Supervivientes del terremoto de Nepal esperan alimentos proporcionados por el PMA. (Philippe Lopez/AFP/Getty Images)
Supervivientes del terremoto de Nepal esperan alimentos proporcionados por el PMA. (Philippe Lopez/AFP/Getty Images)

El Programa Mundial de Alimentos (PMA) constituye una de las caras más amables de la ONU: presta asistencia a cerca de 90 millones de personas en todo el mundo, lo que le convierte en la mayor institución de ayuda humanitaria del planeta. Su directora ejecutiva es desde hace tres años la estadounidense Ertharin Cousin, experta en seguridad alimentaria y respuesta a catástrofes. Fue ella quien dirigió la operación de ayuda tras el huracán Katrina, que devastó en 2005 la región del Golfo de México en Estados Unidos. Hablamos con Cousin sobre la situación actual del hambre en el mundo y en algunos lugares en concreto como Nepal, Sudán del Sur, Siria o el Sahel y nos da una idea: “Invertir en seguridad alimentaria cuesta siete veces menos si lo haces antes de una crisis”.

esglobal: Empecemos por la actualidad, ¿cómo es hoy la situación en Nepal?

Ertharin Cousin: El área de Nepal donde trabajábamos porque la gente sufre inseguridad alimentaria está en la zona occidental, mientras que el terremoto se ha producido en la parte oriental, afectando a agricultores y ganaderos. Lo han perdido todo. Estuve allí y pude ver que todo lo que tenían está bajo los escombros. En un mes hemos alimentado a 1,8 millones de personas. Para alcanzar la áreas más inaccesibles hemos pedido a los sherpas que lleven nuestros paquetes de asistencia. Estamos yendo a contrarreloj porque se acerca el monzón y estas personas necesitan tanto refugio como comida.

esglobal: Sudán del Sur está pasando su peor hambruna desde que logró la independencia en 2011. ¿Cómo está trabajando el PMA para hacer frente a esta crisis?

EC: El mayor problema es conseguir la paz. El conflicto que se está desarrollando en tres regiones está provocando un creciente número de personas que sufren inseguridad alimentaria, entre ellos muchos niños. El miedo ahora es que esta situación se extienda a partes del país donde no hay conflicto. El PMA proporciona asistencia alimentaria en las zonas de conflicto, al tiempo que continúa con los programas que teníamos para apoyar el desarrollo agrícola, la construcción de carreteras y la alimentación en los que trabajamos con Unicef y varias ONG para apoyar lo que llamamos equipos tácticos: van al terreno para realizar acciones estratégicas de apoyo a las comunidades y luego vuelven. No podemos dejar fijo al personal en esta zona. Algunos de nuestros trabajadores fueron secuestrados y todavía no sabemos dónde los tienen.

esglobal: ¿Se plantean abandonar el país por la inseguridad?

EC: A diferencia de otras organizaciones, nosotros nos quedamos y seguimos entregando comida, pero también trabajamos para intentar garantizar los requisitos de seguridad. Nuestros camiones han sido atacados. He estado en Sudán del Sur tres veces desde que comenzó el conflicto en 2013; la última vez fue hace dos meses. Es uno de los lugares más tristes que he visitado nunca. La gente tiene esperanza a pesar de que no parece que los contendientes vayan a alcanzar un acuerdo en un futuro cercano.

esglobal: ¿Cuántas personas reciben asistencia del PMA en Siria?, ¿qué dificultades encuentran para distribuir alimentos a los refugiados y a la población civil que permanece en el país?

EC: Por desgracia en Siria la situación empeora. Nace de un problema político. Nosotros sólo nos encargamos de llevar una respuesta humanitaria. Estamos alimentando a 4,1 millones de sirios dentro del país. El mayor desafío es económico: hemos recibido menos dinero este año que el anterior, por lo que tenemos que reducir la cantidad de comida que entregamos. Ofrecemos asistencia tanto en la zona controlada por el Gobierno como por la oposición. El creciente número de grupos extremistas limita el acceso que antes teníamos a algunas zonas y pone a nuestra gente en mayor peligro. Tampoco recibimos suficientes fondos para nuestro trabajo fuera de Siria con los refugiados que han escapado a los países del entorno. Asistíamos a 1,6 millones de personas, pero hemos tenido que reducir la cifra por la escasez de fondos.

esglobal: ¿Qué proyectos tiene en marcha el PMA para intentar mitigar el impacto de las sucesivas sequías que sufre la zona del Sahel?

EC: Quien no crea en el impacto del clima en la seguridad alimentaria debe visitar alguno de los países de la zona del Sahel. Hace quince años sufrían una sequía cada cinco u ocho años. Ahora las tienen cada tres años, como muy tarde. Níger es un buen ejemplo de cómo trabajando en colaboración estrecha con el Gobierno se puede conseguir que la agricultura tolere mejor las sequías. Hemos colaborado para plantar cultivos que necesitan menos agua y que ofrecen mejores cosechas. Otros países de la zona como Senegal están invirtiendo en las herramientas necesarias para ayudar a su población más vulnerable a las sequías. Se están haciendo progresos, pero cuando llegue la escasez de agua hay personas que van a necesitar nuestra ayuda porque no contamos con los recursos necesarios para invertir en acciones preventivas. Invertir en programas durante los períodos en los que la agricultura está produciendo y en las herramientas para reducir el impacto de la sequía cuesta siete veces menos que actuar cuando llega una crisis. Es la media: si inviertes en prepararte con antelación para los efectos que provocará una sequía entre la población más vulnerable el coste será entre seis y siete veces más bajo que responder luego a la crisis.

esglobal: Según la última edición del informe anual sobre el hambre de la ONU, elaborado por la FAO, el PMA y el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola, el número de personas que pasan hambre ha bajado de los 800 millones. En los últimos 25 años se ha pasado del 23,3% de la población mundial hambrienta al 12,9%. ¿Cuánto habrá que esperar para conseguir el hambre cero o es una utopía?

