El componente político del idioma en la Bielorrusia de hoy, donde la mayoría de la población habla ruso en casa.

La escritora Svetlana Alexievich acaba de ganar el premio nobel de Literatura 2015 y pocos hay en Bielorrusia que no se hayan alegrado. Incluso el presidente del país, el amado y odiado Aleksandr Lukashenko, también ha querido unirse a las felicitaciones, aunque Alexievich ha sido siempre bastante crítica con su país. “Espero que su premio sirva al Estado y a la gente de Bielorrusia”, ha expresado recientemente. A pesar de estas palabras la autora manifestó que no votaría en las elecciones celebradas el pasado 11 de octubre en Minsk.
La academia sueca ha querido premiar con este galardón a una periodista revolucionaria que escribe libros de no ficción en ruso. Svetlana no escribe en bielorruso, un idioma que sigue siendo perseguido por Lukashenko, a pesar de que el país cuenta con grandes escritores clásicos que escribían en esta lengua como Yakub Kolas, Yanka Kupala o Maxim Bogdanovich. Además ha manifestado en más de una ocasión sentirse apenada por no poder escribir en la lengua de su país, ya que toda su obra está en ruso. Aún así siempre ha defendido el uso del bielorruso en la vida pública, de hecho uno de sus primeros discursos cuando fue galardonada se celebró en Lohninau, una pequeña librería con libros en lengua bielorrusa.
Dos idiomas diferentes
Aunque compartan alfabeto, el ruso y el bielorruso son idiomas diferentes y este último lucha por un mayor reconocimiento. Según algunas estadísticas de agencias independientes, sólo entre el 3 y el 5% de la población habla bielorruso. Por su parte, el Gobierno incrementa esta cifra hasta el 20%. Se podría decir que es equiparable con la comunidad lingüística gaélica de Escocia. Hoy en día, la realidad es que más del 72% de la población habla ruso en casa.
Bielorrusia se independizó en 1991, el idioma oficial era el bielorruso en ese momento. Cuando llegó al poder Aleksandr Lukashenko en 1994, el bielorruso y el ruso pasaron a ser oficiales. Hoy en día, ambos conviven en la vida cotidiana, aunque no al mismo nivel. Aún sí, podemos encontrar tanto las líneas de metro como las paradas de autobús en ambas lenguas.
Además el idioma bielorruso tiene un componente político bastante fuerte. Los ruso-parlantes están normalmente a favor del presidente Lukashenko, por lo que el bielorruso es el lenguaje de la oposición.
Una asignatura poco valorada
Muchos padres quieren que sus hijos sean bilingües pero no es fácil, ya que sólo el 20% de los alumnos aprenden bielorruso en el colegio, según datos de 2006.
Andrus Klikonou, es miembro de un grupo de padres a favor de la enseñanza de la lengua autóctona, lleva años llevando a sus hijos a grupos clandestinos que se organizan gracias al boca a boca para mejorar el idioma.
El Gobierno de Lukashenko adoptó ...
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