The World America Made (El mundo que hizo Estados Unidos)
Robert Kagan
149 páginas,
Knopf, Nueva York , 2012
El mundo, con todos sus horrores, vive una “edad de oro” bajo un “orden maravilloso” creado por Estados Unidos. “Las mejores características –la extensión de la democracia, la prosperidad y la paz prolongada entre las principales potencias– dependen fuertemente, de forma directa o indirecta, de la influencia ejercida” por Washington.
Esta es la tesis que el reconocido autor neoconservador estadounidense Robert Kagan defiende en su nuevo libro, El mundo que hizo Estados Unidos. Lo escribe contra “el sorprendente número de intelectuales, políticos y legisladores estadounidenses” que saludan la posibilidad del declive de la hegemonía americana, pensando que el fin de la era estadounidense no tiene por qué significar el fin del orden liberal internacional actual. Kagan quiere evitar que el país se repliegue, que ceje en sus empeños en el exterior: “Quizá si los estadounidenses tuvieran una foto más clara de lo que podría venir tras el orden americano se sentirían más inclinados a continuar luchando para preservar el orden que han construido. Una edad de oro de la Humanidad”. Se trata de una defensa implícita del intervencionismo estadounidense, algo que el autor sólo revela brevemente al final del libro, y que por lo demás está en la base del Proyecto para un Nuevo Siglo Americano, organización que Kagan ayudó a fundar.

El mundo creado por EE UU es el más democrático. Washington ha sido el muñidor de las dos principales oleadas de democratización del siglo XX: una, tras la II Guerra Mundial, con el 40% de la población del planeta viviendo en democracia en 1950; otra, iniciada en los 70, que ha hecho que el número de democracias creciera hasta unas 120. Kagan se cuida de mencionar algunas de las atrocidades contra la democracia Made in América (Irán, Guatemala, Chile, Guantánamo, etc.) o de sus decisiones unilaterales (Irak). Estados Unidos, reconoce, ha “ignorado dictadores, o se ha aliado con ellos, o ha hecho negocios con ellos”. Sin embargo, obvia estos episodios y concluye, por comparación con otras épocas: “Estados Unidos ha jugado un papel crítico en la explosión de la democracia”. Desacredita el poder blando en la extensión de la democracia. Pasa de puntillas por la influencia y atracción democratizadora que ha supuesto la Unión Europea, la zona de mayor prosperidad y paz de la Historia, por ejemplo sobre los países del Este o Turquía. Una revisión de su teoría de los dos Occidentes, en la que asegura que hay uno débil, Europa, demasiado apegado a valores tradicionales como la tolerancia, y uno fuerte, Estados Unidos.
Para Kagan, además de ser el más democrático, el mundo creado por el imperio americano es el más próspero. Entre 1950 y 2000, el Producto Interior Bruto global crecía a un 3,9% anual, mientras que entre 1820 y 1950 lo hacía a un 1,6%, y entre 1500 y 1820 a un estimado 0,3%, afirma. Esa prosperidad se debe en gran ...
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