Canadá intenta crear un modelo social basado en una sociedad inclusiva que reconoce la diversidad y trabaja por la integración de sus minorías, pero, realmente, ¿es así? Pierre Bosset, profesor de la Facultad de Ciencias Jurídicas de la Universidad de Quebec, analiza los retos, logros y problemas con los que se enfrenta este modelo.

 









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Marc Braibant/AFP/Getty Images

 

esglobal. ¿En qué consiste la Carta de Valores que se quiere aprobar en Quebec?

Pierre Bosset. La Carta de Valores es una propuesta reciente -aún no se ha adoptado-, cuya premisa fundamental afirma que el estado de Quebec debería ser neutral en el ámbito religioso. Algo sobre lo que existe un amplio consenso. No hay tanto acuerdo, sin embargo, a la hora de establecer qué se entiende por neutralidad. Según la Carta, la neutralidad implicaría, entre otras cosas, que los funcionarios no podrán mostrar ningún símbolo religioso: ni kipás judías, ni hiyabs musulmanas, etc. En caso contrario, podrían perder sus trabajos. Por otro lado, el documento dice que la Administración no tiene ningún problema en aceptar la herencia histórica católica. Eso implica, por ejemplo, que se mantendrán los crucifijos presentes en el Parlamento. Es decir, Quebec quiere ser neutral, pero no de igual manera con todas las religiones. Resulta cuanto menos contradictorio, por decirlo de una manera suave. Creo que trata de jugar a dos bandas y, en mi opinión, no tiene sentido. Puede ser considerado hipócrita, porque aquellos que defienden la neutralidad absoluta del Estado en el plano religioso defienden al mismo tiempo la herencia católica del mismo. No se pueden defender al mismo tiempo ambas posturas, pero eso es lo que la Carta dice.

 

esglobal. ¿Qué opinan los practicantes y los líderes de las minorías religiosas?

PB. Muchos de ellos piensan que con esta propuesta se trata de excluir a las minorías, mientras que se continúa permitiendo privilegios a la mayoría. Tienen razones para pensar así.

 

esglobal. Quebec suele presentarse como un modelo exitoso a la hora de propiciar la convivencia de todas las minorías que viven en su territorio. ¿Hasta qué punto es cierto ese éxito y qué problemas enfrenta?

PB. Tenemos un sistema legal que permite un amplio acomodo de la diversidad en general: religiosa, étnica, orientación sexual, condición social…Así que se puede decir que nuestro sistema legal está relativamente abierto a la diversidad y creo que este aspecto es representativo de la identidad canadiense. Canadá es un país de inmigrantes, sin un pasado colonial, así que para nosotros esta aceptación de la diversidad es algo normal. Ahora bien, siempre se presentan problemas cuando se trata de armonizar la filosofía general y la vida cotidiana, que en algunos casos se traducen en dificultades a la hora de que la opinión pública acepte ciertas medidas concretas. La gente ha de asumir que algunas normas que tratan de garantizar la diversidad ...