
El hervidero de ideas que fue una vez la ciudad austríaca y cómo contribuyó a construir la vida contemporánea.

Vienna, How the City of Ideas Created the Modern World
Richard Cockett
Yale University Press, 2023
La idea de que una capital europea pueda ser responsable de la mayor parte de los avances intelectuales y culturales de Occidente en el siglo XX parece absurda. Pero Viena, la ciudad de Wittgenstein, Freud, Mahler y Klimt, fue el crisol de un inmenso imperio metropolitano y contribuyó a crear el mundo moderno más de lo que casi todos nos imaginamos y reconocemos.
Veamos un ejemplo: la primera mujer que fingió un orgasmo en la pantalla fue Hedwig Kiesler, de 18 años, hija de padre ucraniano y madre húngara, una aristócrata pianista. Ambos eran judíos vieneses asimilados, como la mayoría de los personajes de este libro. A su marido, el increíblemente rico empresario industrial austriaco Friedrich Mandle, no le causó buena impresión esa circunstancia, pero tampoco a ella le gustó que él, años después, fabricara armas para los nazis. Drogó a su criada, escapó del castillo de su marido y renació durante la travesía del Atlántico como Hedy Lamarr. Su brillante carrera en Hollywood y sus seis maridos, una auténtica hazaña en aquel mojigato periodo de Estados Unidos, quedaron empequeñecidos por lo que hizo en su vida fuera de las pantallas: sugirió mejoras para los perfiles aerodinámicos del avión Spruce Goose de su entonces marido (Howard Hughes) y diseñó tecnología de vanguardia para torpedos que la Armada estadounidense se negó a utilizar durante la Segunda Guerra Mundial porque sospechaban de ella por su origen austriaco. La tecnología de salto de frecuencia desarrollada por ella fue posteriormente la base del bluetooth.
Hedy Lamarr fue el mejor ejemplo de las cualidades, la naturaleza cosmopolita, el interés de polímata por el mundo y el empeño iconoclasta en vivir con sinceridad que caracterizaron a una generación de vieneses cuya influencia en el mundo está poco reconocida y que Richard Cockettre trata de forma magnífica en su libro. El autor sitúa el origen de esa generación en la Bildung de la Viena de finales del siglo XIX —una palabra que significa educación, formación (sobre todo el sentimiento de tener una buena educación)— como “contexto fundamental de la burguesía vienesa y la monarquía de los Habsburgo”. En su autobiografía, el arquitecto Richard Neutra describe la librería de sus hermanos mayores como una vitrina en la que había una enciclopedia de múltiples volúmenes en la que, según le dijeron, podía encontrar “todo el saber del mundo”. También tenían bustos de Mozart, Beethoven, Goethe y Schiller. El físico Karl Przibram recordaba que el espíritu dominante en casa de sus padres era “la fe incondicional en el progreso y la apertura mental a todas las artes y ciencias”. La escuela de Lógica de la Facultad de Filosofía de Viena no fue solo un árido elemento ...
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