Claves para entender por qué un individuo se radicaliza.

 



















AFP/Getty Images

Uno de los elementos novedosos del atentado de Boston, dentro del espectro del terrorismo de corte islamista internacional, es la autoría, y en suelo estadounidense, por parte de individuos de origen caucásico. Hasta la fecha se podrían contar con los dedos de una mano los individuos de este origen que han sido detenidos o relacionados con atentados terroristas en Occidente. Si bien el conflicto del Cáucaso se mantiene circunscrito al ámbito de la guerra con Rusia y al separatismo, desde la proclamación del emirato del Cáucaso por parte del líder checheno Dokú Umarov en 2007, éste trató de extenderlo más allá de la región, pero siempre hacia Moscú y dentro de los límites del conflicto con la unicidad rusa. Y así se mantiene, y ningún grupo terrorista de la zona ha reivindicado la autoría del atentado de Boston. A partir de 2006, en que Umarov se autoproclamó presidente de la República de Ischkeria y anunció la creación del emirato del Cáucaso un año después, anexionando grupos de regiones colindantes a su lucha, el terrorismo de la zona pasó de ser exclusivamente separatista y con objetivos selectivos (sobre todo policía y políticos) a convertirse en yihadista internacional: atentados masivos, objetivos civiles, tácticas terroristas suicidas, uso de dispositivos IEDS, sin olvidar la incorporación de la propaganda y las despedidas suicidas por Internet.

Las dos guerras chechenas han acabado por radicalizar mucho el conflicto sobre una base de población que provenía de una tendencia sufí. Un conflicto desarrollado en clave interna sobre el que a la comunidad internacional le resulta imposible intervenir (ni tan siquiera para enviar misiones de derechos humanos) porque a Rusia, que veta este tipo de injerencias, no le interesa, dado su papel beligerante y nada respetuoso con los principios del Estado de derecho y los derechos humanos en la resolución del conflicto. Sin embargo, este conflicto tiene implicaciones regionales, internacionales y conexiones con Afganistán, ya que cientos de combatientes de Asia Central se adiestraron en Chechenia a finales de los 90, y una vez apagada la contienda tras la primera guerra chechena se desplazaron a Afganistán, norte de Pakistán, Uzbekistán, República de Tartaria (Rusia) y al Cáucaso Norte a apoyar la yihad. Es decir, en esas fechas el conflicto regional pasó de ser una guerra separatista a una guerra santa, y todo ello sin olvidar la financiación wahabí y siria desde los 90.

El terrorismo islamista internacional y de Al Qaeda está en proceso de transformación, gracias a los avances en la lucha contraterrorista y a otros factores. Ya no es capaz de llevar a cabo grandes atentados en masa y de gran impacto (como los de 11-S) en Occidente, pero sí a menor escala. Es por ello que en los últimos años ha ido abandonando la organización en células, ...