El aumento del desequilibrio de género en Asia, sobre el que Martin
Walker en ‘La geopolítica de la frustración sexual’ (abril/mayo
de 2006) centra nuestra atención, tiene una pequeña distorsión
al mencionar sólo de pasada a Corea del Sur.

Los hombres de este país son algo más afortunados. Con 112 hombres
por 100 mujeres, la proporción es menos adversa que en otros lugares
del continente. Por supuesto, también ayuda formar parte de las 10 economías
más grandes del mundo. Incluso los relativamente pobres campesinos surcoreanos
pueden evitar la soltería importando novias procedentes de China y Vietnam.
Es destacable para un país homogéneo étnicamente —y
con prejuicios racistas— que uno de cada 10 matrimonios surcoreanos sea
ya internacional.

A largo plazo, los surcoreanos sobrantes tienen una mejor opción: las
mujeres del Norte. Una final reunificación empujará a juntarse
a dos sociedades cuyos niveles de vida son ahora muy diferentes. De hecho,
los primeros indicios ya existen. En el Estado industrial de Kaesong, al norte
de la zona desmilitarizada que separa a los dos países, 489 encargados
del Sur, la mayoría hombres, están supervisando a 6.000 trabajadores
del Norte, la mayor parte mujeres. El rumor dice que Cupido no ha sido desarmado.

  • Aidan Foster-Carter
    Investigador honorario en Sociología
    y Corea Moderna de la Universidad
    de Leeds, Inglaterra

El aumento del desequilibrio de género en Asia, sobre el que Martin
Walker en ‘La geopolítica de la frustración sexual’ (abril/mayo
de 2006) centra nuestra atención, tiene una pequeña distorsión
al mencionar sólo de pasada a Corea del Sur.

Los hombres de este país son algo más afortunados. Con 112 hombres
por 100 mujeres, la proporción es menos adversa que en otros lugares
del continente. Por supuesto, también ayuda formar parte de las 10 economías
más grandes del mundo. Incluso los relativamente pobres campesinos surcoreanos
pueden evitar la soltería importando novias procedentes de China y Vietnam.
Es destacable para un país homogéneo étnicamente —y
con prejuicios racistas— que uno de cada 10 matrimonios surcoreanos sea
ya internacional.

A largo plazo, los surcoreanos sobrantes tienen una mejor opción: las
mujeres del Norte. Una final reunificación empujará a juntarse
a dos sociedades cuyos niveles de vida son ahora muy diferentes. De hecho,
los primeros indicios ya existen. En el Estado industrial de Kaesong, al norte
de la zona desmilitarizada que separa a los dos países, 489 encargados
del Sur, la mayoría hombres, están supervisando a 6.000 trabajadores
del Norte, la mayor parte mujeres. El rumor dice que Cupido no ha sido desarmado.

  • Aidan Foster-Carter
    Investigador honorario en Sociología
    y Corea Moderna de la Universidad
    de Leeds, Inglaterra