Entrevista a la princesa saudí sobre la realidad y los desafíos del Reino, así como de los estereotipos occidentales hacia su país.

 

Esglobal. Para los lectores occidentales, Arabia Saudí es un país casi desconocido, intrincado y complejo de entender. Un estado que desde su fundación, hace apenas ochenta años, ha transitado desde una forma de vida beduino, asida al desierto, a una vibrante sociedad urbana, moderna. ¿Cómo es la sociedad saudí actual? ¿A qué retos se enfrenta en el futuro próximo?

Basma bint Saud. Es difícil describir a la sociedad saudí, mucho más difícil que describir a cualquier otra sociedad. Una de los grandes obstáculos con los que me topo cuando tengo que hablar de Arabia Saudí es que la gente pretende que mis palabras  sirvan para confirmar las ideas preconcebidas que tienen del país. Es tanta la influencia de tópicos como la cuestión de la licencia de conducir de las mujeres, la policía religiosa o la riqueza petrolera que creen que con eso ya conocen nuestras políticas, nuestra cultura y nuestra economía. Sin embargo, lo que hacen esos temas es distraer la atención de la Arabia Saudí real, que es verdad que incluye esos elementos, pero también otros muchos. [Admito] que nosotros no explicamos bien [nuestra idiosincrasia], y que incluso hay mucha gente que cree que no tenemos porque explicarnos. Es en las redes sociales, a través de Internet, donde la verdadera Arabia Saudí moderna está comenzando a aparecer. Si uno puede leer árabe -incluso utilizar el traductor de Google para seguir conversaciones en Twitter- aprenderá muchas cosas con las que podrá añadir conocimientos a esos estereotipos.

Los retos a los que hacemos frente no son muy distintos a los de otros países de la región. La participación popular en la política, el crecimiento, una población muy joven, la distribución equitativa de la riqueza para que todo el mundo pueda sentir la prosperidad. Pero se puede decir que en nuestro caso debemos hacer cambios mayores.



















Esglobal. Hallar un equilibrio entre la genuina y arraigada tradición religiosa que impregna todo el país y el largo y sinuoso camino que conduce hacia la modernidad parece el mayor y más complicado de esos retos a los que hacen frente tanto la sociedad saudí como sus dirigentes. A día de hoy, ellos representan una generación anciana mientras que la mayor parte de la población es mucho más joven. ¿Puede esta brecha  suponer un foco de conflicto? ¿Puede esta aparente distancia generacional obstaculizar el progreso?

Basma bint Saud. En todos los países del mundo, si uno pretende criticar a sus líderes, apela a su distanciamiento del pueblo, y en particular de los jóvenes. Se dice que existe un conflicto generacional. Pero la política es el arte de lograr equilibrios, de forjar compromisos, y uno puede comprobar que ...