Un grupo de personas en las playas de Doha, Qatar. (STR/AFP/Getty Images)

¿Cuáles son sus armas en política exterior para evitar el aislamiento con sus vecinos del Golfo?

La peor disputa en los últimos 30 años en la región que alberga los mayores productores de petróleo y gas del mundo. Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos (EAU), Bahréin y Egipto decidieron el pasado junio cortar lazos con Qatar, acusando al país de financiar a grupos extremistas. Esta ecuación podría llevar a pensar que un terremoto en el mercado global energético estaba a punto de estallar y que al pequeño, pero poderoso emirato qatarí, podría repercutirle. Más allá de eso, Qatar ha sabido revertir la amenaza y sacar pecho de la situación para seguir fortaleciéndose.

“La crisis no va a afectar a Qatar. Somos el mayor productor de energía del mundo y también un productor medio de petróleo. ¿Cómo nos podría perjudicar la crisis? Suplimos energía a Abu Dabi a través de Bahréin y no lo han cortado”, defiende para este medio el que fuera viceprimer ministro y ministro de Energía e Industria de Qatar, Abdullah Bin Hamad al Attiyah, en el marco del Congreso Mundial del Petróleo, celebrado recientemente en Estambul y que ha puesto cara a cara por primera vez desde que estallara la crisis a las principales compañías petroleras del Golfo Pérsico. De acuerdo con el BP Statistical Review de 2016, los Emiratos Árabes Unidos importan 17,7 billones de metros cúbicos de gas natural de Qatar, equivalente a más de una cuarta parte del suministro de gas de EAU.

Roudi Baroudi, director ejecutivo de la consultora Energy & Environment Holding (EEH), considera que “sería un tiro en el pie si EAU interfiriese en los envíos de gas”. Consecuentemente, según Baroudi “ninguna parte tiene interés en cambiar el statu quo”. Al Attiyah, lejos de ceder a las presiones, presume de la dependencia de sus vecinos del Golfo en recursos naturales. "Los cuatro países [Arabia Saudí, Bahréin, Emiratos Árabes Unidos y Egipto] acusan Qatar de financiar el terrorismo. Pero Abu Dabi compra contratos inmensos de energía de Qatar; recibimos millones de dólares de ellos. Si somos terroristas, ¿por qué Abu Dabi sigue comprando y utilizando el gas de un país terrorista?".

Los efectos de esta crisis diplomática entre los países del Golfo que se inició hace casi tres meses han dado recientemente un nuevo giro. El Gobierno qatarí ha decidido restaurar sus relaciones diplomáticas plenas con Irán, anunciando el regreso de su embajador al país y, por lo tanto, reforzando aún más el enfrentamiento que mantiene principalmente con Arabia Saudí. Qatar había retirado a su embajador en enero de 2016 cuando manifestantes iraníes atacaron la embajada saudí en Teherán después de que Riad ejecutara a un clérigo chií.

Conflicto mediático vs realidad

Durante el Congreso Mundial del Petróleo, los distintos expertos y profesionales congregados en el evento han coincidido en rebajar la tensión entorno a la crisis del Golfo a aspectos más mediáticos que reales. El responsable de relaciones públicas de la compañía Kuwait Petroleum Corporation, considera que “el potencial de Qatar como exportador de energía va más allá de los países del Golfo”, y que por lo tanto no se verá muy repercutido tras la crisis.

“Qatar es uno de los mayores exportadores de energía del mundo. No prevemos que esto vaya a cambiar”, señala el director ejecutivo de la Agencia Internacional de Energía (AIE), Fatih Birol. Por su parte, el consejero delegado de CEPSA, Pedro Miró, destaca la estabilidad de los precios petroleros pese a la crisis: “Lo que hemos visto es que los precios, tanto de crudo como de gas, no se han visto afectados”.

Aun así, pese al potencial energético de Qatar y que sus exportaciones no han sufrido un gran impacto hasta ahora, si la situación de bloqueo se extiende a largo plazo nadie puede asegurar que no se vea perjudicado. “Qatar tiene capacidad para mitigar y contener los riesgos económicos. De todos modos, los costes de las operaciones y los negocios en Qatar podrían volverse cada vez más difíciles mientras el aislamiento se mantenga”, explica Dima Jardaneh, jefa de investigación económica de la región MENA en la compañía Standard Chartered.  Además, sin una resolución rápida de la crisis, el turismo se verá perjudicado, así como la actividad de Qatar Airways, entre otras compañías.

