Sanders_portada
Una voluntaria viste pins de apoyo al candidato Bernie Sanders, febrero 2020. Mark Makela/Getty Images

Un repaso a las políticas que defiende el candidato demócrata para discernir sus fortalezas y debilidades, así como el debate que generan sus ideas en el seno del Partido Demócrata. ¿Sería Sanders un candidato con posibilidades de victoria frente a Donald Trump?

Hace unos días se celebró el supermartes, fecha crucial en el calendario presidencial Demócrata. Catorce estados y el territorio de Samoa llevaron a cabo primarias en el proceso de nominación del candidato del Partido Demócrata que se enfrentará con Donald Trump por la presidencia el próximo 3 de noviembre. Cuatro candidatos (Joseph (Joe) Biden, Bernard (Bernie) Sanders, Michael Bloomberg y Elizabeth Warren) compitieron por 1.357 delegados, más de un tercio del total para la convención demócrata que tendrá lugar en Milwaukee en julio.

Tanto Bloomberg como Warren han anunciado que abandonan la carrera tras haber cosechado malos resultados en el supermartes, por lo que ya está claro que serán Biden, centrista moderado, y Sanders, socialdemócrata de centro-izquierda, quienes compitan hasta el final. Por el momento, Biden ganó en nueve estados: Virginia, Carolina del Norte, Alabama, Tennessee, Oklahoma, Arkansas, Minnesota, Massachusetts y Texas, y terminó la noche con al menos 50 delegados más que Sanders. Este venció en Colorado, Utah y Vermont, pero parece seguro que se llevará el premio más grande si triunfa en California, con el 30% de los delegados en estas primarias. Entre tanto, siguen casi empatados en Maine.

Estos dos candidatos demócratas claramente se han llevado la gran parte de los delegados y del voto popular. Si bien Biden ahora mismo lidera, la carrera está lejos de terminar y Bernie Sanders todavía está muy cerca del ex vicepresidente en delegados y voto popular.

A medida que avanza el proceso de primarias, el candidato Sanders seguirá desafiando a Biden, al establishment Demócrata y al centro del partido. Sanders es presentado tanto por los republicanos como por los demócratas como un peligroso socialista (definición que él mismo acepta añadiéndole “democrático"). Para los primeros llevará a Estados Unidos por el camino de Venezuela y, según los moderados en el Partido Demócrata, asustará a parte del electorado, y eso beneficiará a Trump. ¿Cuánto hay en esto de verdad?

Joseph Biden ha sido miembro del Partido Demócrata desde hace mucho años, senador y vicepresidente de Barack Obama y se presenta como el candidato de la moderación. Por su parte, Sanders es representante por Vermont en el Senado de Estados Unidos, pero está oficialmente registrado como candidato independiente, aunque generalmente vota con los demócratas.

En los últimos cuatro años, Sanders ha emergido de manera asombrosa como el líder destacado del movimiento político estadounidense más progresista en medio siglo. Desde 2016, cuando disputó la candidatura demócrata a Hillary Clinton, ha sido  un serio candidato a la presidencia.  Sin duda, es muy notable que Sanders haya logrado contar con millones de seguidores en el contexto de un momento político fundamentalmente conservador y cuando EE UU tiene el presidente más autoritario en los tiempos modernos. Aquellos con sentido histórico recuerdan y se estremecen ante el resultado que tuvo el último candidato a presidente verdaderamente progresista. En 1972 el candidato demócrata George McGovern perdió abrumadoramente ante el republicano Richard M. Nixon.

Muchos en el electorado demócrata y los medios liberales están expresando un profundo temor de que Sanders, que es aún más "izquierdista" que McGovern, no sea elegible. Dicen que no puede atraer a los independientes, centristas y moderados, y que esos votantes indecisos son necesarios para desviar hacia los Demócratas las papeletas de los estadounidense que en 2016 optaron por Trump.

 

Las ideas de Bernie

Sanders_Biden
A la izquierda, el ex vicepresidente Joe Bien y, a la derecha, Bernie Sanders, en un debate televisado. Drew Angerer/Getty Images

Uno de los fantasmas que agita Trump es que Sanders llevará a EE UU al comunismo. Sin embargo, conviene analizar la naturaleza de las creencias del candidato demócrata y su movimiento.

Para cualquier persona con un poco de conocimiento de la historia política, Sanders no es ningún radical. Una evaluación honesta de su política concluiría que más de la mitad de su programa no solo encajaría perfectamente en los partidos socialdemócratas de centro izquierda de Europa, sino que ya ha sido implementado y apoyado por partidos de todo el espectro político del continente europeo.

