El artículo ‘Apocalipsis no’ (junio/julio, 2005) está plagado

de errores. Robert McNamara afirma que la política nuclear de Estados

Unidos no ha cambiado desde la crisis de los misiles cubanos. No tiene razón.

En 2001, las fuerzas atómicas estadounidenses se integraron en una política

general de defensa que incluye disuasión diplomática, defensa

y disuasión de carácter militar (deterrence). La capacidad

estadounidense de ataque con armas convencionales comenzó a considerarse

el medio principal para vencer al adversario. Es básicamente la fortaleza

del renovado Ejército convencional lo que aplaca a Irán y Corea

del Norte, no las armas nucleares.

El ex secretario de Estado admite que las fuerzas atómicas estadounidenses

deberían ser suficientes para responder si el país es atacado

primero. Pero precisamente con esa idea en mente se han reformado las Fuerzas

Armadas. En este punto, parece tener memoria selectiva. Desde la presidencia

de Ronald Reagan, Estados Unidos ha recortado su arsenal nuclear en casi un

80%. McNamara se opuso a la Iniciativa de Defensa Estratégica que hizo

posible esa reducción.

Washington nunca ha buscado emprender y ganar una guerra nuclear; al contrario,

ha impedido un conflicto de este tipo durante medio siglo. Si no fuera por

el armamento atómico estadounidense, Fidel Castro podría haber

convencido a los soviéticos de lanzar contra EE UU los misiles que tenían

en Cuba. La Administración está obligada por ley y por el sentido

común a mantener la fuerza nuclear para fortalecer la disuasión.

En ausencia de alternativas razonable, no hacerlo así sería el

colmo de la locura y forzaría a los aliados que se benefician del paraguas

atómico estadounidense a desarrollar sus propias armas. Finalmente,

ninguna de las acciones que propone evitarían un ataque terrorista nuclear.

En realidad, "acercarse a la eliminación" de este arsenal bien podría

reducir los obstáculos que ahora impiden la guerra y precipitar el apocalipsis

que tanto teme.

  • Peter Huessy

    Analista National Defense University Foundation

    Washington, EE UU

El artículo ‘Apocalipsis no’ (junio/julio, 2005) está plagado

de errores. Robert McNamara afirma que la política nuclear de Estados

Unidos no ha cambiado desde la crisis de los misiles cubanos. No tiene razón.

En 2001, las fuerzas atómicas estadounidenses se integraron en una política

general de defensa que incluye disuasión diplomática, defensa

y disuasión de carácter militar (deterrence). La capacidad

estadounidense de ataque con armas convencionales comenzó a considerarse

el medio principal para vencer al adversario. Es básicamente la fortaleza

del renovado Ejército convencional lo que aplaca a Irán y Corea

del Norte, no las armas nucleares.

El ex secretario de Estado admite que las fuerzas atómicas estadounidenses

deberían ser suficientes para responder si el país es atacado

primero. Pero precisamente con esa idea en mente se han reformado las Fuerzas

Armadas. En este punto, parece tener memoria selectiva. Desde la presidencia

de Ronald Reagan, Estados Unidos ha recortado su arsenal nuclear en casi un

80%. McNamara se opuso a la Iniciativa de Defensa Estratégica que hizo

posible esa reducción.

Washington nunca ha buscado emprender y ganar ...