
El movimiento feminista en el país tiene un difícil futuro. Está por ver si las mujeres conseguirán forzar un cambio social. He aquí las claves para entenderlo.
En China no se permiten manifestaciones el 8 de marzo para reivindicar el Día de la Mujer, las activistas son detenidas y palabras como “feminismo” o “MeToo” se consideran tan peligrosas que son censuradas en Internet. Los foros o blogs sobre igualdad de género han sido clausurados.
El panorama no es nada esperanzador, pero a pesar de ello el movimiento feminista es resiliente y la voz de las mujeres no consigue ser silenciada. La última prueba es cómo la denuncia de la tenista Peng Shuai acusando de violación a un exalto cargo del gobierno en una red social china ha traspasado fronteras. Los intentos gubernamentales de invisibilizar a la tenista no han hecho más que amplificar el caso y poner el foco sobre los abusos a las mujeres en el gigante asiático.
El desarrollo económico, el empoderamiento de una generación de mujeres hijas únicas educadas con los mismos recursos que los hombres y la posibilidad de organización que dan las redes sociales han impulsado un nuevo feminismo. Es un activismo alejado de la estructura de un régimen que no da respuestas a sus reivindicaciones.
Caminando de la mano del Partido Comunista
El feminismo en China surgió con el movimiento revolucionario que acabó con el Imperio Qing en 1911 y ha caminado de la mano del Partido Comunista Chino (PCCh) que asumió muchas de sus reivindicaciones. El país vivía en una sociedad feudal de moral confuciana y patriarcal donde el único papel de las mujeres estaba en el seno de la familia. Dependían totalmente del padre o marido. No se les permitía ejercer una profesión o heredar y a muchas se les vendaba los pies.
La llegada al poder de Mao y la fundación de la República Popular en 1949 supuso para las mujeres un gran avance en materia de derechos. En 1950, se aprobó una ley de matrimonio que abolía el concubinato, prohibía los matrimonios concertados y reconocía por primera vez el derecho de las mujeres a la propiedad y a divorciarse.

Una de las características del movimiento feminista chino es precisamente su vinculación con el PCCh y, a través de él, con el poder. Al contrario que en Occidente, el feminismo ha sido parte del Estado, que incorporó los derechos políticos de las mujeres en su ideología revolucionaria.
Sin embargo, la palabra “feminista” siempre ha sido rechazada en China y considerada un concepto burgués que explicaba las reivindicaciones de ...
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