Por ejemplo, el Partido Popular en España difícilmente podría hacer campaña para eliminar la asistencia sanitaria universal que provee el Estado o el acceso gratuito a la enseñanza universitaria —dos postulados esenciales del programa Sanders. Algún adepto del senador por Vermont  ha sugerido que el lema de su campaña (puesto también en camisetas y gorritas de béisbol) podría ser: “Por Bernie. ¿Radical? ¡Solo en América!”

Sanders no tiene intención (y nunca ha hecho referencia alguna) de establecer el control estatal sobre las "altas esferas de la economía", apropiarse de los medios de producción, participando en la planificación central o incluso nacionalizando las principales industrias, todas ellas políticas de los antiguos regímenes comunistas. Por el contrario, el candidato aboga por impuestos más equitativos tanto para las corporaciones como para los individuos ricos, una reversión de la desregulación desenfrenada de los negocios estadounidenses y del  gasto gubernamental para brindar oportunidades económicas a la población general y disminuir  la desigualdad social.

Las ideas de Sanders y sus programas están mucho más cerca de los socialdemócratas europeos, aunque con un giro populista de izquierda, de las que habrían mantenido los socialistas o los comunistas de los años 30. También hay variantes izquierdistas autoritarias en el mundo de hoy. Pero los modelos de país de Sanders están en Escandinavia, no en Suramérica.

El problema es que en un país que generalmente desconoce el concepto y práctica política del socialismo, y más precisamente de la socialdemocracia, y que cuenta con una derecha política extremista es difícil evaluar las políticas de Sanders de forma objetiva. Trump y la ultraderecha intentan descalificar todo el tiempo a sus enemigos a la izquierda, inclusive si son centristas, poniéndoles etiquetas absurdas. Tanto Bill como Hillary Clinton fueron llamados “socialistas” y Barak Obama “comunista” y “comunista-fascista”.

En este contexto, si Sanders es nominado por el Partido Demócrata, va a recibir duros ataques como supuesto "radical y antiamericano". Sin embargo, precisamente porque la ultraderecha de EE UU se ha dividido cómica e irresponsablemente sobre el término "socialismo", han diluido una buena parte de su poder retórico para asustar al votante.

El trabajo adicional, muy importante, de Sanders (y de la también candidata Elizabeth Warren, en el ala progresista del Partido Demócrata) es continuar educando a la sociedad sobre lo que sería una reforma del sistema capitalista con una fuerte orientación social.

 

¿ Sanders es un candidato elegible? 

 Muchos demócratas centristas aceptan nerviosamente la idea de que Bernie es un riesgo electoral. En el último debate en Carolina del Sur, por ejemplo, Michael Bloomberg y otros mencionaron que Trump está encantado de verle ganar. La sugerencia implícita es que Sanders es demasiado radical para la sociedad estadounidense y que, por lo tanto, tiene debilidades políticas fatales como candidato.

Existe también una preocupación real y profunda por parte de los demócratas centristas de que Sanders es demasiado radical para un partido que ha evolucionado como centroderecha en términos europeos bajo las administraciones Clinton y Obama. Igualmente, hay una preocupación sobre la parte del electorado que, al parecer, si Sanders o Warren no son los candidatos para noviembre, dejarían de hacer campaña y tal vez ni siquiera aparecerán a votar.

Sanders_Trump
Un pin que apoya a Bernie Sanders como candidato para enfrentarse a Donald Trump en las elecciones de noviembre de 2020. Drew Angerer/Getty Images

No obstante, sigue siendo una pregunta abierta si Trump prefiere tener a Sanders o a Biden como rival demócrata en 2020. Por un lado, es posible que Trump favorezca a Sanders porque podría hacer campaña contra el supuesto extremista socialista/comunista que pretendería imponer el modelo político de Cuba o Venezuela. Sin embargo, también es posible que se incline por Biden, debido a su historias política y defectos particulares en el ámbito de la campaña.

Otra preocupación seria sobre la candidatura de Sanders proviene de los Demócratas, especialmente aquellos preocupados por las elecciones de otros cargos en las listas electorales (para el Congreso y los puestos estatales). En este caso, temen que Sanders perjudique la posibilidad de retener la Cámara de Representantes y eliminará la posibilidad de retomar el Senado. O sea, que incluso si Sanders gana la presidencia, su imagen radical podría afectar negativamente  a las posibilidades  electorales en noviembre para ganar el Congreso. Los Demócratas "moderados” centristas  recibieron muchos votos de los  exrepublicanos suburbanos contrarios a Trump y otros del centro y centro-derecha; estos fueron clave para el éxito Democrata en la Camara de Representantes en 2018 y los serán de suma importancia otra vez en 2020.

Es prematuro evaluar esto, pero puede ser una preocupación exagerada, ya que el ascenso político de Sanders se basó en un alto grado de inteligencia estratégica. Por consiguiente, es probable que matice su retórica y sus recetas políticas para ampliar su atractivo una vez que comiencen las elecciones generales a finales del verano.