La economía de Arabia Saudí, por otra parte, también puede verse afectada negativamente si perdura la crisis actual. “La inestabilidad en la región podría conllevar que alguno de sus socios importantes, como China o India, decidieran expandir sus fuentes de importación de petróleo a regiones fuera de Oriente Medio, como Rusia, África o América Latina”, explica a Al Jazeera Naser al Tamimi, experto en las economías de los países del Golfo. Asimismo, los comerciantes saudíes que exportan a territorio qatarí podrían ver perjudicados sus negocios si la suspensión perdura. En 2016 las exportaciones saudíes hacia Qatar se situaban en 1,3 mil millones de dólares, una cifra no muy elevada si se compara con el total de exportaciones del gigante saudí durante ese mismo año, que se sitúa en 169,7 mil millones de dólares.

Qatar y su política exterior independiente

Pese a su pequeño tamaño posee un fondo de riqueza propia de alrededor de 300.000 millones de dólares, una cifra que a priori no le hace temer por su soberanía, teniendo en cuenta además que su población apenas alcanza los 300.000 ciudadanos. Esta riqueza lo hace más poderoso y, consecuentemente, le garantiza una mayor independencia frente a las presiones externas de sus países vecinos. Aun así, Qatar tiene un factor en contra: su principal rival en esta crisis es Arabia Saudí, el único país con quien comparte frontera.

De hecho, su línea principal de negocio es el gas natural, cuya producción se encuentra principalmente fuera de la competencia de la OPEC (Organización de Países Exportadores de Petróleo). Qatar, por el hecho de ser el mayor exportador de gas natural licuado del planeta –que representa casi un tercio del comercio mundial, con 77,8 millones de toneladas en 2016, de acuerdo con la Unión Internacional de Gas-, puede alardear de ser uno de los países más ricos del planeta per cápita, un privilegio que le permite trazar una política exterior independiente -y por lo tanto hace poco probable que ceda a las demandas de sus rivales. De hecho, entre los países que han cortado lazos con Qatar, solamente EAU se encuentra entre los cinco principales socios comerciales del pequeño emirato, según un estudio de la Universidad de Tel Aviv.

El periodista Paul Cochrane explica en un artículo sobre la cuestión en el medio Middle East Eye que “cerca del 70% de las exportaciones de gas natural licuado de Qatar se encuentran bajo contratos a largo plazo –normalmente alrededor de 15 años, por lo tanto la producción y pagos están asegurados”. En total, calcula que el sector de la energía engloba la mitad del producto interior bruto del país, y se sitúa en el 85% de sus ganancias en exportaciones y un total del 70% de los ingresos del Gobierno qatarí.

Diversificando las inversiones

Los negocios del díscolo emirato qatarí, además, no se ciñen solamente a los recursos naturales. Como apunta el editor financiero Lerry Light, Qatar es el tercer mayor inversor en Volkswagen, y también es inversor en compañías como Credit Suisse, Barclays, Tiffany, Empire State Realty Trust -que posee el New York Empire State Building-, entre otras propiedades.

En el ámbito energético, se alineó con un grupo de inversores para comprar una participación del 61% en la red de tuberías de gas de la empresa National Grid, con sede en Reino Unido. El diciembre pasado, también se asoció con la empresa Glencore -dedicada a la compraventa y producción de materias primas- para comprar una participación del 19,5% en el gigante ruso del petróleo Rosneft.

En España, la entrada de Qatar se ha producido principalmente mediante fondos de inversión. En concreto, de 2011 a 2014 dos fondos qatarís, Qatar Holding y Qatari Diar, han comprado participaciones en compañías españolas por valor de 5.815 millones de euros, según recoge El Economista. El año 2011, Qatar Holding compró el 6,1% de Iberdrola por unos 2.000 millones de euros. El año siguiente, adquiría otro 2,2% por 620 millones, convirtiéndose así en el tercer mayor accionista de la compañía.

Asimismo, en 2012, Qatari Diar invirtió 64 millones para el puerto deportivo para yates de lujo de Tarragona, Port Tarraco. A través de otro fondo, Qatar también invirtió 78,5 millones en la compra del Hotel Renaissance de Barcelona. En el ámbito deportivo, Qatar también se encuentra presente en el acuerdo que la aerolínea Qatar Airways ha mantenido con el FC Barcelona, pagando 96 millones al club hasta 2016.  De esta forma, más allá de su gran potencial energético, el país ha sabido diversificar su economía invirtiendo en otros sectores, enfocando así esta estrategia en un arma más de su política exterior.