La gente puede conseguir casi todo en el mercado negro: drogas, pasaportes
e incluso órganos humanos. Ahora, además hay que añadir
sitios de Internet a la lista. En muchos regímenes autoritarios que
vigilan y controlan la Red, el acceso a páginas web bloqueadas se ha
convertido en un artículo de contrabando. El proceso es sencillo: expertos
en cibercafés, universidades, domicilios privados y otros lugares explotan
los huecos tecnológicos para evitar los filtros gubernamentales y cobrar
dinero por el acceso. Según la Iniciativa OpeNet (ONI) (www.openiniciative.net),
una organización de investigación dedicada a buscar sitios web prohibidos, el acceso a través del mercado negro a enlaces filtrados
en Arabia Saudí está entre los 26 y los 67 dólares por
ciberpágina.

Estas tácticas son cada vez más comunes. Shahin Amard, que dirige
el portal www.derarsh-kaviyani.com (bloqueado en Irán por su contenido
religioso no permitido) desde un lugar desconocido, dice que la gente "manda
correos electrónicos constantemente desde el interior de Irán
pidiendo información, ayuda y consejos" para conseguir acceso
a la página web.

A veces son los autoritarios quienes se aprovechan del negocio ilegal. En
Cuba, donde Fidel Castro preside uno de los regímenes más represivos
del mundo en materia tecnológica, el Gobierno comunista limita el acceso
a Internet cobrando un precio prohibitivo por la conexión y bloqueando
el material inadecuado. Sólo se permite el acceso limitado a una pequeña
minoría de funcionarios del Estado. Sin embargo, los ordenadores son
fáciles de conseguir. Y, según Philip Peters, vicepresidente
del Instituto Lexington, un think thank independiente de Estados Unidos, muchos
funcionarios venden contraseñas e información sobre cuentas en
el mercado negro a precios que oscilan entre los 20 y los 30 dólares.
Los compradores, dice Peters, suelen utilizar la Red para visitar servicios
de correo electrónico gratuitos o para leer medios de comunicación
extranjeros. ¿Comprar acceso a páginas web bloqueadas seguirá siendo
parte del bazar del mercado negro? Mientras los gobiernos sigan intentando
restringir los sitios que los ciudadanos pueden visitar, la respuesta probablemente
es sí. Lo que significa que el precio seguirá subiendo.

Contrabando de banda ancha

La gente puede conseguir casi todo en el mercado negro: drogas, pasaportes
e incluso órganos humanos. Ahora, además hay que añadir
sitios de Internet a la lista. En muchos regímenes autoritarios que
vigilan y controlan la Red, el acceso a páginas web bloqueadas se ha
convertido en un artículo de contrabando. El proceso es sencillo: expertos
en cibercafés, universidades, domicilios privados y otros lugares explotan
los huecos tecnológicos para evitar los filtros gubernamentales y cobrar
dinero por el acceso. Según la Iniciativa OpeNet (ONI) (www.openiniciative.net),
una organización de investigación dedicada a buscar sitios web prohibidos, el acceso a través del mercado negro a enlaces filtrados
en Arabia Saudí está entre los 26 y los 67 dólares por
ciberpágina.

Estas tácticas son cada vez más comunes. Shahin Amard, que dirige
el portal www.derarsh-kaviyani.com (bloqueado en Irán por su contenido
religioso no permitido) desde un lugar desconocido, dice que la gente "manda
correos electrónicos constantemente desde el interior de Irán
pidiendo información, ayuda y consejos" para conseguir acceso
a la página web.

A veces son los autoritarios quienes se aprovechan del negocio ilegal. En
Cuba, donde Fidel Castro preside uno de los regímenes más represivos
del mundo en materia tecnológica, el Gobierno comunista limita el acceso
a Internet cobrando un precio prohibitivo por la conexión y bloqueando
el material inadecuado. Sólo se permite el acceso limitado a una pequeña
minoría de funcionarios del Estado. Sin embargo, los ordenadores son
fáciles de conseguir. Y, según Philip Peters, vicepresidente
del Instituto Lexington, un think thank independiente de Estados Unidos, muchos
funcionarios venden contraseñas e información sobre cuentas en
el mercado negro a precios que oscilan entre los 20 y los 30 dólares.
Los compradores, dice Peters, suelen utilizar la Red para visitar servicios
de correo electrónico gratuitos o para leer medios de comunicación
extranjeros. ¿Comprar acceso a páginas web bloqueadas seguirá siendo
parte del bazar del mercado negro? Mientras los gobiernos sigan intentando
restringir los sitios que los ciudadanos pueden visitar, la respuesta probablemente
es sí. Lo que significa que el precio seguirá subiendo. –Kate
Palmer

Kate Palmer es redactora en la edición estadounidense
de FP.