Cómo la organización ha ido radicalizándose a pasos agigantados.

Artículo. Nigeria: potencia, terror y futuro

AFP/Getty Images

La organización nigeriana Boko Haram ha dado un salto cualitativo hacia un proceso de radicalización y militancia yihadista con escasos recursos operativos. En 2010 la sofisticación de sus ataques aumentó, añadiendo técnicas como la utilización de artefactos explosivos improvisados, y su radicalización se agudizó con su primer atentado suicida en 2011 contra una comisaría de policía en Abuja, la capital del país.

Como muestra del radicalismo que adquirió Boko Haram, en una entrevista en 2009, su fundador y entonces líder espiritual Muhammad Yusuf manifestó su creencia de que el mundo es una esfera contraria al islam y debe ser rechazado, junto con el darwinismo y la teoría de que la lluvia es resultado de la evaporación del agua a causa del sol.
Con la eliminación de Mohamed Yusuf junto a un millar de sus hombres en 2009, el grupo parecía no tener una estructura organizativa propia o un auténtico liderazgo. Fue el nuevo y actual emir, Abubakar Shekau, el encargado de incrementar el activismo terrorista con apariciones en Internet e incluso en el aparato de propaganda Al Andalus, propiedad de Al Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI).

Actualmente, la organización podría contar con unos 3.000 efectivos y sus objetivos se han centrado sobre todo en fieles cristianos, por lo que iglesias y lugares de congregación han estado en el punto de mira. Sin embargo, tampoco han dudado en atentar contra clérigos musulmanes que consideran traidores al islam. Sus acciones suelen ser protagonizadas por grandes grupos de hombres, al menos una treintena, que a veces superan el centenar e incluso han llegado a alcanzar cifras de 200 y 300 atacantes en alguna ocasión. La banda actúa fuertemente armada, por sorpresa y con objetivos muy variados, desde bancos y oficinas de cambio para obtener fondos, hasta comisarías y prisiones para asesinar policías, apropiarse de armas y liberar presos de su organización. La financiación de Boko Haram proviene de robos, de las donaciones que re­cibe de sus simpatizantes, así como de su participación en actividades ilícitas varias como el secuestro o el tráfico de drogas.

Por el momento, la amenaza es principalmente local, ya que solo cometieron un atentado de carácter global, contra las dependencias de la ONU en Abuja, en agosto de 2011, causando 23 fallecidos, y un secuestro en Camerún de una familia francesa, en febrero de 2013, que fue liberada dos meses después. Sin embargo, ha habido un importante salto cuantitativo en su forma de actuar, con las bombas en los autobuses en Abuja en abril, con más de 70 fallecidos, y el secuestro de las estudiantes, algo previsible debido al continuo aumento de sus acciones terroristas desde 2010.

Los vínculos con otros actores insurgentes yihadistas, particularmente con Al Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI) o el Movimiento para la Unicidad y la Yihad en África Occidental (MUYAO), permitieron a Boko Haram conseguir entrenamiento, explosivos y también fondos, particularmente en 2012. Militantes del grupo nigeriano recibieron entrenamiento en Malí, según datos obtenidos tras la intervención francesa en el país con la operación Serval.

Los ataques que su nuevo líder, el excéntrico y sanguinario Shekau, estaba llevando a cabo contra musulmanes supuso una división en Boko Haram. En febrero de 2012, el nuevo grupo yihadista escindido fue denominado Ansaru, y calificó como “inhumanos para la Umma” los métodos de la banda. El nuevo lema de esta organización es “esforzándose y luchando por la causa de Alá”. Aunque a tenor de su lema parecían querer distanciarse de los métodos terroristas de Boko Haram, la yihad violenta es también su seña de identidad, al menos así lo han demostrado sus tácticas de insurgencia de baja actividad y operaciones propias del crimen organizado, como los secuestros de occidentales.

Reaccionando de modo tardío, Estados Unidos incluyó a Boko Haram a su lista de grupos terroristas el 14 de noviembre de 2013. En Europa, Holanda está impulsando una campaña para que esta organización sea incluida, lo antes posible, como grupo terrorista por la UE.

Aunque no son una facción de Al Qaeda propiamente dicha, sí se le incluye como grupo asociado a la misma y perteneciente al movimiento yihadista global. De hecho, Bin Laden declaró en 2004 a Nigeria como “uno de los países más preparados para la yihad”. Incluso hay informaciones que aseguran que éste proporcionó en 2002 fondos para el impulso en la creación de esta organización yihadista, según se logra discernir de los documentos filtrados de la última residencia del que fue líder de Al Qaeda en la ciudad paquistaní de Abbottabad.

Nigeria ha demostrado que es incapaz de enfrentarse a la amenaza que representa Boko Haram. A pesar de que la Administración nigeriana tenía indicios del secuestro de las jóvenes estudiantes, no ha sido capaz de evitarlo. El país necesita de ayuda internacional para combatir con garantías a este grupo yihadista, ya que la desestabilización de Nigeria podría traer consecuencias muy negativas a África Occidental y, por extensión, al Magreb y, por ende, a Occidente.

 

Artículos relacionados