El continuo recorte de los presupuestos para investigación médica
puede ser costoso para los doctores y los hospitales de los países en
vías de desarrollo. Una suscripción anual, por poner un ejemplo,
a Comparative Biochemistry and Physiology cuesta unos 12.360 dólares
(unos 9.500 euros).
El movimiento a favor del acceso libre online, sin embargo, espera noquear a
las millonarias publicaciones médicas. Concentrándose en las ediciones
electrónicas y en fuentes de financiación alternativas más
allá de los anuncios y de las tarifas de suscripción -como,
por ejemplo, cobrar a los autores una pequeña cuota por publicar-,
los diarios de libre acceso usan la Red para suministrar a sus lectores investigaciones
punteras totalmente gratis. Este tipo de publicaciones existen desde hace años:
Journal of Medical Internet Research (JMIR) (www.jmir.org),
por ejemplo, fue pionero a finales de la década de los 90. Pero el movimiento
tuvo un fuerte impulso con la creación en 2000 de la Public Library of
Science (PLOS) (www.plos.org),
una organización de libre acceso dirigida por científicos de renombre,
incluyendo a Harold Ramus, premio Nobel y antiguo director de los Institutos
Nacionales de Salud de EE UU.

En octubre de 2003, PLOS lanzó PLoS Biology (www.plosbiology.org),
en formato de papel convencional y en edición digital, gratis. PLoS Medicine
aparecerá a mediados de este año. Para competir con la vasta industria
de publicaciones científicas, PLOS debe convencer a los investigadores
para que se arriesguen a publicar sus trabajos en un nuevo periódico.
PLOS debe también apartar a los lectores de las biblias del mundo de
la ciencia, como las prestigiosas Science, Nature y Cell.

Aunque hubo más de 100.000 descargas del primer número de PLoS
Biology, muchos expertos temen que los editores de este tipo de publicaciones
no satisfagan las necesidades inmediatas de las naciones en vías de desarrollo.
Barbara Aronson, una bibliotecaria de la Organización Mundial de la Salud
(OMS), dice que "para los países en vías de desarrollo,
el problema no es el libre acceso, sino el acceso mismo".

La propia OMS persigue un enfoque más pragmático a través
de su Health InterNetwork (www.healthinternetwork.org),
que ofrece a los médicos de los países pobres acceso gratis o
a precios reducidos a unos 2.000 diarios científicos en la Red, además
de un ordenador y tecnología para navegar por Internet. También
la OMS está suministrando a Irak bibliotecas médicas con receptores
de satélite, ordenadores y generadores, así como conexión
a Health InterNetwork.

PÁGINAS DE INTERNET QUE MARCAN TENDENCIAS

Ciencia gratis

Ilustración de Microscopio

El continuo recorte de los presupuestos para investigación médica
puede ser costoso para los doctores y los hospitales de los países en
vías de desarrollo. Una suscripción anual, por poner un ejemplo,
a Comparative Biochemistry and Physiology cuesta unos 12.360 dólares
(unos 9.500 euros).
El movimiento a favor del acceso libre online, sin embargo, espera noquear a
las millonarias publicaciones médicas. Concentrándose en las ediciones
electrónicas y en fuentes de financiación alternativas más
allá de los anuncios y de las tarifas de suscripción -como,
por ejemplo, cobrar a los autores una pequeña cuota por publicar-,
los diarios de libre acceso usan la Red para suministrar a sus lectores investigaciones
punteras totalmente gratis. Este tipo de publicaciones existen desde hace años:
Journal of Medical Internet Research (JMIR) (www.jmir.org),
por ejemplo, fue pionero a finales de la década de los 90. Pero el movimiento
tuvo un fuerte impulso con la creación en 2000 de la Public Library of
Science (PLOS) (www.plos.org),
una organización de libre acceso dirigida por científicos de renombre,
incluyendo a Harold Ramus, premio Nobel y antiguo director de los Institutos
Nacionales de Salud de EE UU.

En octubre de 2003, PLOS lanzó PLoS Biology (www.plosbiology.org),
en formato de papel convencional y en edición digital, gratis. PLoS Medicine
aparecerá a mediados de este año. Para competir con la vasta industria
de publicaciones científicas, PLOS debe convencer a los investigadores
para que se arriesguen a publicar sus trabajos en un nuevo periódico.
PLOS debe también apartar a los lectores de las biblias del mundo de
la ciencia, como las prestigiosas Science, Nature y Cell.

Aunque hubo más de 100.000 descargas del primer número de PLoS
Biology, muchos expertos temen que los editores de este tipo de publicaciones
no satisfagan las necesidades inmediatas de las naciones en vías de desarrollo.
Barbara Aronson, una bibliotecaria de la Organización Mundial de la Salud
(OMS), dice que "para los países en vías de desarrollo,
el problema no es el libre acceso, sino el acceso mismo".

La propia OMS persigue un enfoque más pragmático a través
de su Health InterNetwork (www.healthinternetwork.org),
que ofrece a los médicos de los países pobres acceso gratis o
a precios reducidos a unos 2.000 diarios científicos en la Red, además
de un ordenador y tecnología para navegar por Internet. También
la OMS está suministrando a Irak bibliotecas médicas con receptores
de satélite, ordenadores y generadores, así como conexión
a Health InterNetwork. -Jennifer Kuo