuentes manifestaciones y una fuerte presión popular para que se haga más por prevenir y castigar estos ataques. Esta reacción espontánea ante una violencia largo tiempo silenciada es una relativa novedad. El año 2014 comenzará con el germen de esa protesta consolidada el año anterior. No sólo en India se atreven las mujeres a hacerse oír; también comienzan tímidamente a airear sus reivindicaciones en países ultraconservadores como Arabia Saudí, donde el pasado octubre algunas de ellas se atrevieron a conducir sus coches, en un desafío colectivo a las leyes que prohíben a las mujeres ponerse al volante. Son gestos aún ínfimos, pero que marcan el camino hacia una asertividad creciente que, a buen seguro, deparará sorpresas en el año que entra.
Más hielo en el Ártico
En septiembre se reunirán en Nueva York varios jefes de Estado y de Gobierno, así como altos representantes del sector empresarial, financiero y de la sociedad civil para una Cumbre sobre el cambio climático que será la antesala del acuerdo global que se pretende alcanzar en 2015. La negociación podría estar alumbrada por un dato tan imprevisto como esperanzador: según investigaciones recientes, hay un 50% más de hielo en el Ártico que en la última medición, realizada un año antes, debido fundamentalmente a que el verano de 2013 fue inusualmente frío. Una buena noticia inesperada para un año, 2014, en el que la mayor parte de información sobre el Ártico se referirá al deshielo de la región y a la codicia que éste despierta, ya que se prevén nuevas ofensivas de distintos países por reclamar sus derechos territoriales en esa tierra de nadie y beneficiarse de los recursos energéticos que hasta ahora ha custodiado el hielo.
Rescates que prescriben en una Europa aún atractiva
El mensaje más optimista que puede darse sobre el estado de Europa en 2014 es que difícilmente será peor que los años anteriores. Dos países (Irlanda y España) dejan atrás sus rescates (total y bancario, respectivamente). Ambos han estado y están sometidos a programas de austeridad drásticos que han creado pobreza, indignación e incomprensión a partes iguales. Su abandono de los programas de rescate no implica el alivio inmediato de las consecuencias de éstos. En Irlanda, las perspectivas aún son inciertas, y en España, que oficialmente deja de estar rescatada en enero, el crédito sigue cayendo y la economía flaqueando. No obstante, el cierre de esos programas podría ir dejando espacio a políticas incentivadoras de la economía que marquen un cambio de rumbo.
Lo verdaderamente positivo para la UE como proyecto colectivo es el propio hecho de que algunos países, a pesar de las inclemencias económicas de los últimos años, siguen interesados en formar parte del club. En Ucrania, tales son las ganas de la oposición y de parte de la población de zafarse del abrazo del oso ruso refugiándose en la órbita europea, que ese ansia ha desencadenado una de las protestas más multitudinarias que el país ha visto en los últimos años. A su vez, tres países balcánicos (Serbia, Albania y Macedonia) entrarán en 2014 habiendo recibido la aprobación de la UE para iniciar las negociaciones de adhesión. Independientemente de las posibilidades de uno y otro, el solo hecho de que mantengan el interés en unirse al proyecto europeo es la prueba de que Bruselas conserva, al menos para los Estados aspirantes y más pobres que la media de la Unión, un cierto atractivo. Algo parecido sucede con el más cuestionado de sus proyectos, la Eurozona, que cuenta desde el 1 de enero con Letonia como nuevo miembro.
Algún gesto aislado a favor de los Derechos Humanos
Ningún año, y 2014 no es ninguna excepción, puede considerarse realmente positivo en materia de derechos humanos, ya que cada avace teórico o práctico se ve lastrado por un número igual o mayor de retrocesos. Así, países como Nepal o Sri Lanka, entre otros, causarán más preocupación este año por el empeoramiento de su respeto de los derechos humanos, mientras que otros, víctimas de conflictos civiles o fuertes rencillas étnicas y religiosas, continuarán ofreciendo un panorama devastador. Sin embargo, hay rayos de luz. La mejoría más comentada se ha dado en Myanmar que entra en el nuevo año, una vez más, como el repositorio de las mayores esperanzas internacionales, habiendo dejado atrás una parte importante de la dictadura que lo ha atenazado durante años y bendecido con un reconocimiento casi unánime. Aunque con notables reservas, en especial por la discriminación y la violencia que sufren ciertas minorías étnicas y religiosas. Somalia, situada en el año cero de los derechos humanos, ha visto no obstante tímidos progresos en ese ámbito, que han sido reconocidos por un experto independiente de Naciones Unidas.
También ha habido gestos en la Rusia de Putin. Después de una temporada de atropellos, con medidas tales como la criminalización de la propaganda homosexual, la proximidad de los Juegos Olímpicos de Iniverno de Sochi y el ansia por aplacar las críticas internacionales de cara al evento han llevado al Kremlin a medidas liberalizadoras. La banda de rock femenina Pussy Riot, los activistas de Greenpeace detenidos y el también encarcelado magnate Mikhail Khodorkovski han sido amnistiados recientemente, junto a alrededor de 20.000 prisioneros anónimos. No obstante, el gesto de Putin ha sido caracterizado como un mero guiño cosmético y una maniobra de relaciones públicas de cara a limpiar la imagen del país en la víspera de grandes acontecimientos internacionales y en medio de importantes negociaciones, como la guerra de Siria, en los que Rusia no puede permitirse perder legitimidad internacional.
Retazos de solidaridad
Ante las grandes crisis humanitarias que azotan al mundo, se espera que en 2014 fluyan grandes cantidades de dinero que, aunque nunca serán suficientes, ayuden a subsanarlas. En diciembre, Naciones Unidas anunció la mayor petición de fondos nunca realizada, al solicitar que se recaben hasta 4.700 millones de euros para brindar ayuda humanitaria a Siria. Se espera que parte del dinero solicitado comience a llegar en ese mismo año y mitigue así los sufrimientos de quienes padecen la guerra y la pérdida de sus hogares. También se espera que comiencen a fluir parte de los 1.800 millones de euros que la UE se comprometió a aportar a Somalia a raíz de una conferencia celebrada en septiembre. Esta suerte de New Deal destinado a Somalia se suma a la contribución de 1.600 millones de euros que la Unión asignó al país africano para el periodo 2008-2013.
La solidaridad continuará también llegando a Filipinas tras el paso del devastador tifón Haiyan. Estados Unidos destinará 37 millones de dólares (unos 27 millones de euros) para paliar la tragedia, la UE en torno a 20 millones de euros, mientras que grandes bancos internacionales se han comprometido a ofrecer la cantidad de un millón de dólares cada uno. La solidaridad nunca va a ser suficiente, ni pueden estos generosos despliegues ante tragedias grandes y mediáticas considerarse un motivo para la celebración, sino simplemente un compromiso de mínimos. Pero esa pregunta seguramente no se la harán las personas a quienes llegue, al menos, una ínfima parte de esa calculada generosidad.
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