Trump y su campo (así como los trolls rusos) publicitan regularmente que están contentos con el éxito de “Bernie” y que sería fácil de vencer porque está muy a la izquierda de la corriente principal de la sociedad. Estos memes también son repetidos por los opositores centristas de Sanders.

 

¿Qué fortalezas tiene Sanders?

La crítica a Sanders como “no elegible” puede ser injusta y autocumplida. Se trata de un candidato presidencial fuerte, a pesar de su política izquierdista, no convencional e inconformista. Pero hay varias razones para refutar la idea de que su candidatura no es viable. En primer lugar, dirige un movimiento de jóvenes dinámicos, apasionados (el futuro del partido), crecientemente multiétnico, incluidos latinos y personas de color, y progresistas ideológicos comprometidos. Todos ellos representan la mayor parte de la energía y el entusiasmo durante esta campaña. En segundo lugar, los resultados de las primarias y las encuestas revelan que Sanders tiene un fuerte apoyo electoral, superando a sus contrincantes demócratas en una gran cantidad de estados, incluidos aquellos críticos para las elecciones de noviembre en el medio-oeste más algunos del oeste incluyendo el más poblado del país: California. Por último, Sanders es la segunda opción favorita de los votantes de Biden; generalmente supera en las encuestas a sus rivales en enfrentamientos hipotéticos con Trump; y junto con la progresista Elizabeth Warren, representa hasta ahora una mayoría de las preferencias de los votantes.

Sanders tiene una excelente oportunidad para unir al partido en torno a una agenda progresiva, y debido a la continua recesión en el sector industrial, traer de vuelta a los demócratas a aquellos votantes que votaron por Trump en 2016.

 

¿Podría Sander implementar su programa?

Una presidencia de Sanders no es imposible ni es ser irreal contemplarla. Sin embargo, es prudente esperar que el camino hacia la nominación sea muy accidentado. Y una presidencia hipotética no sería el paraíso.

No solo el país está más profundamente dividido que en cualquier otro momento desde la Guerra Civil (1861-1865), sino que el Congreso contiene una oposición cuyos representantes han abandonado hace mucho tiempo el compromiso como táctica política, al tiempo que el Partido Republicano ha desarrollado una ideología rígidamente de derechas.

El Partido Demócrata también tiene un grupo significativo considerados "Blue Dogs" o representantes del ala conservadora, la mayoría de los cuales hoy temen el éxito de Sanders. Seguramente no se podría contar con ellos para apoyar su programa si se convierte en presidente. Debido a las anormalidades del sistema electoral del país y la actual polarización política derecha/centroizquierda, la situación política no cambiará para 2021.

Con tiempo, habilidad y una gran suerte, una administración de Sanders podría impulsar una serie de medidas políticas, sociales, económicas y fiscales igualitarias que no se han visto desde la era del presidente Franklin Delano Roosevelt en la década de 1930. Los conservadores lucharon ferozmente contra él y sus propuestas de Seguridad Social (el sistema para pensionistas del gobierno de EE UU), la compensación por desempleo y la gran inversión de gastos en obras públicas. También se opusieron obstinadamente a las reformas demócratas socialmente liberales que impulsó el presidente Lyndon B. Johnson en los 60, especialmente promoviendo los derechos civiles para afro-americanos y el Medicare (el plan sanitario público para los mayores). Estas medidas fueron calificadas como “gran paso en el camino hacia el socialismo y el fin de la libertad norteamericana”.  Las políticas de Roosevelt y Johnson son, en realidad, las que exige la mayoría de los votantes, y durante décadas no han sido vistas como radicales ni socialistas.

Estados Unidos necesita una reforma política y social igualitaria en la línea de la socialdemocracia escandinava y el estatismo de la sociedad del bienestar. Se puede confiar en que hay un segmento significativo de la población —joven, urbana, minoritaria y educada— que apoya la idea de reformar el sistema político-económico y además no escasean los mecanismos políticos e instituciones en el país para implementarla tanto a escala federal como estatal. Eso permitiría suavizar los bordes ásperos de lo que se ha llamado capitalismo más duro.

Roosevelt fue el primer presidente que se negó abiertamente a aceptar la naturaleza sin control del capitalismo estadounidense. Gracias a sus cualidades personales y habilidades políticas logró que se aprobasen leyes que cambiaron la vida de millones de personas.  En 1936, en un evento en el Madison Square Garden (en Nueva York) comentó que las clases adineradas se unieron contra su presidencia, añadiendo: "Son unánimes en su odio por mí, y recibo con gusto su odio". Sanders parece ir en el mismo camino.