EC: Es un objetivo que podemos alcanzar. El progreso que puede verse en diversos países alrededor del mundo ejemplifica la oportunidad que tiene la comunidad global. El informe subraya el camino seguido por los países que han logrado progresos significativos al reducir el número de personas hambrientas. Si se mira dónde se reduce el hambre en el mundo, se ve que son países en los que no sólo ha habido un crecimiento económico, también se ha realizado un trabajo específico para apoyar al sector de la población más desfavorecido. Se han desarrollado programas de protección social, inversiones en agricultura y acciones dedicadas a que los agricultores tengan acceso a los mercados para vender sus cosechas de forma estable y duradera. Cuando se ponen en marcha las acciones que marcan la diferencia, el hambre se reduce o elimina.

esglobal: Una buena parte de los hambrientos son africanos. ¿Existe un compromiso entre los gobernantes de los países más afectados por este problema en África para revertir esta situación?

EC: El número mayor de personas que sufren desnutrición crónica lo encontramos en India y China. Es el porcentaje de población hambrienta el que resulta más alto en algunos países africanos. Ha habido un progreso significativo en otras naciones de África, donde encontramos un deseo de acabar con el hambre. Los Estados donde la situación no mejora sufren conflictos, como ocurre en República Centroafricana o Sudán del Sur.

esglobal: El PMA está a favor de la utilización de alimentos transgénicos. Algunos países los han descartado y no quieren recibir ayuda si se trata de alimentos modificados genéticamente. ¿Por qué el organismo que dirige mantiene esta postura?

EC: Apoyamos la ciencia y respetamos las leyes de los países a los que servimos. Hay algunas naciones que nos donan alimentos que pueden ser transgénicos, pero no los distribuimos en Estados donde no están permitidos. La ciencia nos dice que suponen una oportunidad para aumentar la cantidad y calidad de las cosechas.

esglobal: ¿Son los alimentos transgénicos una oportunidad para acabar con el hambre?

EC: Necesitamos que la ciencia nos proporcione semillas más resistentes a la sequía, que mejoren la calidad de las cosechas para los pequeños agricultores. Nosotros no somos científicos, sino operadores. La FAO está en una posición mejor respecto a este asunto, nosotros la seguimos. Y la FAO apoya las semillas modificadas genéticamente cuando ofrecen una oportunidad a los pequeños agricultores para aumentar la cantidad y la calidad de sus cosechas.

esglobal: La Expo de Milán, dedicada a la alimentación, va a costar alrededor de 14.000 millones de euros. ¿A cuántas crisis alimentarias se podría responder con ese dinero?, ¿le parece adecuada esta iniciativa para provocar una reflexión en la ciudadanía occidental sobre el hambre?

EC: Siempre es difícil invertir dinero. Necesitamos más fondos para apoyar a quienes sufren inseguridad alimentaria, pero es un buen gasto concienciar a la opinión pública. Sabemos qué herramientas hacen falta para acabar con el hambre, pero no todo el mundo las conoce. Debemos utilizar esta oportunidad de Milán para convencer a la gente de la importancia de invertir en programas a medio plazo en este campo para cambiar las vidas de los más vulnerables. No podemos alcanzar nuestros objetivos sin el apoyo de la opinión pública.

esglobal: El PMA estableció una base logística en Canarias en 2014. ¿Cómo trabajan?

EC: Estamos emocionados con la base de Las Palmas. Forma parte de la red de la ONU de instalaciones en lugares estratégicos por todo el mundo para ofrecer ayuda humanitaria. Las Palmas es un punto importante por su posición respecto a África occidental. Sabíamos que iba a darnos un apoyo significativo para nuestras operaciones en esa zona, pero no podíamos imaginar lo rápido que íbamos a utilizarla. Las Palmas nos ha permitido dar una respuesta significativa a la crisis del ébola no sólo con comida, sino también con otras herramientas. Agradecemos mucho al Gobierno español que no cerrara el puerto ni actuara movido por el miedo, lo que habría limitado la capacidad para ayudar. Estamos pensando en aumentar esta base porque ha demostrado su importancia tanto al Ejecutivo español como al PMA y a las personas que ayudamos. Agradecemos el apoyo y la generosidad de España, un país que pese a sus desafíos financieros reconoce que tiene una responsabilidad con la gente que sufre. Pero debemos recordar que necesitamos ayuda.

esglobal: ¿Cómo influyó el ébola en la situación alimentaria de los países africanos más afectados por la enfermedad?, ¿cuál ha sido la respuesta del PMA?

EC: Seguimos allí. Necesitamos un apoyo significativo del sector privado y de los gobiernos para continuar con nuestro trabajo: proporcionamos alimentos a alrededor de 2,5 millones de personas. Evitamos una crisis alimentaria gracias a que durante el período de cuarentena fuimos capaces de mantener a la población en sus lugares de origen proporcionándoles comida. Construimos una red de instalaciones logísticas que resultó determinante para la distribución de alimentos, medicinas y equipamiento médico para responder al ébola. Ha habido más de 1.000 personas del PMA trabajando en estas instalaciones. Le decimos a los tres países más afectados por la enfermedad que ya estábamos antes del brote y que seguiremos allí hasta que la última persona contagiada esté restablecida y se liberen del ébola.