Un repaso a los aspectos clave por los que los partidos de izquierda de la UE están en contra del Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos.

Manifestación en contra del TTIP en Madrid, octubre de 2014. Curto de la Torre/AFP/Getty Images
Manifestación en contra del TTIP en Madrid, octubre de 2014. Curto de la Torre/AFP/Getty Images

El Tratado de Libre Comercio (TTIP, en sus siglas en inglés) que la Unión Europea negocia con Estados Unidos desde febrero de 2013 se ha revelado como un sutil termómetro ideológico en el Parlamento comunitario, cámara donde son constantes, especialmente desde los partidos de izquierda (sobre todo Izquierda Unitaria Europea y Los Verdes) las críticas hacia el PP Europeo, los socialdemócratas del PSD y los liberales por ejercer una supuesta “gran coalición” sobre los temas cruciales para la Unión.

El TTIP se halla sobre esa báscula en este momento que ha cogido en medio a los socialdemócratas: si se alían con los populares europeos serán acusados de ser cómplice de ese rodillo de la derecha; si apuestan por encuadrarse con los partidos más a la izquierda, serán criticados por la derecha, es decir, sus frecuentes compañeros de pacto, de “irresponsables” o, directamente, de “populistas”. Y en medio parece no haber matices ni grises.

 

Mecanismo de arbitraje internacional. A partir de ahora lo oirá muchas veces: es el llamado mecanismo ISDS, lo que traducido del inglés significaría “mecanismo de resolución de conflictos entre un inversor extranjero y un Estado”. Esta fórmula implicaría implantar los tribunales internacionales de arbitraje cuando una multinacional entre en conflicto con un Estado miembro, por ejemplo, en el caso de que éste realice un cambio en sus leyes.

No es nada nuevo. Los Estados europeos tienen firmados ya 1.400 acuerdos comerciales (a menudo bilaterales) en los que esta cláusula se halla incorporada. Puede tener cierto sentido cuando se trata de un acuerdo comercial con un país dictatorial o cuyo sistema legal sea deficiente o muy poco fiable, pero ¿tiene sentido introducir el ISDS entre EE UU y la Unión Europea?

Estados Unidos ya lo introdujo en 1994 en su acuerdo comercial con México y Canadá (el NAFTA). Las consecuencias no se hicieron esperar. Entre ellas, la demanda que recibió Canadá por la compañía Ethyl, que acusó al Gobierno canadiense de cambiar la normativa de aditivos de la gasolina y hacerle perder dinero. Canadá tuvo que anular su reforma legal. Ethyl le había reclamado 251 millones de dólares de compensación.

Una consulta pública realizada por la Comisión Europea el año pasado y cuyos resultados se hicieron públicos a mediados de enero, revela resultados contundentes: el 95% de los ciudadanos que participaron en ella (150.000 en total) rechaza que el TTIP incluya el mecanismo ISDS.

“Esta cláusula significa otorgarle a las multinacionales el poder para contestar las decisiones de un Estado, es decir, el poder de tumbar la voluntad popular en la toma de decisiones”, explica Yannick Jadot, eurodiputado de Los Verdes.

Armonización legal a la baja. Es otro de los temores que más preocupa a la izquierda europea así como a la sociedad civil y ...