El gigante asiático compra tierras en el extranjero, pero está por detrás de EE UU y Oriente Medio en la colonización agraria.
Empresas chinas trabajando en Ghana. Chris Stein/AFP/Getty Images
Una sorprendente noticia recorrió el mes pasado las webs de los medios de comunicación de todo el planeta. China, se dijo entonces, había alquilado por un periodo de 50 años tres millones de hectáreas de tierra de cultivo y pasto en Ucrania, el equivalente al 5% de la superficie del país eslavo. De la noche a la mañana, el granero de Europa se había transformado en el granero de China, suministrando abundante munición a aquellos que denuncian el neocolonialismo del país asiático. Todo encajaba: la escasez de recursos y la creciente ambición de China. ¿El problema? Que la noticia era falsa.
El socio ucraniano en la operación, KSG Agro, se apresuró a refutar la información con un comunicado de prensa colgado en su web. “KSG Agro no tiene ninguna intención ni ningún derecho a vender tierra a extranjeros, incluidos los chinos”, decía la nota, que limitaba el alcance del acuerdo cuatripartito –participan, además de la firma ucraniana, el Xinjiang Production and Construction Corps, la China National Corporation for Overseas Economic Coopera...
ebook
2020
en 11 artículos
Libro
Recuerdos y presencias
Alberto Oliart
Libro
El hambre del vecino
Benny Dembitzer
Libro
Lo que creo saber
Diego Hidalgo
ebook
África
se mueve
Necessary cookies are absolutely essential for the website to function properly. This category only includes cookies that ensures basic functionalities and security features of the website. These cookies do not store any personal information.
Any cookies that may not be particularly necessary for the website to function and is used specifically to collect user personal data via analytics, ads, other embedded contents are termed as non-necessary cookies. It is mandatory to procure user consent prior to running these cookies on your website.