Vivimos en una era de ansiedad. El miedo al próximo atentado terrorista flota en el aire de Madrid a Moscú. Entre el cambio climático, la guerra de Irak y las bombas nucleares, la lista de temores va alargándose. Por eso FP ha preguntado a 21 pensadores: ¿hay soluciones que hagan del mundo un lugar mejor?
Problema: los dictadores
Una Carta Magna mundial
Cuando las democracias contemporizan
con los dictadores, los peores
regímenes del mundo consiguen
salir impunes incluso del asesinato
El mundo civilizado está en peligro. Hezbolá, Irán y Corea del Norte siguen
existiendo sin que se les pidan muchas cuentas por el peligro que representan.
Se da la bienvenida a la diplomacia a terroristas y dictadores, a pesar de su
absoluto desprecio, e incluso odio, hacia la civilización occidental. El compromiso
y el apaciguamiento están fracasando, como siempre. Es preciso un nuevo marco
que sustituya los viejos acuerdos y estructuras que rigen la diplomacia mundial.
Y no me refiero a la reforma de la ONU, una organización tan anticuada que hasta
las sugerencias para reformarla se han quedado ya viejas. Naciones Unidas se
creó para congelar una crisis –la guerra fría–, no para resolverla. La actual
no es fría, sino caliente, y no es por territorios, ideologías ni comercio:
es por el valor de la vida humana.
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