
Desde que llegó a la Casa Blanca el presidente Trump ha profundizado las divisiones internas del país y acelerado la crisis de legitimidad de Estados Unidos en el mundo.
En su primer año de gobierno el Presidente de EE UU ha agravado las brechas internas del país y puesto en evidencia su crisis de legitimidad y hegemonía. Las dos cuestiones estaban presentes antes que Donald Trump llegase a la Casa Blanca, pero el populismo ultranacionalista y la agenda conservadora las han acelerado.
El Presidente ha promovido los choques sociales, sea igualando a los antirracistas con los neonazis que en agosto mataron a una mujer en Charlottesville, criticando a los jugadores negros (y blancos) de fútbol americano que protestan por la represión policial, o insultando a la población negra y latina al llamar “países de mierda” a El Salvador, Haití y África.
Tampoco ha perdido la ocasión de promover la violencia nacional e internacional. Ha elogiado a los dictadores de Filipinas, Egipto y Arabia Saudí; amenazó con invadir Venezuela y arrasar Corea del Norte de una forma nunca vista, con resonancias sobre el uso de armas nucleares contra Hiroshima y Nagasaki.
Su gobierno y el Partido Republicano han asumido la explicación falsa que las matanzas que ocurrieron en Las Vegas (59 muertos y 527 heridos) y en Sutherland Springs, Texas, (20 muertos y decenas de heridos) fueron obra de perturbados mentales en vez de tomar medidas de control contra la proliferación de armas en la sociedad. Se estima que hay 265 millones de armas en manos de ciudadanos en EE UU, más de una por adulto. Cada día se registra un incidente en el que mueren cuatro o más personas debido a su uso.
El Presidente ha creado una inédita situación. Se comunica agresivamente con su base social a través de tuits mientras el Ejecutivo funciona sin liderazgo en manos de operadores ultraconservadores (y un reducido grupo de militares) que están desmantelando parte del Gobierno (como el Departamento de Estado y la Agencia de Protección del Medio Ambiente). Paralelamente, el Partido Republicano utiliza su mayoría en el Congreso para imponer la reforma ultraconservadora. Este caos tiene, sin embargo, una fuerte coherencia ideológica: todos responden a un nacionalismo extremo, racista, elitista, autoritario y neoliberal antiestatal. El senador republicano Jeff Flake indicó en octubre que Trump es “un peligro para la democracia”.
Trump ha mostrado una total falta de empatía con el sufrimiento de los ciudadanos. Por ejemplo, cuando tardó en visitar al Estado asociado de Puerto Rico, tras ser devastado por el huracán “María” en septiembre. Criticó a la gobernadora cuando pidió más ayuda, e implícitamente a los ciudadanos que lo perdieron todo acusándolos de quejarse demasiado. (Medio año después de la catástrofe, Puerto Rico se encuentra en una crisis humanitaria, con amplios sectores de su población sin casa, agua potable y servicios mínimos).
El Partido Demócrata, organizaciones de la sociedad civil, parte del sistema judicial y autoridades locales, junto con los medios ...
Artículo
para suscriptores
Para disfrutar de todos nuestros contenidos suscríbete hoy:
Plan mensual
3,70€/mes
- Asiste a eventos en exclusiva
- Recibe la Newsletter mensual ‘Cambio de foco’ con contenidos de actualidad
- Participa activamente en la elección de los contenidos de esglobal
- Accede a todos los contenidos semanales
- Accede al archivo de artículos desde 2007
- Descarga todos los artículos en PDF
Plan anual
37€/mes
- Asiste a eventos en exclusiva
- Recibe la Newsletter mensual ‘Cambio de foco’ con contenidos de actualidad
- Participa activamente en la elección de los contenidos de esglobal
- Accede a todos los contenidos semanales
- Accede al archivo de artículos desde 2007
- Descarga todos los artículos en PDF