Israel y EE UU se lo deberían pensar mucho antes de llevar a cabo una acción preventiva contra las instalaciones nucleares iraníes.

 









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Una vez más, ha comenzado el tic tac habitual en los medios de comunicación y los círculos diplomáticos: ¿estamos ante la perspectiva de un ataque israelí respaldado por Estados Unidos?

Es posible que gran parte del ruido de sables y las filtraciones de Israel pretenda utilizar el informe del OIEA para mover a la comunidad internacional a hacer algo más a propósito del programa iraní y a lanzar una advertencia sobre las posibles consecuencias en caso de que no actúe. China y Rusia bloquearían cualquier propuesta de actuación enérgica, e incluso quizá nuevas sanciones, en Naciones Unidas. Los israelíes quizá decidan, por diversas razones, que deben lanzar un ataque militar en algún momento; y podría ser que el presidente estadounidense no esté en situación de poder disuadirlos. Israel es una nación pequeña que vive en el filo de la navaja y tiene un pasado oscuro y un historial de acciones preventivas victoriosas contra amenazas militares, así que es muy posible que actúen en algún momento, aunque no sea necesariamente ahora.

Antes de que tomen la decisión, he aquí las cinco razones por las que deberían pensar en mantener sus aviones y misiles en tierra:

 

1. No existe un buen final. Atacar las instalaciones nucleares iraníes es como cortar la hierba. Conseguir desbaratar de forma permanente la capacidad iraní de producir material fisible y darle calidad de armamento es la única forma de evitar que la hierba vuelva a crecer. Y no hay ningún ataque –ni siquiera una serie de ellos– capaz de conseguirlo. Las instalaciones reforzadas, la existencia de plantas de sobra y el carácter secreto de sus localizaciones son obstáculos importantes para cualquier acción. Incluso en el mejor de los casos –un ataque incompleto que, por ejemplo, retrase el programa nuclear en dos o tres años–, los iraníes volverían a impulsarlo con la legitimidad y el apremio que les daría el hecho de haber sido atacados por una potencia extranjera. La autodefensa se convertiría en el principio rector del programa nuclear y encontraría un eco tremendo en todo Oriente Medio y la comunidad internacional.

Se puede alegar, por supuesto, que los israelíes cortarían la hierba de forma periódica, con un ataque contra Irán cada 18 meses o así. Pero esa situación sería seguramente insostenible; ambos países estarían en un estado de enfrentamiento permanente y mantendría la región en llamas durante años.

2. Nadie puede impedir que Irán adquiera un arma nuclear. Excepto Irán. Lo cierto es que India, Pakistán, Corea del Norte e incluso Israel –países con una profunda inseguridad y, al mismo tiempo, convencidos de que tienen ciertos derechos– han desarrollado armas nucleares en secreto. Irak y Siria también estaban en pleno proceso. Teherán ya había emprendido ...